Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)

El tutor de pociones.

Hola a todos! Espero que os encontréis estupendamente en casa. Llevo un tiempo pensando en si os gustaría que hiciera algún cast. Hacerme saber que os parece!

Capítulo 31: El tutor de pociones

-No viniste a nuestra cita.

Ruby siguió caminando ante esas palabras, la clase con su nuevo tutor de pociones estaba a punto de comenzar y si se detenía llegaría tarde y esa era una muy mala impresión que Ruby no estaba dispuesta a dar. 

-Tal vez porque no teníamos ninguna cita- respondió con simpleza manteniendo su vista clavada al frente

-Creo que si la teníamos, te dije claramente que iría contigo a leer bajo ese roble que tanto te gusta

-Es cierto, pero luego amenazaste a mi amigo y todo se echó todo a perder

-Oh vamos Ru, sabes que estaba de broma- Ignatius sujetó la muñeca de Ruby para forzarla a mirarlo, no soportaba ver como la chica huía de ese modo

-No me toques- escupió con frialdad intentando soltarse de su agarre. Ante esas palabras, el rostro de Ignatius se ensombreció por completo, su mirada se tornó fría y oscura y sus labios se apretaron en una fina línea mientras que su mano presionaba cada vez más fuerte la muñeca de Ruby descargando parte de la ira que llevaba acumulada desde hacía días- Ignatius me haces daño…

-Bien- dijo de tal forma que a Ruby se le heló la sangre. Estaba empezando a asustarse- así recordarás que este sábado es la primera salida a Hogsmeade y que por supuesto irás conmigo como debe ser- Ruby lo miró con los ojos llorosos intentando tragarse su miedo, no quería darle tal satisfacción- ah y si le cuentas esto a alguien tus amigos lo pagarán muy caro...incluido la dulce Alice Longbottom y por cierto, ponte ese vestido negro que tanto me gusta.

Dichas sus últimas palabras, Ignatius Spot soltó a Ruby dedicándole una última mirada adornada por una dulce sonrisa que a la slytherin le estremeció el alma. Ignatius se marchó rumbo a la sala común de Slytherin dejando tras de sí a la chica con la mirada clavada a sus espaldas. Había visto el miedo de la joven reflejado en su perfecto rostro por lo que supuso que su cita del sábado sería casi perfecta pues Ruby era una buena chica, algo perdida pero obediente al fin y al cabo. 

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Ruby observó una última vez su muñeca. Estaba roja y la marca en forma de serpiente del anillo de Ignatius seguía grabada en su piel. Donde sus dedos antes habían presionado su muñeca, ahora se encontraba su marca formando oscuros hematomas haciendo presente el fantasma de la agresión sufrida minutos atrás.

Ruby respiró profundamente sujetando el pomo de la puerta que daba al aula de pociones donde su nuevo tutor probablemente ya la estaría esperando. Debía reconocer que el nuevo Ignatius la tenía bastante asustada y eso era algo que no podía soportar, ella siempre había sido una chica fuerte y valiente, pero en esa etapa de su vida se sentía sola e indefensa. Se odiaba a sí misma por su cobardía. 

Sin mirar atrás, abrió la puerta del aula. Se sintió palidecer cuando su oscura mirada chocó de nuevo con aquellos ojos castaños que la miraban con intriga. Sus labios se entreabrieron un poco fruto de la sorpresa al ver que James Potter sería su nuevo tutor de pociones, en ese instante odió profundamente a Albus por haberse rendido tan fácilmente. 

-Señorita Macmillan, llega tarde- dijo el gryffindor con cierto aire de soberbia. Ruby seguía clavada en la misma posición, con una mano en el pomo de la puerta y la mirada fija en el mayor de los Potter- si sigues mirándome así vas a desgastar mi belleza