D-Day

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La señora organizo una noche y notifico a todos que deberían estar allí incluso a Valerio, dejo la cocina en manos de las empleadas y se encargo de convencer a Lucrecia de que bajara. La mujer se sentó en la cabecera y cuando su hijo junto a su nuera la miraron extrañada -Suegra, creo que se equivoco de puesto- menciono la señora Montesinos y con una sonrisa Tita le miro luego de dejar la copa de vino en la mesa -Tu te equivocas todo el tiempo y nadie te dice nada - Lucrecia no pudo evitar reir, aquella señora era su idolo -Ustedes se sientan por alli- señalo los puestos vacios frente a Lu -Solo les digo una cosa Valerio va a venir, asi que cuidado no quiero reclamos esta noche- amenazo con tono frio mientras su hijo tomaba asiento y la mujer se servia vino. La cual pensaba que aquella noche seria larga.

Esperaron 10 minutos a Valerio pero no podian mas asi que empezaron a servir la comida mientras todos permanecían callados, luego de que las empleadas terminaran las envío a la cocina ya no requería su servicios -Creo que Valerio no va a venir- aquello hizo que Lucrecia se sintiera algo triste por que mantuvo la esperanza que por fin le veria ya habia pasado un mes desde que sus padres le habian descubierto -Me imagino que se han de preguntar ¿por que la cena?- comenzó la señora haciendo que todos soltaran los cubiertos y le prestaran atención, como nadie mas hablo continuo con su monólogo. -Como te dije hijo sino arreglabas las cosas yo lo haría-  al escuchar esas palabras el embajador de México como su esposa palidecieron -¡No se atreva!- exclamo la otra mujer -No debiste atreverte a sacar a mi nieto de esta casa sin esperar que yo no hiciera nada- contraatacó la señora mayor terminando así su copa mientras Lu no entendía nada. -¿Que esta sucediendo Tita?- cuestiono la chica. -Lo que sucedera hoy es que abriremos la caja de pandora - contesto con cierta sonrisa mirando a su hijo el cual comía como si nada estuviera pasando por que en el fondo estaba de acuerdo, desde hace tiempo el sabia que debia de revelarse todo sin embargo su esposa nunca le dejo.

La señora busco debajo de la mesa algo y al encontrarlo se lo paso a su nieta, aquello era un  album de fotos algo viejo el cual la abuela había encontrado en la habitación de su hijo. -Miralo, encontraras algo bastante entretenido en el- menciono a la vez que la madre intentaba pararse pero su esposo se lo impedio tomándole de la muñeca y ejerciendo cierta presión a la cual tuvo que ceder -Mama, esta eras tu cuando joven, ¿no?- Lu le miro esperando una respuesta -Si- simplemente respondió a la vez que sintió miedo pues sabia que quizás aquella noche perdería lo mas valioso que tenia.

Todos estaban atentos a la chica esperando cualquier reacción -¿Quien es ella?- señalo a otra chica al lado de su madre y sin mas la abuela respondió con calma -Tu verdadera madre-. Tomo la mano de la chica -Siento decirte esto por que se que te causara dolor, pero al mismo tiempo te va a liberar...Tu no eres hija de ellos-. El corazon de Lucrecia empezó a latir fuerte mientras sus manos le sudaban -¡No es cierto!- exclamo parándose de la silla mientras sus ojos comenzaban a llenar de lagrimas, la cual limpio rápido cuando bajaron por su mejilla. La madre se paro al igual que todos, esta se acerco a ella -Escuchame, ella miente- menciono tratando de que Lucrecia le creyera pero no contaba con la intervención de su esposo -Ya es hora de dejar las mentiras en esta familia-.

Fue hacia la chica tomándole la cara y haciendo que esta le mirara-Sabes que te adoro, para mi siempre serás la luz de mis ojos pero no lo eres- aquello fue un duro golpe por que ella que se llenaba la boca mencionando su apellido sobretodo que se sentía orgullosa de su padre, no lo era -Me siento mal- menciono, su madre intento acercarse sin embargo la chica le esquivó y se fue no quería escuchar mas...Necesitaba salir de esa casa en la cual sentía que le faltaba el aire así que salió mientras la señora de Montesinos le seguía -Espera Lu- exclamaba como si aquello fuera a detenerla.

Por otro lado Valerio acababa de llegar a la casa y cuando vio corriendo a Lucrecia supuso que estaba sucediendo algo en aquel lugar y lo primero que le vino a la mente fue su abuela, estaba seguro que algo había hecho. Lucrecia al verle corrió aun mas y le abrazo -Sácame de aqui- menciono entre sozollos -¿Que esta pasando?- pregunto alejandose un poco y mirándole a la cara -Tenemos que hablar Lu- aquella era la madre pero otra voz se hizo presente haciendo que Valerio le prestara atención -Llevatela Val, luego hablo contigo- dijo su abuela y no tuvo que decirlo de nuevo por que el chico llevo a la chica hacia el auto, le abrió la puerta vy rápido fue hacia su lugar. Arranco el coche como alma que lleva el diablo y se fueron dejando atrás el infierno que era esa casa.

Amor ordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora