Capítulo 5: UN MILAGRO INESPERADO.

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En una caminata sedienta en una montaña desierta, el clima fue cálido llegando así a secar una garganta cicatrizada. Escupiendo sangre se sienta y descansa, tratando de mejorar para convertir su plan en realidad (vengarse de los que lo torturaron por demasiado tiempo), llegando a un suspiro de decepción ya que nunca pensó que terminaría así, sus voces agonizaban junto a él y se sentía más solo que nunca. Horas de estar inconsciente, una piel irritada que le ardía, no quería moverse le dolía demasiado y solo empezó a gritar, levanta su mirada y ve un brillo embeleso, trata de levantarse, pero cae una vez más en el desierto, su cuerpo colapsa y se queda tieso.


Estando profundo no surgió ninguna ilusión malvada, solo imaginaba estar con aquella dama, un abrazo era lo que realmente esperaba. Nadie sabía la identidad de ese desconocido, un hospital vacío lleno de llantos estremecidos y almas percibidas. Un esfuerzo esencial para que el pudiera sobrevivir, su respiración volvió una vez más a fallar, una tos amarga, sus cuerdas raspadas, sus ojos tornándose blancos, músculos que empezaron a torcerse, logrando así una piel morada, el oxígeno no funcionaba sus venas se brotaban que por poco estallaban, estaba ahogándose. Hasta que cae inconsciente...


Un salón blanco con un pasadizo "adverso", sus cicatrices no estaban, desaparecieron; una ilusión que muestra quien sería él sin enfermedades mentales, desesperado corriendo al pasadizo cae. Las paredes blancas empezaron a sangrar llegando al punto de grietarse, se levanta, pero cada paso muestra cada uno de los hechos malvados que obtuvo en el transcurso de su vida, pasándose variadas imágenes que lo hicieron sentir culpable y una vez más denigrado. En el pasadizo oscuro, ve aquella mujer que lo ha salvado, correr no fue suficiente para cumplir su objetivo; abrazarla... Cada vez la ve más lejos, no vale su esfuerzo así decae con sus rodillas, colapsando y cayendo en un llanto doloroso.


De esa manera concluye su ilusión y se despierta con sus músculos y órganos derrengados, solo mueve sus ojos de lado a lado desesperado por estar amarrado y quemado, recordaba su pasado y crecía su miedo, fue así que derramo unas cuantas lágrimas con un sentimiento desamparado. Llega la hora de curación, alcohol en cada una de las quemaduras, destroza un trapo sin compasión por su dolor, al terminar preguntó:



- ¿Dónde está quien me trajo?

Obtuvo un silencio en aquella habitación, la enfermera se levanta, agarra sus implementos y se retira de la habitación. No hubo compulsión, solo suspiro y se recostó, no podía sacarla de su mente quería estar junto a ella, pero no sabía cómo encontrarla. Iban pasando los días, con una preocupación de como pagar su estadía en el hospital, fue así que le llegó una noticia muy sorprendente, le dicen que ya puede retirarse del hospital su cuenta había sido pagada pero no sabía de quién ni brindaron información de quién y por qué. Solo quería encontrarla y allí empezó su búsqueda, regresó a casa se cambió de ropa y salió a referenciar la última vez en la cual estuvo él. Hubo miles de suposiciones de donde podría estar ella, pero la central era, ella siendo turista.


Días de búsqueda sin parar, su esperanza por encontrarla no se acababa, descartaba la idea de que era una ilusión, ella fue quien lo llevó al hospital e incluso pagó, solo quería compensarle y nada más, pero no la encontraba.


Un lunático sin cura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora