Yuta es una persona con necesidades, todos tenemos el sentido común de entender eso.
¿A qué viene eso? Yuta simplemente necesitaba privacidad, solo eso.
Y que Taeyong haya entrado de la nada a su habitación lo descomodó por completo.
Pasaron un par de semanas, su amistad va creciendo cada vez más, hasta pasar de ser conocidos a ser compañeros.
Esa mañana, en la que Taeyong entró sin avisar y vio a Yuta mirando vídeos XXX. Ah, cierto. Para la suerte de Yuta, Taeyong es ciego.
-Yuta...
El mayor se volteó asustado, cerró su laptop y se fue al baño para limpiar sus manos y subirse el pantalón que yacía.
Luego volvió con Taeyong, aún seguía respirando con dificultad, pero al menos ya estaba casi todo bien.
-¿Q-qué pasa, Taeyong?
-Quiero un abrazo. —Un infantil Taeyong se hizo presente, cruzándose de brazos y haciendo un leve puchero. Yuta lo abrazó con muchas ganas.— Oye... tienes algo ahí abajo que me está molestando.
Yuta se dio cuenta.
Se dio cuenta de que aún seguía con su "amigo" feliz. Se apenó mucho, además se avergonzó.
-Oh... N-no es nada Taeyong. —Taeyong enarcó una ceja, dudoso.
-¿Porqué respiras con dificultad? ¿Estás bien?
La suerte que Yuta tenía era inigualable. Daba gracias a todo el mundo por haberle tocado cuidar a un chico que aún no le profanaron la inocencia, y que seguramente nunca lo corrompan.
Pasando todas esas cosas por su mente, Yuta, quien hace unos instantes estaba sudando la gota gorda, responde con simplitud un "estoy bien, Tae."
Escuchando ese conjunto de palabras de su mayor, Taeyong sonríe despreocupado, volviendo a abrazarlo con ganas.
Se separan lentamente, el silencio se presenta y la incomodidad desaparece. Taeyong parece que le miraba los ojos a Yuta, Yuta lo mira con un brillo, como si fuera un destello de luz de una estrella en toda la galaxia que habita en esos ojos marrones claro. Esa luz se marchita, con toda la galaxia junta. Los ojos se vuelven opacos y la sonrisa desaparece.
Yuta quería que Taeyong lo mirara aunque sea una sola vez.
A pesar de que Yuta no esté feliz, Taeyong sí, por eso sigue sonriendo. Porque está meramente agradecido a las coincidencias del espacio infinito haber conocido a ese chico con un notable pelo largo y ojos grandes, una mandíbula pronunciada y unos labios suaves, muy suaves y angostos, pero grandes a la vez.
A Taeyong se le revolvía la panza de sólo pensar en él y en cómo sería embriagarse simplemente mirándolo a la cara.
Yuta planta un beso en la mejilla del menor. Al instante, Taeyong siente que la sangre hierve, y que eso mismo le da una tonalidad roja que lo hace ver muy tierno.
Taeyong le quería dar un beso a él pero se da cuenta que ese chico ya no estaba ahí, Yuta se había ido de la habitación.
Taeyong queda estupefacto.
-Yuta. —lo llama, sin recibir ni una respuesta. Vuelve a llamar elevando la voz un poco más. Y así lo hizo repetidas veces hasta que sintió que no pudo más.
Entonces ahí se dio cuenta de que estaba llorando. En ese momento odiaba ser él. ¿porqué era tan sensible?
Se cuestionó todo antes de sentarse en el suelo y llorar.
Lo que él no sabía es que Yuta había ido a buscar agua, tenía sed. Y cuando volvió, no entendía nada.
Literalmente se había ido 3 minutos.
-Taeyong ¿Qué pasa?
El menor patalea para todos lados, cierra sus ojos con fuerza y golpea todo a su alrededor. Yuta lo quiso detener pero obtuvo un puñetazo en la cara.
Taeyong se quedó quieto y abrió sus ojos.
-Perdón Yuta... —El mayor se quedó callado, mientras seguía tocando su mandíbula haciendo muecas con la boca cada vez que tocaba el lugar más afectado por el golpe. Taeyong supuso que el japonés estaba muy enojado, entonces volvió a llorar, volvió a llorar mucho entretanto pedía disculpas azorado.
Yuta no le restó importancia a la escena infantil que hacía su menor. Así que se agachó lentamente y le sacó las manos de la cara. Taeyong paró de golpe.
-¿Puedes dejar de llorar?
-¿Estás enojado?
-No. —En realidad Yuta sí estaba enojado, pero el cariño que le tenía a Taeyong le impedía expresar ira con él.
Taeyong se apegó a su mayor, tomándolo del cuello. Se aferró como si se fuera a morir o algo peor. Creo que no hay nada peor que morir, pero también es la opinión de cada uno definir que sería peor. Entonces, para Taeyong no había nada peor que morir.
Yuta se cayó de espaldas aún con Taeyong abrazado a él, ahora se había puesto a horcajadas y no pensaba moverse de su lugar.
-Taeyong...
-No quiero. —Otra vez Taeyong sonaba infantil.
Yuta se rio. Taeyong era todo un tema.
Cuando se enojaba, era el mismísimo diablo. Pero cuando estaba de buen humor era un pequeño querubín.
Un querubín con arpa y todo, volando libremente mientras emanaba su canto angelical.
Yuta se libró del agarre del menor y se levantó. Luego, cuando estuvo 100% reincorporado levantó a Taeyong y se lo llevó a upa a su habitación.
-¿Porqué me llevaste a mi habitación?
-Porque es tu hora de estar solo.
Yuta lo bajó y lo dejó en su cama, sentado.
-Pero no quiero estar solo, quiero estar contigo.
-Es que... Hay tiempos en los que quiero estar solo, con mucha privacidad porque es mi tiempo.
Taeyong hizo puchero, y frunció sus cejas.
-Pero quiero que estés conmigo. Además ¿qué tanto haces?
-Cosas privadas. —se limitó a decir, automáticamente.
-¿Al menos me dejas tocar tu cara antes de que te vayas?
Yuta se acercó. Estaba acostumbrado a que Taeyong le tocara la cara.
Taeyong con ambas manos acarició las mejillas de Yuta, sintió los huesos de sus pómulos.
Apoyaron sus frentes, Taeyong cerró sus ojos y siguió tocándole la cara.
Pasó de sus mejillas a su nariz, luego a su boca.
-Yuta, quisiera besarte ahora mismo.

ESTÁS LEYENDO
Tus ojos | Yutae
FanfictionTaeyong es ciego. Y Yuta tiene que cuidar de él, a pesar de ser un idiota. [Copias y adaptaciones mientras se acredite al autor]