Hydra miró a la mujer con muy malos ojos, no le daba buena espina, y una desconfianza tremenda.
—¿Quién es usted y que quiere conmigo?—pregunto Hydra sin moverse de donde estaba
Mi nombre no importa, vengo de un lugar que busca a gente con potencial, para ayudarnos a mantener una línea temporal segura para todos—comentó la mujer sin perder su tono dulce—. Vengo a buscarte porque creo que puedes ser de nuestra ayuda para hacer que el mundo no esté tan mal como ya lo está
—¿Quién me dice que puedo confiar en usted?— volvió a preguntar Hydra
—Dime cualquier evento al que quieras ir, y te llevaré con gusto, para que tú misma veas que puedes confiar en nosotros—dijo la mujer y Hydra se puso a pensar en si era buena idea o no
Pero un recuerdo le pasó por la mente, algo que había querido saber desde hace mucho tiempo, y tal vez con aquella señora podría ser la única manera de saber la verdad.
—Está bien, iré con usted. —Hydra avanzo con cuidado hasta quedar frente a la mujer—. Llévame al día en que mi padre nos recogió a mi hermano y a mi
—Será un placer. —la señora abrió el maletín que traía, llevándolas a ambas lejos de donde se encontraban
(******)
3 de Noviembre de 1989
Ambas aparecieron afuera de una casa demasiado lujosa, Hydra miró hacia todos lados y pudo notar que era verano, por el calor que hacía en el lugar.
—¿En qué país estamos?—pregunto Hydra
—Londres, tú madre es hija de una familia muy adinerada y poderosa, que quedaron igual de sorprendidos al ver que su hija estaba dando a luz sin siquiera estar embarazada—explicó ella y luego señaló con la cabeza hacia la casa—. Adelante, tú padre no debe tardar en llegar
Hydra algo nerviosa, avanzo por la banqueta hasta llegar a la entrada, cuando iba a abrir, se quedó unos minutos pensando en si debía hacerlo, así que finalmente abrió la puerta y entró a la casa.
El lugar era muy lujoso, parecida a la academia, pero en este lugar había algo que la hacía diferente, la chica subió las escaleras que había, en dirección al primer piso, cuando llegó, escuchó una melodía y avanzo hacia donde provenía el ruido.
Al asomarse un poco, vio a una chica de unos veinte años más o menos, en medio de dos cunas, cantándole a los bebés que había dentro de ellas.
—Ya mis pequeños, mamá está aquí—dijo la chica y los ojos de Hydra comenzaron a soltar algunas lágrimas
—Elizabeth, puedes venir un momento. —se escuchó la voz del que debería ser su abuelo en el piso de abajo
Hydra se escondió en el baño al ver como su madre bajaba las escaleras dejando solos a los bebes, Hydra aprovechó eso, y salió con cuidado del baño para pasar al cuarto donde su madre estaba hace unos momentos.
Al asomarse a las cunas, vio a su hermano Atlas y a ella, cuando apenas tenían un mes de nacidos.
—Hola Atlas—Hydra acarició la mejilla del bebé y este solo soltó unos balbuceos, luego se vio a ella, y pudo notar los grandes ojos azules que la caracterizaban—. ¿Por qué dejó que se los llevaran?
Una discusión se escuchó muy fuerte en la sala, y Hydra se escondió en el armario al escuchar pasos rápidos hacia su dirección.
—Mis pequeños. —a través de las rendijas, vio como su madre se acercaba a ellos llorando—. Quieren alejarme de ustedes, aunque yo no quiero dejarlos, sé que con el señor Hargreeves estarán mejor. —tomó primero a Atlas y lo acercó a ella—. Te amo mucho mi pequeño Thomas. —beso la cabeza de Atlas y después lo dejo en su cuna para cargar a Hydra—. Te amo mucho mi pequeña Sadie
Hydra tuvo que poner una mano sobre su boca para evitar que sus sollozos se escucharan, realmente los amaba, su madre los amaba, ella no quería alejarse de ellos, pero lo hicieron, la obligaron a alejarse de sus hijos.
—No importa que tan lejos estén, siempre los voy a amar. —finalizó su madre antes de que su padre entrara con dos nanas y se llevaran a Atlas y a ella lejos de su madre
Cuando la habitación se quedó sola, Hydra salió de la casa con el corazón destrozado, no podía creer que los hayan alejado solo por la ambición de su padre.
—¿Todo salió como planeabas?—pregunto la mujer y Hydra la miró
—Eso creo—contesto Hydra limpiándose las lágrimas que aún tenía
—Nosotros podemos ayudarte, a ti y a tu hermano, podemos ayudarlos a tener un cuerpo de su edad. —al decir eso, la chica volteó confundida—Podríamos hacer que sus cuerpos fueran conforme a su edad
—¿Pueden hacer eso?—pregunto Hydra confundida
—Así es, si aceptas trabajar con nosotros, podremos ayudarte a ti y a Atlas—dijo la mujer y Hydra supuso que era la mejor oportunidad para su hermano y ella, y no la desaprovecharía
—Está bien, acepto—dijo Hydra decidida

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THE TIME| Number Five
FanfictionNúmero Ocho y Número Nueve, mejor conocidos como "Hydra" y "Atlas" Hargreeves, habían sido los últimos bebés adoptados por Sir Reginald Hargreeves para ser llevados a la academia Umbrella, donde serían entrenados para salvar al mundo. Aunque estos m...