Engaño

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El cielo azulado con matices rojas y naranjas oscurecía lentamente ante mis ojos, la vista de la ciudad era magnífica, sin embargo no tenía el tiempo suficiente para apreciar la belleza del paisaje.

Miré mi celular, espere a que el mensaje que envié hace menos de una hora fuera leído; no era extraño, mi novia solía olvidar cambiar el modo silencioso del celular y abandonar su móvil en cualquier lugar cuando estudiaba.

Después de meditarlo un rato tomé la decisión de desviar el lugar de mi destino en el último tramo, ir a mi departamento pasó a segundo plano a raíz del accidente de tránsito muy peculiar del que fui protagonista.

Tal vez estaba dramatizando, pero llegue a pensar que si algo me pasaba, como morir sin previo aviso en algún accidente, al menos me gustaría ver a la mujer de mi vida por ultima vez. Quería recomendarle una vez más que tenga su teléfono siempre a su alcance, decirle lo mucho que me hizo falta en estas semanas. Se que con solo ver una sonrisa en su rostro me curaré de todo el estrés que llevo conmigo.

Intenté llamarla un par de veces más y efectivamente no contestaba, sin duda la mejor solución era ir a buscarla a casa de sus padres.

Aparqué el auto, había llegado a mi destino.

Toqué el timbre de la mansión, pronto sonó el contestador, imploraba a mi suerte porque detrás de ese contestador no estén los empleados que son muy leales a su padre, lo que menos quería era la intromisión de mi suegro, menos aún tener una entrevista con él, debía evitar cualquier discusión antes de la boda, confieso que mi carácter un tanto explosivo no ayudaba mucho a la causa.

-Buenas noches, Familia del senador Kantawong Samenen, identifíquese por favor.

-Buenas noches, soy Rathavit Kijworaluk, el prometido de Yu, he venido a buscarla.

-Espere un momento por favor.

Después de lo protocolar que sonó eso, espere como me dijeron, abracé mis brazos debido al frío de la noche, estaba agotado de la formalidad, mi suegro era un renombrado senador de Tailandia, nada impresionable a decir verdad, tal vez ya me había acostumbrado a eso, pero de lo que no terminaba de acostumbrarme era de lo complicado que era tener una cita normal con Yu, al menos cuando su padre se entrometía, siempre que estaba en sus posibilidades por supuesto, la mandaba escoltada con varios agentes de seguridad, bastante molestos y entrometidos. Sin embargo en mis cinco años de relación he aprendido a burlar esa seguridad de manera única.

Siempre creí que al Senador no le gustaba para futuro esposo de su hija, no eran solo ideas mías, alguna vez me dejo en claro que para él yo era un don nadie y un desgraciado. Mi querido suegro confiaba fielmente en que algún día su hija termine por entrar en razón y llegue a cambiarme por alguien de mejor posición social, pero eso era prácticamente imposible, Yu me amaba, casi tanto como yo la amaba a ella, ahora faltaba ya menos de un mes para nuestra boda. Después de ese acontecimiento tan importante en nuestras vidas su padre no podrá ni siquiera intentar separarnos.

-Sr. Kijworaluk, la señorita Yu Samenen no se encuentra en casa, sin embargo el Senador lo recibirá en su despacho.

Inmediatamente se escuchó el sonido de la puerta automática desactivándose.

¡Diablos!

En ese preciso momento no se me ocurría nada, salvo...

-Acabo de recibir una llamada, tengo que encontrarme con un amigo ahora, es algo urgente, le envía mis disculpas y mis saludos al senador, adiós.

Salí muy deprisa, sin esperar a ser escuchado del otro lado de la contestadora, seguramente mi huida era observada por alguna de las tantas cámaras de seguridad que hay por toda la entrada.

Jamás es imposible [2Wish]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora