EPILOGO

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Ya llevaban un mes saliendo y como toda pareja asiática, lo más problemático era avanzar al siguiente paso. Pues cada vez que lo intentaban, Sarada huía o lo esquivaba. El rubio empezaba a creer que lo hacía a propósito o era demasiado tímida. Las tradiciones japonesas sí que estaban en su genes. Suspiró varias veces al sentarse en la mesa que siempre frecuentaba y observar a su novia atender otros clientes. Debía admitir que era preciosa con ese delantal, aunque a veces se quejaba de que su falda fuera demasiado ajustada y resaltara su trasero. ¿No podían escoger algo más suelto? Bufaba cada vez que veía a un hombre espiando cosas que no debía. Siempre les gruñía o se los hacía saber.

Su amigo soltó una leve risita. El también se había acostumbrado a visitar el bar porque estaba interesado en la morena, solo que esa chica era difícil de conquistar, encontrando la manera de escapar de sus encantos. Mitsuki sentía que la amaba cada día más. Mirar a su amigo suspirar por su novia, le causaba risa.

-¿Ya se han besado?

-No lo menciones. Cada vez que intento hacerlo-se detuvo para resaltarlo molesto-. ¿Puedes creer que huye? ¡¿Qué chica escaparía de un simple e inocente beso?!-dejó escapar otro soplido-. Lo normal sería que huya cuando queramos hacer algo más...

-¿Elaborado?-completó pícaro. Su amigo lo fulminó con la mirada, sonrojado.

-¡No...!-se tapó el rostro-. Demonios...

Sarada volteó levemente hacia el rubio, quien se estaba quejando con su amigo. Todavía no habían tenido su primer beso y es que de verdad le daba pena. No entendía cómo podía tomar su mano y abrazarlo, pero le avergonzaba besarlo. Quería hacerlo. Claro que sí. Se sentía una niña pensando así. Pronto comenzarían los exámenes de ingreso a la facultad. Decidió que estudiaría Profesorado de Literatura. Boruto era quién todavía no sabía qué estudiaría. Estaba la idea de estudiar Economía o Política, incluso podría ser una opción Historia, pero ninguna idea le convencía. Ni tampoco sabía qué era lo mejor. Tal vez tomaría un descanso del estudio.

-Sarada, ¿en serio estudiarás en la privada?-quiso saber Yodo sacándola de sus pensamientos.

-Ah, sí, sí-exclamó-. Tengo más posibilidades allí.

-¿Ya sabes qué estudiará tu novio?

Sarada se sonrojó.

-No, no tiene idea aún-bajó la mirada-. Yodo, ¿crees que sea normal que aún no nos hayamos besado?

-No, para nada es normal-sentenció-. Además tu novio es un bombón, ya debiste haberlo besado hace medio millón de años.

-¡Yodo!-se quejó-. Se te pegó el humor de Chouchou, ¿o qué?

Yodo no respondió y siguió en lo suyo. Volteó hacia Boruto una vez más. Al terminar su trabajo, el rubio la acompañaba hasta la estación, incluso a veces hasta su casa. ¿Estaba bien pedirle que se quedara a cenar? Sus padres regresarían tarde. En especial su madre. Ambos saldrían a cenar en una pequeña velada. No quería quedarse sola tanto tiempo. De camino hasta la estación, permanecieron en silencio, Boruto sujetaba su mano y su mirada se concentraba en el cielo estrellado. El calor empezaba a asomarse y las flores del cerezo lo comprobaban.

Desde que había dejado de recibir cartas de su yo del futuro, decidió avanzar sola en la relación con Boruto, pero se daba cuenta que era más tímida de lo que imaginó. Tampoco tímida era la respuesta, solo era vergonzosa. Temía mostrarse débil frente a él. Miró de reojo a su novio, lucía tan tranquilo y era paciente con ella, no quería abusar de su predisposición.

-Boruto, puedes quedarte en casa si quieres-susurró.

-Ah, ¿estás segura?-indagó incómodo.

Prohibido Olvidarte ( BoruSara )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora