Capítulo 3 - Soluciones

4K 396 58
                                    


Chicago

—Listo Barbie, ya trasferí cien mil más a la cuenta médica de Betty. –indicó Tessa al terminar la transacción desde su dispositivo.

—Aja. –respondió su amiga, no porque no le prestará atención o que la noticia no fuese relevante, sino porque estaba con el sombrero blanco –experto en seguridad informática– activado en la red.

—Si no fuese porque sé lo que haces creería que le restas importancia a lo que te he dicho. –refutó algo indignada.

—Tess, sabes que me interesa, al igual de poder sacar todos los "pendientes" –hizo la mímica de las comillas con sus dedos–, pero si te soy sincera, mi paciencia no está jugando a mi favor. –dijo culminando su trabajo en el equipo, el cual consistía en hacer las pruebas de seguridad de una de las empresas que les había contratado, legalmente.

—Sabes que con esos "pendientes" –le arremedó– es que llegaremos más rápido a la meta... –se refería a todos los trabajos no legales que hacían, eran buscadas en la red oscura, por los contactos que manejaba Tessa. Ella era la que se encargaba de escogerlos, para luego hacer el trabajo más peligroso y arduo, que era limpiar el dinero que entraba a su firma de consultoría de software, al realizar lo solicitado.

Por cada transacción proveniente de la red oscura –internet oculto–, podían recibir hasta diez veces más de lo que cobraban por trabajos de seguridad informática o sistemas. Mucho del dinero iba a parar en sistemas y equipos de seguridad que las protegían de rastreo, Bárbara era experta en ello, tenía su propio algoritmo, para no dejar rastro y para saltar las IP de sus equipos de manera indescifrable; también iba a parar como impuestos y métodos para "limpiar", Tessa había estado a punto de caer en prisión por haber descuidado esos detalles un par de años atrás, era uno de los motivos por los que se había especializado, aunque su firma de manera formal iba en crecimiento sostenido, a veces no podía rechazar esos trabajos que le eran accesibles para ella, su otra compañera y Bárbara. El resto de dinero que les sobraba era para ellas.

—El tiempo corre, llevamos diez días en esto... no he llegado ni a la mitad de la mitad. –lamentó, acomodando su espalada en la silla, juntó sus dedos y sus pulgares comenzaron a hacer su movimiento característico de persecución para cuando está acelerando sus pensamientos. Soltó un suspiro.

—Barbie, sobre eso, pues bueno. No quería adelantarte nada hasta estar segura, pero creo que tenemos en puerta un trabajo muy importante.

—Explícate. –la morena giró la silla hacia Tessa, cruzó sus piernas, cruzó un brazo sobre su abdomen, sosteniendo el otro para que en su palma descansara su mentón. Estaba atenta. Sabía que, si Tessa usaba la palabra importante, era porque tenía toda la connotación de la misma y más, aunado al "muy" que le antecedió.

—¿Te acuerdas de Ferpi?

—Claro, pineapple... –respondió.

—Bueno su prima trabaja en una farmacéutica. Y recurrió a ella, porque tú sabes, Ferpi y su prontuario.

—Ni hablar. –se referían a que Fer era un hacker reconocida, pero que había sido interceptado por el FBI y sólo podía tocar un equipo electrónico bajo la supervisión de ellos, ella trabajaba para el gobierno a cambio de limpiar su expediente y mantenerla fuera de la cárcel, era un cerebro muy brillante para eso.

—Pues me mandó un mensaje encriptado, del que sólo podemos leerlo nosotras y me pidió atender con suma urgencia la petición, me garantizó que no era nada fraudulento, pero sí de suma importancia. –Bárbara la miraba absorta, sólo asintió y acariciaba su mentón.

Complicidad (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora