Capítulo corto I

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Sentí unas suaves manos recorrer mi torso desnudo, aunque creí que las caricias eran simplemente parte de un sueño; sin embargo, en cuanto fueron más descaradas se tornaron más vívidas para mí.

Los delgados dedos acariciaban mi pecho, mi abdomen, incluso traspasaban un poco el límite con mi pantalón de dormir. Abrí mis ojos, pero no hice nada para detener las traviesas manos, estaba muy curioso y sin la necesidad de mentir, era excitante.

Pronto me di cuenta de que efectivamente sí había alguien junto a mí, el colchón estaba más hundido de lo usual, sentí la calidez corporal de alguien detrás de mí e incluso su aliento chocar contra mi nuca, además, podía escuchar su respiración entrecortada. Tal vez, sin recibir nada a cambio, estaba disfrutando tanto como yo el momento de intimidad.

No me importaba quién era, pero imaginé sus labios entreabiertos, siendo relamidos por su lengua de vez en cuando, acompañados por una excitante expresión de placer. Quería más, quería más contacto, cercanía, caricias, besos húmedos y descaro.

Como si mis deseos fuesen escuchados, sentí sus labios chocar contra mi cuello, la acción me estremeció, lo cual se hizo completamente evidente en mi piel erizada y el sutil natural movimiento de mi cuerpo. Por un momento se detuvo; no obstante, no quería que se detuviera, más bien quería llegar más lejos; pensé en volverme descarado si quería llegar a más, sujeté su mano y la llevé hasta mi ropa interior.

Lamentaba profundamente no observar la procedencia de aquellas caricias, pero al igual que la excitación, la oscuridad nos consumía.

Comprendió mi acción y continuó besando mi cuello, incluso mordisqueaba y lamía mi sensible piel de vez en cuando. Si no podía verme, al menos no intentaría reprimir mis roncos gemidos para hacerle entender que me estaba haciendo sentir bien, demasiado bien, en realidad. Nunca antes alguien me hizo sentir tan bien.

Sacó su mano de mi ropa interior e hizo un recorrido por mi torso, cuello, barbilla, hasta llegar a mis labios, los cuales acarició con su dedo pulgar y presionó ligeramente.

Escuché un crujido proveniente de la madera de la cama y el colchón se movió un poco, luego sentí unos suaves labios estamparse sobre los míos, pero de cierto modo, por medio de su acción noté su desesperación.

De vez en cuando emitía ligeros gemidos, los cuales eran un poco ahogados por nuestros labios entrelazados. Me tomé la libertad de mordisquear su labio inferior y posteriormente introduje mi lengua en su cavidad bucal, pero en cuanto llevé mi mano a su barbilla, la apartó.

Tal vez no quería ser acariciada. Era egoísta, pero decidí respetar su decisión, con el fin de no ponerle fin a nuestra insaciable química corporal.

En cuanto alejó sus labios, me sentí frío, como si una parte de mi ser hiciera falta. "No te detengas", murmuré, mi voz sonó más ronca y lenta de lo usual, casi suplicante, pero no me importó, porque era la verdad, estaba siendo ambicioso y mo cordura desapareció por completo.

No obstante, sentí el colchón moverse de nuevo, estuve apunto de rogar su estadía, aunque en cuanto sentí mi pantalón siendo removido, me di cuenta de que su intención no era marcharse, sino llegar más lejos, justo como también lo añoraba.

En cuanto me desperté, todo mi cuerpo estaba sudoroso. Llevé mis manos a mi rostro y cerré los ojos nuevamente, pero por unos segundos.

No era la primera vez, el sueño era demasiado recurrente, más bien estaba acostumbrado; sin embargo, siempre me traía recuerdos y de cierto modo, lograba confundirme, hasta el punto de ponerme pensativo y bastante distraído durante todo el día.

Siempre quería dejar de darle tantas vueltas, porque algo en mi interior me decía que no estaba bien. Tal vez olvidar no era lo mío, se me hacía imposible.

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Hola, perdón por la tardanza, el fin de semana subiré dos capítulos.

Muchas gracias por leer la historia, espero que les haya gustado el capítulo.💖

Hotel Singularity // TaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora