- Cristina -se maravilló Merry -estas encantadora.- Muchas gracias Merry- convino sin notarme todavía.
¡Por todos los santos!
¿Que hacía ella aquí?
Miré de nuevo a la pelinegra y sentí el pánico recorrer mi cuerpo tras finalmente reconocerla, sus maneras superficiales de sonreir y actuar más su engañosa voz, portaba un vestido verde ajustado sin mangas con su impecable maquillaje y su pelo de dama recogido con maestría. Ella todavía no se había percatado de mi presencia y colgaba su abrigo negro para sentarse junto a Maze cubriendole su mano afectuosamente mientras charlaba dandome unos minutos de gloria antes de hacerme notar por mi padre.
- ¿Cristina te acuerdas de Kloe? - preguntó mi padre orgulloso señalandome.
Todo paso a camara lenta, esta quedo impactada y lentamente volvió la vista hacía mi y sus ojos se agrandaron con desgana, y por un momento vi un asomo de locura pero no aparte la vista.
- Claro que me acuerdo, Klo-klo - me sonrió- me alegro de verte, casi no sabía nada de ti... desde que te fuiste sin avisar - culmino acusatoria con una fina linea haciendo su sonrisa amenazante.
- Ouw la verdad es que no, si mal no recuerdo estuvo en casa un dia antes de irse buscando a Maze pero habías salido- me sonrió merry apologética parece que lo contaba justo ahora, Maze me miró sorprendido y luego a su madre y fui incpaz de articular palabra.
- ¿estuvo alli? - preguntó en casi un susurró.
-sip, se me había olvidado - respondió Merry- creí que hablasteis , al dia siguiente la vi salir de casa cuando venía del trabajo pero no me dio tiempo a hablar con ella de lo disparada que se fue- sonrió la tia merry con la frente algo arrugada de la confusión.Pude apreciar como Cristina tomó de la mano de Maze asegurándolo aun mas en la suya -bueeeno, de todos modos lo que se hasta ahora ¿es que eres decoradora de interiores? - preguntó ella con falso entusiasmo.
- si yo...- Sonreí fugazmente- lo soy - miré a Maze quien me estudiaba y bebí de mi vaso nerviosa.
- y con honores , la muy irresponsable tiene una agencia propia- comentó papa presumiendo de mi como lo hacía en las obras teatrales de preescolar.
- Eso es increible, eres como una mano de santo- parecía alegre pero la noticia no era ni por asomo de su agrado. Hum; vaya maestría había adquirido yo en detectar falsas fachadas tan derepente - Maze y yo somos pareja oficial desde hace tiempo y nos encantaría que fueras tu precisamente la que decorará nuestra boda - dio unos pequeños movimientos de triunfo pero mi corazon dio un vuelco y se quedo volcado ante mis pies ¿ se iban a casar?- no nos demoremos mañana mismo debemos empezar con las compras- bebió de su vaso de vino.
- no se yo... Mi padre necesita mi ayuda decorando el hotel- junto a mi apareció un camarero.
- señorita larsson se la requiere en su habitación,porfavor.
Miré a los ojos al alto moreno y nunca me había alegrado de ver tanto a un extraño.
- disculparme - me dirigí a todos en general con una sonrisa y fui a mi habitación.
¡Por los pelos!
¿Cristina y Maze juntos quien me lo iba a decir?
Esperé hasta que las puertas mecánicas del ascensor se cerraran para dar rienda suelta a mi ira.
Y no me enfadaba por que no debía importarme ,porque me afectaba, me enfadaba por el previo engaño y ahora el desfile con el cual frente a mis ojos se burlaban de mi los dos.
Llegué a la habitación y saludé a la niñera que me confesó que en realidad era la sirvienta de Maze después de darme un reporte de como estaba Chase fuera de peligro y que hacía unos minutos que se había dormido tras solicitar que le diera las buenas noches.
Cerré la puerta tras la sirvienta y me encaminé hacía la habitación donde se divisaba un cuerpecito tendido bajo la luz de la lámpara de noche, ladee mi cabeza para captar un angulo mejor con mi corazón siendo remplazado por pura ternura me deshice de los tacones y subí a la cama junto a él, lo envolví con mis brazos sintiendo como se relajaba al completo y dormitaba a gusto.
- No soy agresiva Chase, ni mucho menos mentirosa pero juro que si cristina se acerca a ti... No respondo.
Susurré de puro impulso recordando sus malas intenciones palpables bajo el antifaz de buena persona que tenía plasmado con permanente en su cara.