Prohibido Olvidarte ( BoruSara )

Parte Cuatro : Acecho

De: Sin remitente

¿Sabes? Hace mucho te conozco, pero jamás he podido hablar contigo.

Creo que todavía no he encontrado el momento para hacerlo.

Por eso te escribo estas cartas, Sarada.

Quiero que sepas sobre mis sentimientos.

Que no dejo de pensarte, que no puedo dormir sin pensar en ti antes,

Que desearía poder besarte.

Espero que esto no suene muy acosador.

Sarada, quiero que me des una oportunidad, pero

Todavía no me animo a hablarte.

Te seguiré escribiendo. Espero que estés bien.

- - - - -

Boruto había decidido enviarle el folleto a su hermana en el que pedían empleada para el bar literario donde trabajaba Sarada. No perdía nada con intentarlo. Así incluso podría obtener más información sobre ella, ¿por qué no? Himawari necesitaba ese empleo después de todo. La residencia Uzumaki era humilde, nada fuera de otro mundo, a diferencia de la casa Uchiha que tenía sus lujos. Apenas ingresó en la casa, su hermana lo recibió con una sonrisa y le preguntó por qué había tardado. El rubio palideció. Ella no sabía que se quedaba en el café para mirar a Sarada. Tragó pesado, así que evadiendo su pregunta, le entregó el folleto:

-Esto puede servirte, Hima.

Himawari miró de reojo al folleto. ¿Un bar literario? ¿Existía eso? No tenía idea. Sujetó el panfleto y le dio otra leída general. De verdad estaban pidiendo empleadas en ese negocio y, al parecer, su hermano le consiguió información. Parpadeó confundida. Lo notaba diferente a desde la última vez que lo vio entrar por esa puerta con su novia Ayumi. ¿Qué le pasaba últimamente? Su hermano ingresó al pasillo luego de quitarse los zapatos y el camperón. Lo miró confundida, esperando una respuesta.

-Boruto, ¿pasó algo entre Ayumi y tu?

Boruto sintió que su corazón dio un vuelco. Olvidaba que no lo sabía y que nadie, de hecho, lo sabía. Soltó un suspiro agotado. Su semblante se vio decaído. No quería hablar sobre Ayumi en este momento. Quería reemplazar eso por los nuevos sentimientos. Esa chica que apenas le ponía un ojo encima. Sin embargo, no podía ocultarle nada a su hermana. ¿Cómo lo haría? Ella lo conocía más que nadie y sabría si estuviera mintiendo. Dejó escapar un leve suspiro y lo confesó:

-Rompimos hace un mes-hizo una pausa al notar el asombro de su hermana-. Lo siento, Hima. No estaba de ánimos para contárselo a nadie.

-Pero, ¿cómo...?

-Ella me dejó. No lo sé. No me explicó nada. Solo rompimos.

Himawari miró extrañada a su hermano. ¿No le dijo nada? Tenía razón. Ayumi se comportaba extraña desde hace varios días y eso explicaba todo. Al escuchar eso no pudo evitar sentirse mal por su hermano. Sabía que la quería y no merecía haber roto con él. No quiso decirle nada más, pues su hermano se adentró en la casa y se retiró a su cuarto. Miró el panfleto, ¿qué hacía su hermano en un bar literario? Tampoco era el típico chico que tomara un café con sus amigos después de clases, más bien era el que iba al karaoke o a la tienda de videojuegos. ¿Habría pasado de casualidad y encontró ese folleto para ella? Levantó una ceja sin comprender nada. Suspiró.

Boruto se quitó el uniforme y lo colgó en su percha como de costumbre. Pensaba encender la televisión para ponerse a jugar, pero decidió continuar leyendo el libro que sacó de la biblioteca. Las cartas eran un asunto sentimental y privado, hasta demasiado cursi para su gusto, se preguntó cómo era posible conquistar a una mujer a través de las cartas como lo hacía el protagonista. No tenía demasiadas opciones. Se echó en la cama y abrió el libro justo en el capítulo nueve. No entendía cómo, pero había logrado superar sus propias expectativas. Jamás se había enganchado tanto con una historia.