Tus ojos | Yutae

Fatiga

Después de ese almuerzo los chicos esperaron a Taeyong.

A Taeyong no le gusta que entren a su habitación en la hora que tenía para él solo. Por eso esperaron a que terminara.

Y cuando Yuta vio a Taeyong... Dios mío, murió.

Flashback.

-Taeyong ¿podemos entrar? —Minseok levantó el tono de voz pero aún era suave.

-Sí. —sonaba desde el otro lado.

-Taeyong últimamente ha estado con los ojos abiertos, los ojos muy abiertos. No te asustes si lo ves de golpe atrás tuyo.

-Claro que no, lo entiendo perfectamente.

-Taeyong tiene periodos en los que abre los ojos.

-Está bien.

-¿Van a entrar?

Minseok abrió la puerta con cautela y sumo cuidado. Taeyong es ciego, pero el sentido del oído lo tiene muy desarrollado. Los ruidos fuertes le pueden hacer doler.

Yuta entró después de Minseok, y se paró al lado de él.

Se quedó hecho piedra cuando vio a Taeyong. Era una obra de arte. Una persona creada por el mismísimo Dios.

Su pelo es gris. Tiene un ojo marrón y otro verde.

Taeyong estaba sentado de forma india en el piso, tocando un objeto.

-Minseok, ayúdame a levantarme por favor. —El hermano mayor lo tomó de las manos y lo levantó despacio.— Dime ¿dónde está el chico?

-Está al frente tuyo.

Taeyong caminó hasta estar frente a Yuta, y comenzó a tocarle la cara, cuidadosamente.

-Disculpa, me olvidé de decirte. Taeyong te está conociendo.

-No hay problema. —Yuta sonrió. Taeyong  conoció su sonrisa por primera vez. 

Fin del flashback.

Yuta duerme plácidamente en su nueva cama temporal.

Abre los ojos por un momento, luego los vuelve a cerrar. Aún es demasiado temprano.

[...]

Los minutos pasan, quizá desde la última vez que abrió los ojos pasó una hora completa.

Siente una observación, o mejor dicho, una presencia.

Vuelve a abrir los ojos, sobresaltandose mientras pegaba un grito agudo en el acto.

Taeyong estaba parado al lado de él. Daba bastante miedo.

Se tuvo que tapar los oídos, ese grito le dolió mucho.
Arrugó la nariz e hizo un puchero.

-Yuta, son las 7 de la mañana según la radio y necesito que me bañes.

Yuta apoyó su espalda en el colchón otra vez. Se había llevado un susto por la culpa de Taeyong y encima tiene que bañarlo.

Cuanta desgana tenía.