Decidí que necesitaba un hombre llevaba dos años soltera y talvez era lo que me causaba ese desliz con maze, me lo propuse esta noche mientras me colocaba un vestido sin mangas de color negro y cuerro fino que me llegaba un dedo sobre la rodilla deje mi pelo suelto me puse una chaqueta de lo mismo, unos botines y me aplique maquillaje para luego salir con mis padres rumbo a la empresa de tío Charles donde estaba llevándose a cabo la fiesta.
Todo tenía lugar en la espaciosa recepción había gente vestidas de todas maneras con copas en sus manos y charlando amenamente ilumbrados por arañas en el techo todo era muy elegante, mi mamá se encaminó directo a donde estaba tia merry y comenzó a charlar con ella.
- Kloe te ves hermosa - me saludó tia merry
- es lo que tienen los genes - alardeo mi madre y las dos comenzaron a reírse una enfundada en un vestido rojo y la otra en uno verde.
Me separe de ellas y vague por allí, cogí una copa de vino luego de champán que sabía exquisitamente, me fui donde el tío Charles y lo saludé seguía impecable como siempre, estaba con mi padre; eran dos mejores amigos del Instituto que se ligaron a dos mejores amigas del mismísimo Instituto.
- kloe te presento a mi hermano.
Miré hacia la dirección y casi me daba un infarto era un hombre de unos veintiséis alto, fornido de pelo negro fracciones duras, estaba en esmoquin y tenía el pelo algo desordenado, sus ojos negros me seducieron.
- la pequeña Klo - dijo sonriendome, hice lo mismo tomando su mano pero no le recordaba - Martín.
- Hace mucho, eras apenas una niña cuando el jugaba contigo - comentó mi padre - no le recordarias.
- Vamos a por una copa - preguntó mirándome intensamente.
- si - contesté abierta a las nuevas oportunidades.
Caminamos entre la gente y el cogió dos copas de champan, nos paramos en un sitio libre de gente.
- Dios Klo eres toda una mujer - comentó con una sonrisa encantadora -cuando tenías siete meses supe que serías así
- como - sonreí
- como la flor más hermosa del jardín.
Me reí por su comentario y el también , estaba colorada.
- no se si a tu mujer le hará mucha gracia esto.
- pequeña... no estoy casado- arquee una ceja coqueta - estoy soltero pero me gustaría tener un compromiso.
- y ami me encantaría que formaras parte de mi recuerdo - sonreí - pero no recuerdo nada.
- podriamos cambiar eso- dijo pícaro, luego le dio el trago final a su bebida- si tu quieres claro, al fin y al cabo los recuerdos reviviran en tu cabeza- me miró intensamente y me puso nerviosa por lo que simplemente sonreí.
