El Sol

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Definitivamente este no era su día de suerte, por la mente de Kyungsoo pasó la estúpida idea de salir corriendo de aquel lugar, pero no era tonto, necesitaba permanecer en este trabajo al menos hasta que encontrase otro, sino terminaría durmiendo en una esquina de la ciudad cubriéndose con un trozo de cartón.

—L-lo siento— ¿Por qué fallaba su voz de repente? Debería mantenerse firme estando en presencia de este idiota—L-le aseguro que no...

—Cállate, si vas a hablarme, deberías por lo menos hacerlo bien—la voz de Jongin era suave pero firme— ¿entendido?

—Sí—Kyungsoo hizo una pequeña reverencia, pudiendo observar desde esa postura como un par lágrimas empapaban el suelo; ahora sí que había perdido la cordura ¡estaba llorando! ¿Por qué lo hacía? ¿Acaso Jongin causaba algún efecto en él? No, por supuesto que no, era la ira la que causaba que Kyungsoo no pudiese controlar sus emociones, hacía tiempo que nadie le trataba de esa manera...no, no, espera... ¡nunca nadie le había tratado así!

—Puedes empezar tu trabajo limpiando este desastre.

—Lo haré— Kyungsoo se giró rápidamente y se dirigió a la puerta, sin dejar que Jongin notara las lágrimas que recorrían su rostro.

—Espera—Kyungsoo se detuvo ante la orden—no tienes por qué salir, en la puerta al fondo está todo lo necesitas.

Por suerte para Kyungsoo, la puerta se encontraba en la dirección opuesta a Jongin. Caminó a paso rápido y una vez estuvo dentro de aquel pequeño cuarto de mantenimiento limpió con sus manos su rostro; tomó un trapeador y salió de aquel lugar.

Detalló la habitación buscando con la vista a Jongin, este se encontraba sentado en frente de su escritorio ojeando algunos papeles, inhaló profundamente, contuvo la respiración por unos segundos exhalando luego, podía lidiar con esto, después de todo era una de sus habilidades soportar a gente irritable, es algo había aprendido en sus anteriores trabajos. Caminó hasta el sitio donde se encontraba el desastre y notó que había olvidado la pala, ahora tendría que levantar los cristales con sus manos. Se agachó dejando a un lado el trapeador y comenzó a tomar pieza por pieza de la ahora rota botellita, levantó la mirada dirigiéndola hacia donde estaba Jongin mientras aun recogía los vidrios; debía admitir que aquel idiota era guapo, su rostro reflejaba seriedad y madurez, mientras que esos mechones de cabello que caían parcialmente sobre su rostro le daban al hombre un toque sensual. Tan embelesado estaba Kyungsoo que no se percató de cuando uno de los cristales había atravesado su piel, causando que una considerable cantidad de sangre empezara a surgir de una de sus manos; Jongin miró hacia donde se encontraba Kyungsoo haciendo que sus miradas se cruzasen. Kyungsoo sintió la sangre helar al encontrarse con los ojos de Jongin, ¿Qué era aquello? Parecía penetrarle el alma, no sabía cómo expresar lo que ahora observaba, incluso podría decir que los ojos de Jongin se habían tornado de un ardiente carmesí, pero de seguro era su percepción engañándolo, eso era imposible en la vida real... sí, la misma vida que él estaba viviendo ahora.

—Fuera—esta palabra salió como un gruñido de la boca de Jongin.

—Sr. Kim, me iré en cuanto termine de...

— ¡Fuera! — ahora Jongin había levantado la voz, causando que Kyungsoo se enderezara de golpe, apretando aun mas los cristales en su mano.

— S-sí Sr. Kim, ahora mismo...

— ¡Maldita sea! ¿acaso no sientes dolor?

Kyungsoo se extrañó ante la pregunta de Jongin, ahora si podía decir que aquel tipo estaba loco; decidió examinar con su mirada su propio cuerpo deteniéndose en su mano, notando una gran cantidad de líquido escarlata que emergía de ella.

Middlenight's Sun- KAISOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora