My handsome driver

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La recuperación de la chica Montesino iba bien pero lenta aquella tarde le darian de alta, cosa que la entusiasmaba...¡Estaba harta de aquel hospital!.Ya no soportaba que las enfermeras prendieran la luz cuando ella estaba durmiendo, la comida insípida y sobretodo aquel olor nauseabundo, no sabian con que limpiaban pero comenzaba a pensar que ese olor se le habia impregnado en la piel. Aunque no debía quejarse por que pasar por aquel accidente y estar para contarlo era algo increíble, su padre le mostró las fotos de como quedo su hermoso carro y no lo pudo creer aunque por suerte contaba con seguro full, así que ya su padre se estaba encargando del papeleo junto con la aseguradora así que quizás tendría auto nuevo, aunque no tenia ganas de conducir todavía.En aquel momento ella no se veía detrás del volante.

Su madre terminaba de empacar sus cosas mientras ella seguía acostada esperando que la pasaran a buscar -Sabes tu abuela se quedo preparándote su famosa sopa de tortillas- al escucharle a la chica de forma inmediata se le hizo la boca agua -¡Por fin tendré comida de verdad!- exclamó a lo que alguien toco la puerta -Pase- aquella fue su madre y un sonriente Valerio aparecio -Princesa, su carroza le espera- dijo imitando a algun personaje de alguna pelicula disney a la vez que le tendia la mano y esta la acepto, parandose en el acto mientras su madrastra reia -¿Tu no vas a cambiar?- menciono poniendo la maleta en el suelo -No, si asi como soy me divierto un monton- respondio con una enorme sonrisa. Aquel trio hablo de cosas triviales hasta que un enfermero llego con una silla de ruedas en la cual hicieron sentar a Lu a regañadientes hasta llevarla a la camioneta. Valerio había usado aquel día la camioneta de su padre ya que era mas espaciosa y todos podrían entrar sin problema cosa que no sucedia con su auto.

El trayecto fue algo largo, iban escuchando musica, su madrastra metida en su movil mientras el no podia dejar de mirar a Lu a travez del retrovisor haciendo que ella le sonria hasta que llegaron a casa. Le ayudaron a salir con cuidado y la llevaron hasta adentro de casa -¡Por fin estas en casa!- exclamo su abuela a la vez que la abrazaba e iban hacia la sala y ambas se sentaban -Es bueno estar de vuelta y mas ahora que estas aqui Tita- Lucrecia llamaba a su abuela Tita, cuando eran pequeños escuchaba como sus primos le decian asi y asi se quedo para la chica. -¿Ya está la sopa de tortillas?- le pregunto -Me muero de hambre, en ese hospital me estaban matando del hambre- se quejo con tono lastimero a la vez que miraba a su abuela -Todavia no esta, pero ve a tu habitación que cuando este yo te la llevo- menciono a la vez que se paraba e iba a la cocina a supervisar la comida. -Tu abuela tiene razón, es mejor que vayas a descansar- la señora de Montesinos se acerco a Lu ayudandole a pararse y cuando lo hizo se sintió mareada -Mama, espera- trato de respirar hondo hasta que se le pasara y cuando creyó que habia pasado el pequeño mareo, que podia continuar volvió a abrir los ojos -¿Quieres volver a sentarte?- cuestiono la madre preocupada -No, creo que ya se me paso- respondió. Valerio que estaba mirando no soporto mas y se acerco a ella alzándola en brazos, cargándole como si Lucrecia no pesara nada -Deberías de pagarme, ningún chofer te daría este trato personalizado- mencionó yendo hacia la escalera -¡Cuidado Valerio!- exclamó la madre siguiéndole mientras los chicos solo reían.

Amor ordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora