Mentiras y verdades

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Estaba decidido a darle su merecido, los pálidos nudillos de mis puños escocían más que listos para golpear sin contemplación en cualquier momento.

Wyt Wongsamran, la persona más falsa y desleal que conozco, ni siquiera parecía estar arrepentido por todo lo sucedido, el incontenible enojo acumulado comenzaba a nublar mi mente.

Caminé raudamente al encuentro de esa indeseable persona, a pesar de estar a una considerable distancia, tener frente a mis ojos a ese traidor amenazaba con extinguir buena parte de mi propio raciocinio.

Recorrí a toda prisa la recepción del lujoso restaurante, sin ningún problema llegué a la zona del comedor principal, todas las mesas lucían vacías salvo una, la que estaba ocupada por dos individuos en traje de negocios, la ubicación exacta de Wyt y Saint era curiosamente muy cercana a esa mesa exclusiva con vista a una extraña cascada artificial, la misma que me impresionó la primera vez que la vi.

Parecía inexplicable que todavía no notaran mi presencia y mi inminente llegada, ya me encontraba muy cerca de interrumpir su conversación.

Sin embargo y de un momento a otro, dos impredecibles fuerzas detuvieron mi andar, a pesar de mis reclamos me arrastraron fuera del camino y me llevaron al interior de un lugar que permanecía a oscuras, cuando por fin se iluminó la habitación, percibí que me encontraba en una especie de sala privada reservada para reuniones de ejecutivos. 

Con premura uno de mis captores se apresuró a asegurar la pequeña puerta corrediza, la dificultad de terminar de cerrarla por completo era mayor debido al sin número de patadas que propinaba al azar.

Yacht Surat, el tipo que reconocí de inmediato, no tuvo otra opción salvo permanecer como un escudo humano en la puerta, ubicándose fuera de mi alcance incapaz de seguir tolerando mis múltiples puntapiés, mientras tanto su audaz compañero, que de por si me era bastante familiar, me sostenía de ambos brazos aplicando una llave inmovilizante.

Ambos entrometidos se esforzaban por detenerme, Yacht atemorizado animaba a mi "casi hermano" Perth a que no dejara de usar su peculiar técnica de lucha libre y advertía a viva voz que no bajara la guardia en ningún momento.

Pasaron los minutos entre forcejeos y maldiciones, pronto Perth habló con un claro agotamiento en sus palabras.

—P'Plan tranquilízate, no vale la pena discutirlo, te juro que lo aniquilaremos la próxima vez, pero entiende que hoy no es el momento de hacerlo.

Con enojo le respondí de inmediato —¡Qué pueden saber ustedes, no tienen ningún derecho!

Intenté mover mis brazos y maldije un par de veces más, sin embargo por más que lo intentara, no parecía tener otra salida salvo esperar algún próximo descuido de ambos tontos.

Aún deteniendo la puerta, Yacht me miraba con una expresión divertida.

—No debes molestarte con nosotros, el enano no quiere que te metas en problemas, además Saint sabrá como arreglarlo, él es casi tan bueno como yo para persuadir a las personas. No por nada es un buen abogado y la mano derecha de Mean.

Al escuchar la inoportuna voz de Yacht mi fastidio creció.

—Tú no digas nada, seguramente ese amigo tuyo tiene que ver con todo esto. ¡Nunca debí aceptar su ridícula propuesta! —exclamé con furia.

Nuevamente pecaba de ser el mismo ingenuo de siempre, creyendo en buenas intenciones. 

¿Qué explicación me darás ahora Mean? ¿Acaso también quieres ser socio de mi peor enemigo?

¡Diablos!

¿Qué relación podría tener el maldito traidor de Wyt contigo? 

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2020 ⏰

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