Hacia la luz II: Por un sentimiento

Memorias perdidas

Sakura

Han pasado cuatro días luego de mi alta y la realidad no para de darme de frente con malas noticias y peores, en tanto los días pasan. He perdido mi semestre en la universidad, eso ya está hecho y la verdad es que no podré recuperar algunas materias sino hasta dentro del siguiente semestre impar, eso es lo que le ha dado de alcance secretaría a mamá y me lo ha notificado. Medio año perdido que será muy pesado porque solo podré escribir materias electivas. Amo la universidad y también amo mi carrera con todo mi corazón, pero no puedo hacer mucho contra esto. Aquel accidente me ha llevado el año completo como casi perdido. Pensar en que me graduaré después de lo previsto hace que los dolores de cabeza no cesen.

Gaara me mira desde su asiento. Nos dirigimos al hospital en un silencio en el que no paro de pensar, mirar la ventana y hacer nota mental en lo que haré para matar el tiempo. Papá me ha dado la opción de hacer pasantías en la empresa. La verdad, ya he realizado más de la mitad de mis horas el año pasado, pero dado el tiempo libre que ahora tengo, creo que aceptaré para evitar el aburrimiento. Revisando mi maya curricular, solo iré un par de días a la universidad, la cual, iniciaré en una semana.

─ Ya estamos por llegar ─ La voz de mi primo, me hace quitar el darle vueltas a lo que está pasando.

Asiento mirándolo.

Aunque pensar en que veré al psicólogo es algo que no entiendo muy bien. No sé cómo esto puede afectar algo. No entiendo - aún - porque es tan necesario que me vea un especialista aparte del que ya ha visto mi caso, el doctor sexy Sasuke. Se supone que he perdido cuatro meses, aunque cueste, poco a poco lo he ido asimilando. He comprendido que es un tiempo muerto y hacer algo en estos momentos no se puede, es cuestión de solo dejar ir.

Desearía que mamá hubiera venido, pero lastimosamente no se pudo. Ella ha estado fuera de casa mucho tiempo estos días. Mis sospechas van en que quizá un nuevo galán esté pululando alrededor, pero obviamente son solo sospechas, mamá debe de tener algo muy importante que hacer para no acompañarme hoy con lo quisquillosa que siempre ha sido con mis tratamientos médicos y mi salud, aunque mi primo no sea la compañía más molesta. Sasori tampoco ha podido venir y es algo que escapa de sus manos, al parecer, poco a poco se ha metido de lleno a el área legal de la compañía de su padre, algo que le absorbe más tiempo del que me gustaría. Lo comprendo, tiene el peso de su familia en sus hombros y es que el apellido Sabaku es uno de los más importantes de la ciudad.

Gaara aparca en el enorme estacionamiento del hospital.

Salgo del auto y Gaara me guía a secretaría donde con mi identificación validan mi cita y me mandan al segundo piso, al consultorio 2 D. Gaara quien parece conocer demasiado bien dice que lo siga e identificamos con ayuda de un vigilante el consultorio.

Hay alguien adentro por lo que esperamos que una enfermera nos llame.

Solo han pasado cinco minutos cuando una enfermera sale a llamarme.

Gaara me espera afuera mientras yo inicio mi sesión en la que el psicólogo que es un hombre de por lo menos treinta y seis años me pregunta aspectos de mi vida y me hace dibujar como niña pequeña un paisaje de un día lluvioso, he dibujado antes paisajes, cuando era niña lo hacía a menudo hasta que la idea de mi amigo ficticio desapareció. Empiezo a jugar en el papel y hago mi mejor esfuerzo en hacer un dibujo decente.

El psicólogo observa el dibujo cuando se lo entrego y hace unos apuntes.

─ Tus recuerdos se han perdido en lo absoluto ─ comenta tomando el lapicero que tiene en su libreta y apuntando algunas cosas. ─ Tu memoria demorará en recuperarse en el corto plazo.