Parte Ocho : Herida

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De: Sin remitente

Te envío estas cartas desde el futuro.

Quiero ayudarte a prevenir algo importante.

Lee con atención la próxima carta.

Desde la ventana podía visualizar el patio del colegio. Un hermoso árbol estaba cubierto de nieve. Afuera nevaba. ¿Cuándo había comenzado a nevar? Con todo lo que estuvieron haciendo en la obra de teatro ni siquiera se percató. Boruto no podía creer que había besado a Sarada más de una vez y aún no olvidaba sus cálidos besos sobre los suyos. Era una de las mejores sensaciones que sintió jamás. Sabían a miel pura y eran adictivos. Sus labios eran rojos y finos. Era una muñeca de porcelana. Era preciosa. Tocó sus labios con sus dedos, sin poder evitar sonreír al recordar cada escena. Había sido una hermosa tarde. Quién lo diría.

El telón se abrió y de este emergió la pelinegra, acompañado de una bolsa de hielo y una caja de primeros auxilios. Se sonrojó. Ella era demasiado atenta con él y se sentía culpable por golpearlo esta mañana. Esa puerta sí que le dejó un chichón. Esbozó una sonrisa compasiva y ella se colocó delante de él. Sacó algunas cosas de la pequeña caja y le entregó la bolsa de hielo.

-Ponte eso en la cabeza-indicó amable-. Aquí adentro debe haber algo de medicina para que se desinflame ese golpe. Diablos, soy una tonta. Perdón, no pensé que...

-No te preocupes, Sarada. Solo fue un golpe-sonrió y se colocó la bolsa. Chilló-. Auch, duele.

-¿Lo ves? Es que se te hizo un moretón. Déjame pasarle un poco de agua oxigenada-se acercó y le apartó la bolsa.

Una gaza con agua oxigenada tocó la herida. El no chilló, pues se quedó mirando esos hermosos ojos oscuros. Suspiró sin darse cuenta. Ella se sonrojó. Estaban demasiado cerca. Podían sentir su respiración cerca. Se quedaron viendo a través de sus ojos. Hipnotizados por unos instantes. No es correcto. Tengo al chico de las cartas. Se regañó Sarada convencida. No estaba segura si Boruto era ese chico. A pesar de que podía encajar en la descripción que dio el chico misterioso en las últimas cartas. Además se suponía que era alguien del futuro. No entendía por que recibiría cartas del futuro. Tenía dudas y las resolvería después de salir de allí. Lo prometió con sus amigas.

-Sarada...-entrecerró los ojos.

Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta que el rubio, la sujetó de las muñecas con cuidado y la atrajo hacia él, uniendo sus labios una vez más. No pudo reaccionar a tiempo porque de verdad estaba disfrutando ese beso. Jamás imaginó que su verdadero primer beso sería con un chico que apenas conocía. ¿Qué sabía sobre Boruto Uzumaki? Nada. De hecho no sabía nada sobre él. Lo único que sabía era que no le gustaba y que no sentía lo mismo que él sí por ella. El rubio profundizó el beso sin prisa y al notar que ella no forcejeó, intentó meter su lengua, quería seguir saboreando esos labios adictivos, quería que fuera suya. Quería tenerla a su lado, decirle que la amaba, necesitaba estar a su lado.

No, no es correcto. Se convenció la pelinegra y se soltó con brusquedad. Empujándolo. Boruto se desprendió confundido.

-Boruto, no es correcto.

-Sarada, perdón-se disculpó enseguida. Ella le dio la espalda.

No dijo nada más. Boruto se dio cuenta que lo había arruinado todo una vez más. ¿Hasta cuándo sería tan idiota? ¿Cómo era posible que siempre tenía que arruinarlo todo? Sarada juntó sus cosas y salió del gimnasio. Afuera había comenzado a nevar y ella quería regresar a casa. La alcanzó en dos zancadas y la sujetó del brazo, obligándola a detenerse. Ambos quedaron atrapados en la nieve. Sarada forcejeó, molesta. O quizá angustiada. No tenía idea.

Prohibido Olvidarte ( BoruSara )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora