Una vida perdida

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UNA VIDA PERDIDA

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Yuriko continúa mirando la habitación, abstraída por cada objeto que la decora. Sus ojos van al armario, luego ven la cerámica del piso, para acabar con el color de la pared, un verde pastel. No le he respondido. No tengo ni la menor idea de que mentira inventarme o que decirle. Han pasado tantos años de su muerte que pretender normalidad, es imposible. Y aunque todo parecía fácil, no lo es. En el mundo humano, no existe la resurrección, los muertos no regresan a seguir su vida, ni pretenden que nada ha pasado.

Ella ha muerto para todos.

Entonces caigo recién en cuenta de algo.

La vida de Yuriko no volverá a ser la misma nunca. Su vida, está perdida. Ella no va a existir jamás. Su regreso conlleva que va a tener que volver a nacer para todos. Y renacer significa que Yuriko Haruno sigue muerta.

Yuriko debe saberlo después de todo. Ella se suicidó.

─ Sigo esperando una respuesta, Sasuke ─ comunica, mirándome intensamente con sus ojos azules. ─ Esta no es mi habitación. Tengo un montón de pendientes por realizar mañana en la universidad.

¿Qué?

Sus ojos me miran impacientes como si este fuera un día cualquiera y como si nada hubiera pasado.

No.... no puede ser lo que mi mente está pensando.

Aunque...

Por su mirada desorientada y la forma en la que ha reaccionado, parece como algunos de los casos de amnesia con los que me he topado en el hospital luego de un trauma tan fuerte en la cabeza. Aunque eso es imposible ¿no? Yuriko no ha sufrido un accidente ni se ha golpeado la cabeza.

Ahora que lo recuerdo. Yuriko murió por sobredosis de fármacos, puede que su cerebro esté dañado por el mecanismo de acción de aquellas drogas en su cuerpo. Lo he visto, también con problemas de adicción. Muchachos que ni si quiera recuerdan quienes son. A finales, las medicinas también son drogas.

Respiro profundo, tendré que tener paciencia con ella. Después de todo, este debería ser el mejor día de mi vida, puesto que ya está conmigo. Aunque muy dentro de mi haya una duda que impido expulsar.

─ ¿Qué es lo último que recuerdas? ─ Pregunto, esperando una respuesta coherente a la forma de su muerte.

Yuriko se queda pensativa unos instantes, mirándome. Supongo que tratando de recordar.

─ Hikari, me pasó unos apuntes y tenía que analizarlos. Mañana tengo una importante exposición. ─ Comunica.

Hikari...

Aún la recuerdo. Ella era una de las pocas amigas que Yuriko hizo en la universidad. Una de las pocas que estuvo el día del sepelio. No supe nada más de ella desde ese día. Supongo que nunca le caí bien.

─ ¿Qué pasó? ─ pregunta porque aún no le he respondido.

Entonces procedo a decirle la verdad. No hay opción. Claro omito que ha estado muerta y miento diciendo que cuando la encontré aún tenía pulso y quedó en coma. Sobre las razones de su suicidio, prefiero sacar la carta que aún conservo en mi habitación y dársela. Cuando la tiene en sus manos, la lee detenidamente y aprieta el papel con fuerza cuando llega al final. Espero que me lo diga, me dé una razón, pero sus manos tiemblan.

Yo también necesito una explicación Yuriko.

─ No puede ser...No pude haber hecho esto...─ dice, una lágrima amenaza por salir de su ojo izquierdo, pero trata de contenerla mordiéndose insistentemente el labio. Respira profundo para luego añadir─ ¿Qué año es? ─ Su mirada muestra una terrible preocupación.

Hacia la luz II: Por un sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora