Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)

Arrepentido.

¡Hola a todos! Siento haber tardado tanto en actualizar pero para ser sincera tenía este capítulo escrito al día siguiente de publicar el último, no obstante lo odiaba y por eso he pasado las últimas semanas modificando cosillas. ¿Qué si me gusta ahora? La verdad es que no, hay algo en el capítulo que no me convence. Pero aún así espero que os guste. Muchos besos.

Capítulo 22: Arrepentido.

¿Conoces esa necesidad de anhelar inconsciente e irracionalmente con toda tu alma la aprobación de tu mejor amiga? Esa aprobación que necesitas para no sentirte tan sumamente mal contigo misma, tan culpable. Esa aprobación que parece que teniéndola todo va a salir bien, que nadie va a poner dañarte o, que al menos contarás con la mano de esa persona para levantarte del suelo, para ayudarte a escapar del abismo donde por actos inmaduros e irremediablemente absurdos te caes sin siquiera planearlo, sin siquiera ser consciente de ello. Pues eso era lo que Ruby más necesitaba en ese momento.

Era las seis de la tarde aproximadamente y Ruby y Rose se encontraban sentadas junto al lago negro. El frío ya no era tan gélido como semanas atrás lo había sido y los dulces cánticos de los pájaros hacían notoria la llegada de la primavera. El curso se estaba acabando y con él llegaban los no tan esperados TIMO'S.

-Ruby…- Rose mordió su labio inferior en señal de preocupación- no juegues con ese pobre chico- con simpleza la pelirroja se puso de pie dispuesta a marcharse pues había quedado con Scorpius en verse en la torre de astronomía

-Jamás haría algo así Rose, pero debo pasar página.

Mientras descansaban de toda una mañana de clases y estudio Ruby le había contado a Rose acerca de Archie Cooper, sobre su encuentro en la torre de astronomía y sobre cómo este le había pedido o más bien interpuesto una cita como castigo.

La pelirroja aunque se alegraba por su amiga sabía el motivo por el cual esta había aceptado salir con ese chico. Sabía que Ruby estaba pasando una mala racha y tenía la sensación de que estaba intentando eludir la realidad que la atormentaba ya que aún tenía muy reciente lo de James.

-Lo sé pero...solo ten cuidado vale- y dicho esto la pelirroja abrazó a Ruby para a continuación marcharse. 

Rose se sentía angustiada y su mirada reflejaba tal hecho. Rezaba para que la Slytherin no se hubiese percatado de ello pues luchaba cada día con disimular el hecho de que ella siempre había sabido que James nunca había cortado con Clarisse, que aunque su primo estuviera enamorado de Ruby no quería dañar a la que en ese momento era su novia y eso estaba matando a James por dentro. Y Rose lo sabía, y sufría junto a él pues los secretos y las promesas son cosas totalmente inquebrantables y la lealtad y el amor formaban el nexo de ese juramento que sin necesidad de palabras habían forjado. 

Mientras la pelirroja caminaba rumbo a la torre de astronomía sentía como un nudo se iba formando en su garganta, como las ganas de llorar inundaban su cuerpo y como la necesidad de gritarle a Ruby que ella no era tan buena amiga eran casi inevitables. Pero el silencio siempre reina entre los corazones desesperados y, con ese pensamiento Rose caminó sin mirar atrás. Sin poder aguantar la mirada de su amiga.

Por otro lado, para Ruby aceptar salir con Archie parecía ser la mejor vía de escape en ese momento aunque muy a su pesar tenía la sensación de que no saldría nada bueno de todo eso. Se había obligado a olvidar a James y aunque en ese momento parecía imposible, estaba casi convencida de que el tiempo lo curaba todo o al menos eso decían.

Pasado un rato de serenidad Ruby se levantó del suelo para a continuación dirigirse tranquilamente hacía la biblioteca ya que tenía que terminar una práctica sobre transformaciones y seguir preparando sus TIMO'S, no obstante el recuerdo incesante del presagio de Scorpius era lo prioritario en ese momento. Había decidido no contarle nada a Rose ya que seguramente se preocuparía más de la cuenta y ella no quería que su amiga se distrajera de sus estudios y mucho menos ahora que faltaban unas semanas para los famosos exámenes de quinto. Odiaba mentirle, ocultarle algo tan importante como lo era ese presagio, pero no tenía otra opción o eso era lo que ella sentía en ese instante.