Capitulo 9

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Hannibal no tenía nada en contra de Alana Bloom, o al menos ahora ya no se sentía incómodo con su compañia. La mujer era amable, dulce y era obvio que sus intenciones de acercarse a él era sólo para ayudarlo. Si pudiera agradecer, lo haría, lo juraba con su corazón pero se sentía incapaz, en especial cuando en esos momentos sólo esperaba cualquiera oportunidad para dejarla y de esa manera ayudar aquella pequeña y desaliñada chica pelirroja.

— Y Hannibal ¿Qué tal la comida? —preguntó Alana en un nuevo intento de entablar una conversación con el chico que seguía jugando con la comida con una expresión indescifrable.

— Esta bien, muchas gracias —respondió en automático para verle unos segundos; esa mujer sólo le prestaria su atención si seguía teniendo esa actitud— ¿Pasa algo? —preguntó.

—No, solo tengo curiosidad —contestó con simpleza.

— ¿Curiosidad? ¿De mi o por mi? — volvió a preguntar para seguir comer aquella pasta la cual estaba en sus estándares como decente. No pudo evitar notar los pequeños detalles nerviosos que se manifestaron en esa mujer y aunque sentía que debía disculparse por eso no lo hizo. Fue interesante.

—Creo que un poco de ambos —respondió luego de unos segundos de silencio —sólo quiero conocerte mejor, aunque si tienes algún problema con eso, puedes decirme.

—Si, es un poco incómodo —admitió —, pero creo que podemos intentar hacer eso después —sonrió, o al menos intento hacer eso.

Alana asintió sin poder pensar en alguna respuesta que pareciera algo razonable. No debería haberle dicho eso, por lo poco que conocía, ese chico había pasado algo horrible y una parte de ella sentía que había algo más con ese chico. Suponía que estaría mal pensando las cosas, era ridículo.

—Lo siento, lo que menos quiero es hacerte sentir incómodo —se disculpó a lo que el rubio negó con un leve movimiento de cabeza.

— No, eres muy amable conmigo, sólo no quiero hablar de algunas cosas —se sinceró —pero muchas gracias por entenderme —esta vez no fue tan sincero.

—No digas eso —negó cuando escucho el sonido del celular de la mujer que le demandaba atención—. Lo siento, sólo será un momento —sonrió como mera formalidad antes de levantarse e irse antes de que el chico dijera palabra alguna.

Hannibal le siguió con la mirada, hasta que sintió que ella ya no le prestaba la suficiente atención. Bien, era era la oportunidad que estaba esperando y realmente sería muy tonto si no la aprovechaba.

...

Clarice no pudo evitar sentirse como una tonta mientras vagaba enfrente de aquel ostentoso restaurante que le irritaba de solo verlo ¿Por qué estaba haciendo eso? Era ridículo, por no decir que era arriesgado para ella. Era una fugitiva, estar en la calle por una prolongado lapso de tiempo era una tonta decisión, sin embargo, aquí estaba, esperando a un chico que ni siquiera conocía.

"Demonios" maldijo su infantil mente, mientras pateaba el suelo sin mucho propósito más que que liberar la tensión acumulada. Ya, eso era una tontería, se iría pronto. Eso sería la opción más lógica. Con esa idea metida en su cabeza comenzó alejarse de ahí.

Apenas había dado un par de pasos cuando una mano se posó en su brazo derecho, sosteniendo de forma suave pero firme; sus ojos claros se abrieron totalmente y su estado de alerta se activó casi de inmediato, volteandose de inmediato con su mano libre apretada en un puño, dispuesto a todo. Hannibal la soltó, esquivando el inofensivo golpe apenas unos escasos centímetros.

—Lo siento —dijo Hannibal casi inmediato, ganándose la mirada extrañada de la pelirroja—, no te debí de haber asustado —siguió con sus disculpas sorprendiendose a su vez por poder hablar más.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2019 ⏰

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