1: Respeta Al Director

2.3K 172 62
                                    

— Número uno. Respeta al Director

— No nos interesa, de todos modos, al hacer esto, ya lo estamos mandando a la mierda con su respeto, ¿no?

— Buen punto —utilizó su pluma y rayo la primera regla. — Espera no —reaccionó, y miro al pelirrojo. — hay que hacer algo, que de verdad hunda su respeto, tu tienes más tiempo aquí que yo, ¿algo que odie?

Nathaniel miró ahora a su mejor amigo, y pensó un breve momento. — ¡Claro! El número uno, su regla número uno es él, ama ser el número uno en absolutamente todo, por eso también trata mal a los equipos —se desvío un poco — Su Oficina, tiene todos los uno que existen metidos ahí, hay que hacer algo con ellos. ¿Pintarlos?

— ¿Romperlos? —dudó, tampoco quería llegar muy lejos. Bueno, ¿a quien engaña? Quiere hundirlo hasta el centro del mundo.

— Mejor aún, algo irreparable —agregó el de mirada turquesa, tenía un sin fin de ideas en mente, pero la más fuerte que podía imaginar era hacer algo que le doliera de verdad. — Pintarlos, y luego triturarlos, jamás podrá reparar eso

Adrien sonrió, satisfacido ante aquella macabra idea. — Me gusta

— Yo consigo la pintura, soy artista, así que me sobra.

— Yo traere una trituradora, me las arreglare. —dijeron haciendo un trato, juntando sus manos en una.

Nathaniel, miro al Agreste y le sonrió, satisfecho con lo que se avecinaba. —Nos veremos aquí, mañana, mucho más temprano, incluso antes de que el director o el conserje llegue. ¿Estamos?

— Si mi madre te conocería diría que eres una mala influencia —sonrió.

— Lo sé, soy especial —agregó, sonriente y se alejaron el uno del otro, cada quien por su lado.

Adrien miraba de vez en cuando hacia atrás para encontrarse con Nathaniel avanzando y alejándose. La sonrisa se mantenía en su rostro, agrandando sus aires de satisfacción.

Solo imaginaba la tortura que sería para aquel hombre descubrir todos sus trofeos del número uno, arruinados totalmente. Esa simple idea era suficiente para hacerlo pensar, que aún así hiciera todo aquello, podría terminar en la cárcel, o más bien una correccional. Tampoco era como que le interesara. Todo, absolutamente todo sería anónimo.

Él se había convertido en Chat Noir.

Y su ahora mejor y único amigo, Nathaniel, se habría convertido en él mejor amigo del gato negro, un zorro. Específicamente, Renard Rouge.

Por otro lado, Nathaniel se sentía ligero, dispuesto a hacer de las suyas. No es que estuviera mentalmente enfermo, o que estuviera loco o disfrutará el sufrimiento de los demás. Pero ya estaba cansado de cómo el director los trataba.

Los hacia sentir inútiles, torpes e inferiores, y el no soportaba ver a sus amigos ser destrozados por dicho hombre.

Era momento de destrozarlo a él.

« Ahora te toca sufrir, oh querido director. Te lo mereces... Necesitas un alto, y nosotros seremos quién te lo de »

Miraba las nubes, pronto a querer saber que forma tenía cada una, estaba en uno de los patios, todo lleno de césped y unos cuantos árboles y flores. Bien cuidados, había que admitirlo. La escuela, su estructura, eran perfectas. Tan perfectas como para ser un método de tortura estudiantil, y quizá peor que la cárcel.

A su cabeza llegó una imagen, una sonrisa, entonces un sonrojo acudió a sus mejillas, y el también sonrió.

Una susupiro salió de sus labios, estaba en enamorado de la líder del club de fotografía y noticias, Marinette Dupain-Cheng. Pero sabía que no era correspondido. Y no haría nada para cambiar eso, porque no es alguien como pensabas al saber lo que harían con el director.

⊱ Romρᥱ Lᥲs Pᥙtᥲs Rᥱgᥣᥲs ⊰  Adrinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora