Capítulo 24.

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-Te agradezco que me ayudes y espero que no pase nada malo, eso si, aunque no pase nada malo pienso pagarte por el tiempo de trabajo.

-Lady Frye tranquila, es una mujer fuerte, la he visto superar bombas y montón de peligros, esa operación al lado de todo eso no serán nada.

-Aun así se delicado con Jun, todo esto le será grande para él.

-No se preocupe, no piense en la muerte y luche por vivir para estar con su pequeña niña que me dijeron que ha salido mucho a usted.

-Pero espero que no corra por mi mismo destino.

-Ya vera que no porque usted sobrevivirá y la criara junto a su marido guiándola por el buen camino.

-Gracias por su animo.

Nuevamente como todos los días regreso a la oficina para terminar con mi trabajo de adelantar cosas pues solo me quedan pocas horas para la operación. El problema que con los nervios de la operación y los calmantes ando con una mezcla de carácter.

-Buenos días.

-Mi reina, estaba preocupado, ya van dos días que sales temprano a la torre ¿Pasa algo allí?

-No mi rey, solo mucho papeleo, todo va bien.

-Seguro, te noto algo rara.

-Son los calmantes, no te preocupes...- miro para la mesa de Mimi y no está -chicas ¿Y Mimi?

-No sabemos.

-A Matsuo yo también le buscaba ¿Dónde está?

-Seguro que llegando al igual que Mimi.

-Pues espero que eso sea cierto.

-Hayashi-san descuide solo son 15 minutos de retraso.

-¿Mental o de tiempo?

-¡Jun!

-Perdón, son solo los nervios, hoy hay mucho trabajo.

-Vale, me voy a mi oficina, tengo mucho que hacer, hasta luego mi rey.

-Eurus.

-¿Qué pasa?

-Te olvidas de mi beso.

-¡Oh! Perdona, los calmantes me tienen loca. Le doy un beso.

-No abuses de esos.

-No descuida, nos vemos luego.

Fui a precedencia y estando sola me pongo hielo mientras miro en mi al espejo el hematoma que no desaparece por culpa de la bala. Viéndolo no puedo evitar llorar pues son muchos recuerdos buenos que vienen a la mente con todos mis seres querido y los cuales tengo miedo perder con mi muerte.

Si de por si no podía controlar mis estado de animo se le sumaba que Mimi seguía sin aparecer y me hace mucha falta para hacer el trabajo de aquí.

-¿Me llamaste Sherlock?

-Si...perdón ¡Uhm! Si.

-¿Te pasa algo?

-No, solo ando un poco ida con los calmantes ¿Ya llego Mimi?

-No, pero llamo diciendo que está en el médico enferma.

-¿Está mal?

-Indisposición que tuvo que ir al medico.

-¿Y Kinto-san?

-La está acompañando porque está muy delicada, para que veas que Hayashi-san no es el único hombre que cuida de su mujer. Oír decir eso me hace pensar más el no querer preocupar a Jun.

-Es raro, los dos juntos y no por otra cosa.

-Con su permiso la dejo trabajando.

-Vale.

Continuara...

La belleza de las flores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora