Animago.

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Recuerda perfectamente la primera vez que logro transformase, habían pasado toda la tarde escondidos en la casa de los gritos practicando; al principio solo eran ellos tres, Remus se les unió más tarde porque tenía deberes como prefecto, bobadas, había pensado en ese entonces, pero la verdad es que había algo encantador en el joven hombre lobo cada vez que adoptaba su pose autoritaria; claramente, Sirius jamás admitió lo mucho que le atraía Remus cuando lo miraba de esa forma, sus ojos entrecerrados, desafiándolo a cometer alguna otra travesura, su voz volviéndose más grave cuando le decía "Ni lo pienses, Sirius" No, nunca le oirían decir cuánto le afectaba escuchar a Remus hablare de esa forma.

Cuando se les acercó esa tarde en la casa de los gritos, no habían logrado mucho, James consiguió hacer aparecer un par de pequeños cuernos sobre su cabeza, y puede que le haya visto una pequeña cola, aunque no podría estar seguro; Peter, por su parte, no parecía estar yéndole muy bien, Sirius no le había visto ningún cambio; él logro aparecer un par de orejas y una cola; pero cuando estaba por rendirse, Lunático se sentó a su lado, con esa sonrisa que había visto tantas veces, no importa, Sirius, no tienes que hacerlo; parecía decirle, pero él le había prometido que lo ayudaría, que encontraría alguna forma -lo que sea- para aliviar sus noches de luna llena. Remus nunca quiso ilusionarse con esa posibilidad, había crecido sabiendo que nadie o nada podrían ayudarlo, pero ese Remus no conocía a Sirius Black.

Lo intentó una vez más, cerró los ojos y se imaginó a Remus en la casa de los gritos, solo y cubierto de heridas; su cuerpo comenzó a cosquillear, comenzando en la punta de sus pies para luego atravesarle el cuerpo entero, cuando abrió los ojos, la cabeza de Remus flotaba a su lado, los ojos abiertos de la sorpresa.

"¿Sirius?" Los ojos verdes de James aparecieron a su otro costado, seguido de Peter, los tres pestañeaban sin decir una palabra. Intentó decirles algo, pero lo único que salió de su boca -hocico- fue un extraño ladrido "¡Sirius lo lograste!" chillaron a coro. ¿Lo logró? Remus le pasó una mano por detrás de la oreja, mandando una descarga de placer por todo su cuerpo, su cola se agitó entusiasta y el chico a su lado rio mientras seguía acariciándolo.

Sirius se volteó para mirarlo, sus ojos brillaban cuando se reía y sus mejillas estaban sonrojadas, al fin se había permitido tener esperanzas en que las cosas irían mejor, ya no tendría que pasar las noches solo y aterrorizado, los tenía a ellos para cuidarlo; Sirius lo supo en ese instante, estaba completa y profundamente enamorado de Remus Lupin.

***

Aún tiene escalofríos cuando recuerda esa noche, el sentimiento que se apoderó de él cuando lo vio reír fue abrumador, nunca se había considerado una persona demasiado sentimental, pero Remus le había despertado el corazón y ahora parecía latir solo para él. Recuerda haberse sentido muy asustado, ¿Qué es lo que se suponía que tenía que hacer ahora? No estaba seguro de cómo reaccionaría Remus ante tal descubrimiento y no soportaba la idea de que lo rechazara; así que se lo guardo, durante meses estuvo contentándose con pequeñas sonrisas y miradas inocentes, no había sido su mejor momento.

Ahora, años después, pareciera que el sentimiento se repitiese. Aun lo quiere, lo siente cada vez que Remus le sonríe o le toca, su corazón despierta retumbando en su pecho, pero no se atreve a acercarse. Qué diría ahora Remus, después de todo lo que había pasado.

―Sirius― la calmada voz del licántropo lo sacó de su ensoñación. Remus estaba de pie en el marco de la puerta, sosteniéndose el estómago con un brazo.

―Ya me voy, se está haciendo tarde― Sirius se puso de pie de un salto, había estado intentando dormir antes de la luna llena, pero no lo había conseguido.

Moonlight | Wolfstar |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora