Capítulo 4

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Mi día parecía no tener fin, había arrancado muy temprano ya qué estamos con los preparativos para un evento que me va a tocar conducir en las próximas semanas, de ahí a la redacción y a la sala de grabación, luego el aire del noti y ahora me encontraba en mi amado programa de radio para hacer el último pase.

La radio transcurrió tranquila, a veces estaba bueno meterle un toque de picante, pero esta vez no me sentía capaz de aguantarlo y agradecía demasiado que Gonza se haya comportado. De seguro se me notaba en la cara que no estaba del mejor humor y por suerte era una persona que respetaba mis distintas versiones. Ese era uno de los motivos que me hacían quererlo un poco más.

Una vez finalizada nuestra labor, me despido de mis compañeros y me dirijo a pedirme un taxi, Gonzalo me había dicho de ir a cenar para distendernos un poco.

—Dale Cris, vayamos a comer algo.—Dijo Gonza insistiendo, mientras juntaba mis cosas de la mesa.

—No Gonza, perdón, pero no me siento bien.

—Por eso mismo te estoy invitando. Hablemos, no sé que paso, pero no te quedes enganchada con eso.

—Es que sinceramente ni siquiera sé por que estoy así. Pero necesito estar sola.

—Bueno, está bien, a tu soledad no le puedo ganar. Espero que todo se solucione.

—Si Gonza, por ahora todo tiene solución. Gracias por entender y respetarme sobre todo.

—Sabés que estoy siempre Cris, cualquier cosa que necesites, me llamás.

—Si Gonza, quedate tranquilo.—Le dije mientras le deba un beso en la mejilla y salía de la radio definitivamente.

Afuera mi taxi estaba esperándome, ya lo conocía, por ende, sabia donde debía llevarme así que solo le di las buenas noches y procedí a colocarme mis auriculares para poder desconectarme de todo con un poco de música, pero no era suficiente, nada parecía ser suficiente en este momento. Aún con música mi cabeza seguía a mil por hora y lo peor de todo es que no había un motivo claro por el cuál estar así, o mejor dicho, si lo había pero yo no lo quería ni podía admitir, al menos no por el momento.

Mi playlist seguía su curso y al ver que tenía varias notificaciones entré a Instagram, supongo que serán likes y comentarios a mi última foto.

Antes de llegar a mis notificaciones en sí, saltaron en mi inicio una infinidad de publicaciones de las distintas cuentas dedicadas a "Rostina" y entre ellas, claramente, videos sobre el final.

Ya hace algunos meses que vengo reposteándolos en mi cuenta en una especie de capítulos de novela, no todos, pero si la gran mayoría.

Aproveché que estaba con mis auriculares puestos y dejé que se reprodujera uno de los videos, la verdad que mi intención estaba en publicarlo, pero fue un final común y corriente, sin nada interesante, además si lo publicaba, no sabría ni siquiera que ponerle de descripción

Y de un momento a otro, Rodolfo se hizo presente en mis pensamientos. Bueno, no sé si él particularmente, sino lo insistente que estaba hoy con preguntarme cómo estaba. Siempre se preocupaba por como estaba yo y soy consciente que corro en desventaja con él, porque si hay algo que no puedo hacer es mentir ni disimular en absoluto ante él. Me conoce mejor que nadie y sé que no me creyó del todo cuando le dije que solo me dolía la cabeza. Me la dejo pasar solamente porque sabía que no iba a obtener una respuesta clara, pero sobre todo porque respetaba que yo no quisiera seguir con el tema.

No podía estar distante con Rodi por mucho tiempo, porque iba a ser peor, debía tomarme mi tiempo para poner mis ideas en su lugar o al menos intentar acomodarlas, pero este no era el momento preciso, ya que el taxi estaba a una cuadra de mi departamento así que mi análisis personal, no podía continuar y por el momento debía esperar.

Ya dentro de mi departamento no sabía por dónde arrancar, debía cenar algo y sobre todo descansar pero sé que no podría hacerlo si antes no me relajaba un poco, así que me dirigí al baño a preparar la bañera, si quería relajarme y descansar, necesitaba un baño de esa magnitud. Una vez ambientado, me dirigí a mi habitación a cambiarme la ropa del noticiero por algo más cómodo. No iba a volver a vestirme si en un rato me iba a bañar, entonces opté por usar mi bata.

Minutos después, volviendo a la cocina decidí que no cenaría nada ya que hambre no tenía y si lo hacía tal vez podría terminar cayéndome mal, y no pretendía sentirme peor de lo que ya estaba.

Lo que si no iba a dejar pasar es mi copa de vino, siempre que puedo tomo una copa de por la noche, pero hoy no sólo era por gusto sino también por necesidad. Así que fui a mi cava de vinos y opté por un vino rosado, es el que suelo tomar cuando me encuentro sola, me serví una copa y me dirigí al sillón del balcón.

Era una noche tranquila, las calles se veían bastante vacías y ya las luces que estaban encendidas en los edificios eran tan sólo unas pocas. Estaba claro que la única que estaba intranquila era mi cabeza, la cual no paraba de pensar...

Soy una mujer que está acostumbrada a cumplir con sus actividades por muchas que sean, estoy acostumbrada a un ritmo de vida bastante acelerado gracias a eso, pero hoy todo había sido diferente y no precisamente por las cosas que tuve que hacer. Todo hubiese seguido en orden de no haber existido el momento de la grabación con Rodi.

Una parte de mi quería convencerse de que había sido una situación como cualquier otra, en todos estos años habíamos tenido infinidad de momentos a solas, trabajando, charlando y demás, pero la otra parte sabía y sobre todo sentía que lo que había pasado ahí era algo fuera de lo normal en nuestra relación tanto personal como laboral. El motivo no lo tengo claro, la razón menos, pero si podía tener la certeza de algo en este momento es que yo podría haberme quedado a vivir en ese instante, sobre todo ahí en su mirada.

Miles de preguntas siguen dando vueltas por mi cabeza pero la duda principal es si a él había sentido algo y si así había sido, ¿Seria correspondido lo que yo sentí? Porque pareciera que a la única a la que se le dió vuelta el mundo fue a mí, porque él seguía con su actitud de siempre, sin embargo yo no podía ni siquiera disimular que algo dentro mío estaba sucediendo.

—Cristina Alejandra Pérez, ¿En que carajo estás pensando?.—Me decía a mi misma. Y es que si lo pensaba detenidamente, era una completa locura lo que estaba diciendo. Es mi amigo, ¿Cómo se me ocurría pensar en algo así?. Estaba loca, completamente loca.

Me dirigí al baño, mientras se llenaba la bañera me dispuse a quitarme el maquillaje, sabía que el baño que estaba por tomar iba a ser de gran ayuda para lograr la tranquilidad que había deseado durante toda esta tarde noche.

Llegué al punto que las voces parecían molestarme pero el silencio directamente me aturdía, así que fui a buscar mi celular para llenar tanto silencio con algo de música, sin siquiera mirar le di play a la última canción que había estado escuchando.

Hasta en mi absoluta soledad de la noche él se hacía presente sin siquiera buscarlo, ya que ahora era Cerati quien estaba sonando. Necesitaba tranquilidad en este momento, y por mas que amara a Gustavo, había aparecido en el peor momento, así que rápidamente cambié la canción y puse algo de clásico, estás piezas de música siempre lograban sacarme de mi realidad.

Una vez hecho esto, hice a un lado mi bata y me sumergí en el agua caliente con sales y espuma que me había preparado, con la esperanza de que tenga todo lo necesario para que yo pueda relajarme.

Pero a veces no nos damos cuenta de que quiénes tenemos ese poder solo somos nosotros mismos.

Zona de promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora