Zona de promesas

Capítulo 5

Mi reloj marcaba las 07:55 am. Me había despertado unos minutos antes de que mi alarma sonara, 5 minutos quedaban para que sea la hora en que la había programado la noche anterior o mejor dicho, esta madrugada.

Hacía varias noches que se me estaba dificultando conciliar el sueño, pero al no trabajar de mañana, tenía la posibilidad de dormir durante toda la primera parte del día y venía despertándome cerca del mediodía para poder cumplir con las horas de sueño que mi cuerpo necesitaba.
Pero hoy no podía ser de esa manera ya que el deber de padre me llamaba y aunque sea día de semana debía llevar a los chicos al entrenamiento de Vóley. Suelo hacerlo fin de semana por medio, solíamos intercalar así con mi ex mujer, pero Andrea hoy no podía llevarlos y sabiendo que los torneos están cada vez más cerca no podían ni debían faltar a los entrenamientos, aparte si hay algo que odian es perderse sus clases. Así que no quedaba otra que levantarme.

Vuelvo a mirar mi reloj, 08:00 am. Salí rápidamente de mi cama, mientras apagaba la alarma que había comenzado a sonar. Me dirigí a mi armario para buscar algo de ropa para ponerme, era un club deportivo y hacía calor así que tomé una bermuda y una remera manga corta. También busqué alguna campera liviana, ya que, aunque haga calor, el clima estaba algo cambiante, y nunca sabías realmente cuando la podías necesitar. No lograba terminar de despertarme así que decidí darme una ducha rápida. Mientras me vestía, pensaba en que desayunar. No tenía tiempo ni ganas de prepararme un desayuno, lo mejor que podía hacer era comprarme un café en el camino. Prefería el mate, pero como dije antes, el tiempo no estaba de mi lado.

El viaje a La Plata fue bastante rápido por suerte. Primero pasé a buscar a los chicos a la casa de su mamá, y de ahí sólo nos quedaba un pequeño tramo hasta el club.

Mientras ellos hacían la entrada en calor fuí a la cafetería del lugar a buscar algo para desayunar, ya el hambre me estaba atacando. Lo que estaba haciendo no me identificaba en absoluto, menos estando fuera del canal.

Ya con mi café en mano fuí a sentarme a una de las gradas, una dónde pudiera ver ambos entrenamientos, ya que por las edades mis hijos estaban en diferentes categorías. Siempre que vengo a verlos jugar me gusta retratar el momento y también, por qué no, compartirlo en las redes. Así que saqué mi celular con la intención de subir una historia, hice un vídeo, dónde se veía mi vaso de café y ambas canchas donde ya estaban iniciándose los partidos.

Suelo estar bastante pendiente de mi celular, pero cuando estoy con mis hijos ese "mal hábito" cesa por completo, disfruto cada minuto con ellos y aunque ahora no estaba literalmente mantenido alguna conversación o algo por el estilo guardé el celular y puse mi total atención en disfrutar el verlos jugar, amo hacerlo y aunque estén en plena etapa de adolescencia donde toda compañía para ellos parece excesiva o pesada, sé que a ellos también les hace feliz que los acompañemos, tanto yo, como Andrea.

Ambos partidos terminaron así que iban a tener un merecido descanso hasta los partidos siguientes, entonces todos aprovechamos para almorzar algo rápido y sobre todo liviano porque aún quedaban cosas por delante. Yo me compré algo en el mismo bar del club y volví a mi lugar, dejé que mis hijos compartieran este momento con sus amigos. Terminé rápido mi sándwich, así que aproveché para estar un poco con mi celular y además, chequear algunas cosas que debería hacer hoy en la redacción y demás.

Antes de bloquear mi celular noté que tenía varias respuestas y reacciones a mi historia de Instagram, pero una llamó particularmente mi atención.
Era una respuesta de Cris, algo intrigado abro su mensaje.

—"¿Así qué ahora tomás café en vaso también fuera del canal, cómo es esto?".

Una sonrisa se apoderó de mí rostro inmediatamente, tenía esas "salidas" que me dejaban así, hasta a veces sin saber que responder. Esta vez, tuve que pensar un poco antes de contestar ese mensaje, y esta vez opté por seguirle el juego...

—"Así parece, pero no se comparan a los del canal, espero que esto no me juegue en contra y hoy me esperes con nuestros café".

Estaba en línea así que su respuesta no tardó mucho en llegar.

—"Qué feo que pienses que tengo un espíritu tan vengativo jajaja, igualmente hoy no voy a poder, estoy saliendo a hacer unos trámites y voy a llegar a redacción bastante sobre la hora.. tendrás que esperar hasta el lunes para volver a tomar el verdadero gran café jajaja".

Nunca dudaría de sus compromisos y mucho menos de su palabra, pero me sorprendió que no me haya dicho antes que llegaría con el tiempo justo a redacción, siendo que el día anterior me dió a entender que quizás era ella quien me esperaría con el café. Además si son trámites ya tendría que haberlo sabido con anticipación, esta duda me hace tener pensamientos no muy buenos, sumado que desde ayer en maquillaje la vengo notando algo extraña.

El entrenador estaba anunciando que ya iniciaban los próximos partidos así que tuve que responder de una manera bastante rápida.

—"Perfecto Cris, espero puedas hacer todo, nos vemos más tarde".

Dejé el celular en mi bolsillo y levanté mi cabeza buscando a mis hijos, estaban juntos esperando para ir a sus respectivas canchas, aproveché el verlos así para hacerles una señal de aliento antes de jugar, la cual me respondieron con una sonrisa.

*~~~~~*

La luz del sol acaba de hacerme despertar. Me sentía bastante mejor que el día anterior, pude descansar bastante bien, mejor de lo qué pensaba, pero el cansancio aún perduraba. Y creo que fue esa somnolencia que aún me quedaba la que me hizo responder esa historia, de manera media inconsciente o media impulsiva, pero lo había hecho. Tampoco es que sea algo fuera de lo común entre nosotros, pero después de lo de ayer, todo lo que tuviera que ver con Rodolfo, lo vivo de una manera que no era la habitual en mi.

Fue un breve intercambio de mensajes, los cuales me llevaron a hacer algo que no estaba acostumbrada a hacer o al menos, no con el él, le estaba mintiendo.

Estaba simulando tener compromisos que no existían sólo para evitar cruzármelo por demás y también para evitar tomar juntos nuestro café de todos los días. Además, después de todas las preguntas que me había hecho ayer sabía que probablemente hoy iba a seguir con el interrogatorio, pero por sobre todo, lo seguiría haciendo porque yo sigo rara y claramente él lo va a notar. En estos momentos odiaba que me conociera tanto, porque ahora, lo que más quería y lo mejor que me podía pasar es que no notara mi cambio de actitud, es más, ni siquiera debía tener algún tipo de sospecha.
Y si tengo que hacer estas cosas para evitar esa conversación, lo voy a hacer, porque ni una copa de vino ni un baño de sales, pudieron poner las cosas en su lugar, y si estoy tan sólo un poco más calmada es por el hecho de que me encuentro sola en mi departamento y porque pasó casi un día desde aquel momento; no porque yo haya aclarado mis sentimientos e ideas, es más, tengo el presentimiento de que apenas lo vea volverían a intensificarse como anoche.

Me siento extraña, rara, y culpable, me dolía tener que hacerle este tipo de cosas para poder amigarme conmigo misma, pero esta situación ya no me estaba gustando para nada y Rodi lamentablemente no me dejaba otra opción.

La verdad es que me encantaría saber porqué me está pasando esto ahora, después de tantos años compartidos, jamás me imaginé que en algún momento podría encontrarme en esta situación. Quisiera al menos poder tener la certeza de que esto es solamente una duda pasajera, algo que podré revertir con el tiempo.

Sabemos que esas cosas pasan con las personas que no se conocen demasiado, o con las personas que sienten a medias. Pero acá había dos realidades. La primera es que, a él yo lo conozco a la perfección y hace tantos años... y la segunda, yo nunca siento a medias, esas cosas no van conmigo.