La señora Weasley había preparado una cena exquisita, y Sirius se la había devorado con impaciencia, nunca tenía suficiente, habían sido años de comida que sabían a tierra seca, si es que eso era posible. Molly aún se mostraba distante con él, no le gustaba la forma en que alentaba a sus hijos a realizar "conductas inapropiadas y peligrosas" pero Sirius nunca la terminaba de escuchar del todo, esos chicos tenían derecho a divertirse un poco. Pero pese a todo ese recelo, la mujer siempre parecía sumamente complacida cuando lo veía zamparse uno de los deliciosos platos que preparaba. Al menos en eso nunca la defraudaría.
Habían pasado casi tres días desde que Remus se había marchado, podía sentir el revoloteo en su pecho cada vez que escuchaba un ruido cerca de la entrada, siempre tenía la esperanza de verlo entrar, con su cabello revuelto, algunos rizos cayéndole por la frente y los ojos compasivos, sin embargo, nunca era él. Sirius había notado las pequeñas hebras blancas entremezcladas en el cabello castaño del hombre lobo, al principio había sido como un golpe en el pecho, un recordatorio constante del paso del tiempo que se había perdido, pero aun así, no podía dejar de contemplarlo cada vez que el sol lo iluminaba, siempre le había gustado el cabello de Remus, era muy suave y delgado, y olía a aquel jabón que tanto le gustaba; con el tiempo, Sirius se dio cuenta de que ya ni siquiera le molestaba, era una parte más del hombre que aún amaba.
No estaba seguro de que lo hubiese reconocido realmente, pero durante esos días, los primeros de muchos en los que Remus tendría que salir...sin él, se encontró dándole mil vueltas a sus sentimientos, siempre supo que lo quería, que lo extrañaba, pero no había querido reconocer lo obvio, tenía miedo de lo que aquello pudiera significar, Remus no parecía estar tan interesado ahora.
Durante aquellos días, Sirius se propuso distraerse ayudando a los demás, no podía pasar todos sus días pensando en Remus, aquello le destruiría eventualmente, el hombre lobo no iba a estar todo el tiempo y tenía que empezar a aceptarlo, a hacer una vida aparte de él.
⸻Así que…⸻dijo Ron, aclarándose la garganta una noche⸻ Hermione estuvo escribiéndome, y me preguntó si podía venir a pasar el resto del verano aquí⸻ el chico tenía las orejas rojas y no levantó la mirada de su plato salvo para mirar disimuladamente a
su madre.⸻Bueno…⸻respondió Molly dejando caer los servicios⸻ No es algo que pueda decidir yo…Sirius⸻ la mujer desvió la mirada de su hijo para encontrarse con la de él⸻ ¿Te
importaría? Es tu casa al fin y al cabo.Aquello lo tomo por sorpresa, no es mi casa, y nunca lo será, había querido decirle, pero se mantuvo sereno, no era el momento.⸻Si es lo que ella quiere, no veo ningún problema⸻ comentó, volviendo a arremeter su comida. Aún seguía sin entender por qué alguien quisiera pasar su verano encerrado en la odiosa Grimmauld Place, pero no iba a quejarse, Hermione había arriesgado mucho para ayudarlo hace casi dos años, si ella quería venir, él estaría encantado de complacerla.
⸻Tendremos que encontrar una forma de traerla sin levantar ninguna sospecha, nunca se es demasiado precavido⸻ soltó el señor Weasley después de tragar su último bocado. ⸻Lo resolveremos mañana por la mañana⸻ dijo, y todos estuvieron de acuerdo.
Cuando los hijos de Molly se levantaron, Sirius se excusó y se dirigió a su habitación, deseoso por recostarse un par de minutos en su cama. Cerró los ojos y se imaginó que estaba en cualquier otro lugar, rodeado de un sol brillante que le hacía resplandecer la piel, un aire fresco que le revolvía los cabellos, el agua danzando entre los dedos de sus pies mientras los hundía en el lago. Sus mejores recuerdos se encontraban allí, en los jardines
que bordeaban el gran lago de Hogwarts, sentado con sus mejores amigos y disfrutando de
los últimos días de verano, Sirius se dejaba acariciar por Remus mientras se recostaba entre sus piernas y cerraba los ojos, con la voz del hombre lobo acunándolo hasta que estuviera
demasiado adormecido para decir nada más.
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Moonlight | Wolfstar |
FanficDoce años no habían podido borrar su historia, doce años no habían sido suficientes para separarlos. Remus y Sirius se han reencontrado, rotos pero vivos. Ambos se necesitaran para sanar las viejas heridas, y quizás, retomar lo que años atrás se les...