La colosal montaña de papeles sobre mi escritorio parecía jamás disminuir. Últimamente me sentía esclavo de un trabajo que tan siquiera era el de mis sueños.
¿Cuál era mi verdadero anhelo? Después de tantos años desempeñando algo que alguna vez no vi como mío, perdí la noción de mis verdaderos deseos. Prácticamente terminé incorporando y asumiendo la labor, mientras poco a poco mis afanes fueron desapareciendo, hasta resignarme a cumplir con mi puesto.
De vez en cuando levantaba la mirada y me asomaba por la ventana, aquello era una excusa para salir un instante de mi realidad. Las aves agitaban con alegría sus alas para mantener la sintonía con los silbidos del viento. Si se cansaban, solo debían aterrizar sobre la copa de algún árbol y consumir su fruto.
La vida parecía ser justa y acoplarse a la perfección de algunos. Al mismo tiempo, los otros solo nos deteníamos a observar con envidia, aunque en nuestros interiores blasfemábamos contra la vida y nos lamentábamos de nuestra injusta existencia.
¿Cuáles son mis sueños? ¿Qué me gustaría estar haciendo? Ya no tengo ni la menor idea, tan siquiera me conozco. Nunca tuve el control absoluto sobre mi vida. Al inició luché, pero después de un tiempo mis intentos se volvieron insignificantes y terminé cediendo el control absoluto a mi destino, el cual dictaba una inflexible vida de esclavitud.
¡Qué vida tan insípida! Todos los días me resultaban iguales.
Desde que te conocí... apareció un pequeño destello en mi rutinaria vida. Quería pensar que serías mi escape de la tediosa realidad y finalmente podría salir del estado soporífero, el cual me consumía día con día.
Sin siquiera saberlo, eras para mí una heroína. ¿Qué pasaría si lo supieras? Sería muy vergonzoso para mí que te dieras cuenta de algo así, porque seguramente no me verías más como alguien interesante a quien deseas profundamente llegar a conocer.
¿Qué sería de mí sin ti? Apenas y te conozco, pero me has hecho querer seguir adelante y soportar absolutamente todo.
—¡Tae! ¡Tae! —el juguetón chico frente a mí golpeó con las palmas de sus manos mi escritorio.
Tan tonto.
Mi reacción fue la más humorista para él. Sin querer, lancé las hojas que tenía en mis manos.
—¡Qué demonios! —seguía sobresaltado.
Me levanté del fatigoso asiento, estiré mis extremidades y mi espalda, donde mis pobres huesos comenzaron a traquetear.
—Eres un completo anciano —su burla me irritaba todavía más
—¡Cállate! —demandé con más seriedad de la que deseaba.
Sus chispeantes ojos analizaron mi expresión y postura, pero la jocosidad no desapareció, solo tomó la decisión de fastidiarme menos. Después de todo, sería muy injusto que el día de alguien más fuese arruinado por alguien como yo.
Me agaché para recoger las hojas y continuar con mi supuesto trabajo; no obstante, ni siquiera las había terminado de tomar, cuando observé a Jungkook agarrar una numerosa cantidad de hojas.
—Espera, ¿qué diablos estás haciendo? —me enderecé con la rapidez de un resorte.
Esa mirada de díscolo no me agradaba en lo absoluto. Es más, estaba completamente seguro de que algún plan macabro cruzaba esa cabeza hueca, quizás no tan hueca, pero en algunos casos parecía serlo.
—Vamos al cine, hoy reproducirán nuevamente "La huella" —no me tragaba ese intento de sonrisa inocente.
—No puedo, tengo demasiado trabajo pendiente —me encaminé a su dirección con las ambas manos extendidas.
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Hotel Singularity // Tae
FanfictionEn donde a Taehyung le gustaba visitar el Hotel Singularity y sus bailes de máscaras. Justo en ese sitio, creyó finalmente encontrar al amor de su vida. Sin embargo, no todo será tan sencillo como lo imaginó, las aguas siguen turbias y sus enemigos...