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En una calle oscura de la ciudad, en la cual solo se veía una luz de la farmacia que aún había abierta para el horario tan noche, se veía una chica con una capucha cubriendo su cabeza, mirando con atención aquel establecimiento para verificar que no hubiera nadie más que el doctor.

—Sería más fácil si le pidieras ayuda a tus hermanos. —una voz masculina se escuchó detrás de la chica

—Luther está en la luna, Diego es invisible, Alisson es una famosa actriz, Klaus está en rehabilitación, Vanya no sé dónde está. Y tú estás muerto, Ben—dijo la chica mirando al asiático—. No hay nadie más a quien recurrir

—Eres una aguafiestas Hydra—comentó Ben y Hydra rodó los ojos antes de lanzarse hacia la entrada del lugar—. ¿Qué poder ocuparás hoy?

Como nadie más que Hydra y Klaus podían verlo, era en ciertas ocasiones algo fastidioso.

—¿No quieres ir a ver mejor si Klaus ya se metió LCD?—dijo Hydra con el ceño fruncido

Entro al lugar y se acercó rápidamente al mostrador encontrándose con otro nuevo encargado del lugar, tal vez ella tuvo algo que ver con que cada dos meses hicieran cambio de personal.

—Hola qué tal, escuché el rumor de que me darías gratis los inhaladores que tuvieras disponibles—hablo la chica al encargado, y como por arte de magia, el hombre fue a la parte de atrás a buscar lo que Hydra había pedido

—El poder de Alisson, ese es bueno—dijo Ben con una sonrisa y Hydra actuó como si no lo escuchara

—Aquí tienes. —el encargado salió con una bolsa que contenía tres inhaladores

Ella no dijo nada más, solo salió del lugar antes de que su efecto comenzara a desaparecer.

—¿Cuánto crees que dure ese señor en el lugar?. —Ben volvió a preguntar caminando a lado de su hermana—. Con este serían diez personas que llevan en el lugar

—A veces me pregunto cómo es que muerto eres más molesto que cuando estabas vivo. —bromeó Hydra haciendo que Ben sonriera

—¿No los extrañas, a los demás?—pregunto Ben caminando de espaldas mirando a su hermana

—A la única persona que extraño sigue perdido, y sigue sin haber nada que pueda hacer para que vuelva. —termino la conversación ya que habían llegado al lugar donde vivían

Un viejo edificio que solo estaba habitado por persona adultas, que al igual que ellos, no tenían a donde ir.

—Atlas, ya llegué—anunció la chica cerrando la puerta tras de ella, y le sorprendió ver a su hermano en la cocina preparando la cena—. ¿Qué estás haciendo?

—La cena, quería sorprenderte cuando llegarás—comentó Atlas sirviendo la comida en los dos únicos platos que tenían—. Quería ayudarte ya que tú fuiste por mi medicina

—No tenías que hacerlo. —Hydra se acercó a abrazar a su hermano—. Tienes que quedarte en reposo lo más que puedas

—No quiero ser una carga, se supone que yo tendría que cuidarte—dijo el chico desviando la mirada

—Nos cuidados entre los dos, eso hace una familia

—¿Y yo estoy pintado?. —interrumpió Ben

—Tú cállate—Hydra miro hacia donde Ben estaba

—¿Ben sigue molestando?. —bromeó Atlas mirando hacia donde su hermana lo hacía, aunque él no pudiera verlo—. Por eso no absorbí el poder de Klaus, no aguantaría tener a Ben interrumpiendo momentos privados

—Y yo tengo que soportarlo todo el día. —Hydra soltó una risa

Pero un sonido en las noticias llamó la atención de los tres chicos, y al acercarse a la pantalla y leer el título que ahí había, se quedaron impactados.

"Fallece el multimillonario y dueño de la academia Umbrella, Sir Reginald Hargreeves de un ataque al corazón"

—Bonito momento para una reunión familiar—dijo Ben de repente

THE TIME| Number FiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora