Parte Diez : Futuro

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La persona que estaba en esa camilla era Boruto Uzumaki. Un chico que no merecía haber quedado en coma por un accidente. ¿Su familia? No sabía de dónde sacar esperanzas para creer que Boruto sobreviviera o que, al menos, despertara una vez más. Himawari miraba de reojo a Sarada, con resentimiento, malestar. No quería que se le acercara a su hermano. No era su culpa. Claro que no. Si era culpable de que pasara las noches en vela, suspirando, por una chica que no le correspondía.

Imaginó que Ayumi tendría motivos para decidir separarse de su hermano. Siempre fue honesta y en verdad nunca lo amó. Sarada era distinta. Ella ni siquiera le dio una oportunidad. Su hermano jamás se había entregado tanto a una mujer como por ella. Resopló al verla consternada. ¿Estaba fingiendo sentir lástima por él? ¿O sus lágrimas eran verdaderas? No estaba convencida de su teatro. No podía confiar en alguien tan fría como ella. Su madre parecía intentar confiar en ella y darle la posibilidad de entrar en su círculo familiar. ¿Por qué lo hacía? No lo merecía.

-Mamá, ya es suficiente. Sarada debe terminar con sus asuntos-asumió con actitud tajante. Sarada se percató de ello y volteó hacia ella con la mirada decaída. Entendía su enojo.

-Himawari, no entiendo cómo fue el accidente. Juro que yo no tengo nada que ver. Si es cierto que lo rechacé, pero no fue ...

-No te echo la culpa del accidente-cortó-. Sí, de haberlo herido emocionalmente.

Era injusto, pensó dolida. No había hecho nada malo. ¿Verdad? ¿Acaso prefería que saliera con alguien que no amaba? No quería darle falsas ilusiones. El merecía a una mujer acorde a sus ideales. Hasta sentía que la idealizó demasiado. ¿Qué podía conocer de Uchiha Sarada? Absolutamente nada. En parte porque nunca compartieron más que algunas palabras sobre la novela de H.K y además porque no eran amigos. Ni siquiera eso. Todo partía de su imaginación.

Sarada estaba por contestarle, cuando la voz de su madre la sacó de sus cavilaciones, al voltearse la visualizó a unos metros de ellas. Tenía la bata blanca y una carpeta en mano. Se acercó para saludarlas.

-Al fin llegas, Sarada-la miró y luego a las Uzumaki-. Señora Hinata. Himawari-saludó amable-. Ella es mi hija.

-Oh-la señora Hinata pareció sorprenderse-. No sabía que era tu hija.

-¿Qué...?-Sarada no entendía nada.

-Soy la doctora que está a cargo de controlar el avance de Uzumaki Boruto-sonrió-. No sabía que lo conocías, Sarada.

Su hija se sonrojó por primera vez. No sabía si fue la incomodidad o porque de verdad le generó vergüenza. ¿Su madre era la doctora a cargo de Boruto? Para eso necesitaba las órdenes. Su parte médico. Quiso calmar sus nervios. Ahora sentía la mirada de ambas posarse en ella con actitud invasiva. Definitivamente, Himawari no estaba de acuerdo. Sarada le entregó los papeles correspondiente y miró por última vez al rubio. Le generó angustia verlo en ese estado. Sin decir nada más, decidió retirarse. No quería seguir incomodándolas.

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Llegó a la residencia Uchiha al cabo de una hora de viaje. No podía creer lo que había presenciado. ¿Boruto atado a un aparato artificia? ¿Su vida pendiendo de un hilo? Era desgarrador. No podía imaginar lo que significaba para su familia. Vivir con el corazón en la boca y perder toda esperanza. Antes de entrar a la residencia, se dio cuenta que no estaba sola. En la puerta la esperaban tres personas, más bien su padre también, que recién llegaba del trabajo y estaba bajándose de su vehículo. Sarada se sorprendió por las visitas, ¿qué hacían aquí? Miró hacia ellos, Kakashi, Chouchou y el chico albino amigo de Boruto, estaban presentes.

Prohibido Olvidarte ( BoruSara )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora