Capitulo 2

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El silencio se había tornado molesto o eso al menos lo sentía Will que miro a Hannibal; aquellos ojos castaños con toques rojizos se mantenían fijos en el papel, como su fuera el objeto más interesante que hubiera visto en su corta vida. Will pensó en hablarle, no tenía idea de que decirle, pero lo que sea sería bueno cuando el chico volvió a escribir; en esta ocasión termino escribiendo un poco más para enseñárselo directamente a él. Habían unos pequeños errores gramaticales, no obstante, se podía pasar por alto. En esta ocasión solo era una pregunta "¿Qué haras conmigo?"

Will parpadeo confundido por esa pregunta ¿a qué venia eso? Era demasiada obvia, razono poco tiempo después. Hannibal por su parte, esperaba con una falsa calma. Su mano derecha había dejado el bolígrafo y antes de que llegara al cuchillo la voz de Will interrumpió sus acciones.

—Yo no quiero absolutamente nada, en serio— negó. Tal vez el niño no hablaba, pero su lenguaje corporal le decía mucho en realidad. Y le indicaba que no confiaba en lo absoluto en él ¿Qué tanto daño le habían hecho?— cuando para el mal clima, iremos a la ciudad, llevarte al hospital para que atiendan tus heridas y....

Hannibal negó frenéticamente ante lo dicho por Will; eso no era una buena idea, si iba a salir, ellos lo encontrarían y lo regresarían al que hacía años había sido su hogar hasta que...no quería pensar en eso. Estaba tan hundido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando el castaño agarro su arma hasta que fue demasiado tarde. Eso no era buena señal, estaba vulnerable y se maldijo por su pequeña distracción. Estiro su mano para quitarle el objeto punzocortante, sin embargo, Will que parecía darse cuenta de sus intenciones levanto su brazo dejándolo fuera de su alcance ¿Cómo se atrevía? Si no se sintiera demasiado débil lo golpearía.

Frunció el ceño al mayor que le miraba con lástima ¿Por qué la tenía lástima? Lo que menos quería eso, sin embargo ¿Qué era lo que quería? Si había una respuesta para eso, fue cortada de forma tajante por el sonido de su estómago, demandando comida. Ni siquiera tenía idea de sobre cuanto había sido la última comida que había digerido.

—Hare algo para desayunar, deberías recostarte— dijo Will, sin poder saber si aquello era una sugerencia o una orden. Lo vio pasar por la sala – la cual estaba infestada de perros por lo cual la idea de seguirlo quedo descartada- tal vez era una buena idea seguir lo que había dicho.

Camino con lentitud de regreso a la habitación, estaba demasiado cansado, hambriento. Una situación bastante regular en su vida, debía de agregar; cuando llego al cuarto no tardo en subir a la cama. Hacia frio y aunque estaba acostumbrado no evito enredarse en las cobijas que le brindaban calor; una parte de él decía que no debía dormir, que lo mejor era estar en alerta pero su cuerpo le contradecía, sintiendo el cuerpo cada vez más pesado y los parpados cerrarse. No tuvo otra opción más que rendirse ante el sueño.

...

Will debía de admitir que no era bueno cocinando- sus conocimientos se apegaban a lo básico para preparar algo decente para él y sus fieles mascotas- así que aquellos huevos fritos con salchichas eran un buen desayuno para su pequeño huésped. Se llevó el plato hasta la habitación, no escuchaba ruido alguno por lo que suponía que estaba durmiendo en esos momentos, o eso era lo que esperaba.

Pasa su alivio, su teoría era cierta; Hannibal estaba completamente dormido en su cama, cubierto de pies a cabeza por las frazadas. Dejando al plato se sentó a su lado considerando si era una buena idea despertarlo o dejarlo en paz, pero aquello no había sido necesario pues este logro despertar por su propia cuenta. Que la razón era la comida era demasiado evidente y de nuevo aquella protesta se escuchó desde sus entrañas. Pensó que tomaría el plato como desesperado a devorar la comida, pero en contra de todo pronóstico, eso no sucedió.

— ¿Sucede algo?— pregunto siendo totalmente consciente que no recibiría alguna respuesta — si piensas que le tiene algo la comida te aseguro que no— pincho con el tenedor uno de los pedazos de salchichas para llevárselo a la boca. El sabor que probo su paladar le abrió el apetito, preguntándose porque no cocino algo para él también, suponía que ya sería después — ¿ves? No pasa nada.

El rubio aun con duda tomo el plato entre sus manos que no tardaron mucho en temblar, antes de que Will se ofreciera en darle el mismo de comer, tomo el tenedor cortando el huevo y comenzar a comerlo, logrando poco a poco que los temblores cesaran. Era lo mejor que había comido en hace mucho tiempo y aunque bien podía devorarlo, lo tomo con calma, sabía que no le convenía comer rápido.

Sed, estaba sediento cuando tras dejar el plato vacío en sus piernas y miro al castaño que estaba calmado, demasiado. Seria sencillo pedirle agua, pero de su garganta no salía sonido alguno por lo que se sentía incapaz de pronunciar palabra alguna; también podía ir, pero estaba cansado y no quería pasar por aquella camada que dormían en la sala.

— ¿Necesitas algo más?— pregunto Will— ¿más comida?— negó, se sentía satisfecho por el momento— ¿agua?— asintió apenas escucho eso asintió— está bien, no tardo— se levantó llevándose el plato.

¿Qué quería aquel hombre? Pregunto viéndolo irse. Él no era ningún estúpido y pesar de ser solo un niño ya se había dado cuenta de lo más oscuro y depravado que podía provocar la humanidad y sabía que nadie ayudaba a nadie sin pedir nada a cambio. Todos buscaban algo y siempre sería algo asqueroso. La satisfacción de haber comido algo delicioso cambio de forma rápido, siendo reemplazado por la sensación de asco al recordar cómo debía pagar los favores que le hacían.

Ya no tenía que pensar en eso, por eso había escapado y aquel infierno estaba lejos, incapaz de hacerle daño. Sabía que solo se estaba engañando, no podía escapar de aquello, por mucho que se esmerara, nada cambiaria. Estaba tan sumergido en aquellas ideas que ignoro a Will que al llegar a la habitación noto la situación que estaba pasando.

Cuando sintió las manos del adulto en sus mejillas logro regresar a la realidad. Aquellos ojos azules le miraban con preocupación, lo hicieron sentirlo totalmente incomodo, no obstante y a su favor aquello no duro mucho, parecía que no era el único con ese sentimiento tan molesto.

— ¿Te encuentras bien?— pregunto y aquel cabeceo demostrando un asentimiento era su única respuesta — estas llorando— aquella observación lo dejo perplejo y tocando su rostro se dio cuenta que, en efecto, sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas.

Will no estaba acostumbrado al contacto físico, al contrario, rehuía de aquello de todas las formas posibles, sin embargo jalo el delgado cuerpo de Hannibal para abrazarlo. La tensión que ponía era palpable en la forma literal de la palabra, no le gustaba, pero tampoco ponía resistencia. Estaba resignado. Suspiro un poco y comenzó acariciar su espalda.

—Lo que te paso fue horrible, algo que no debió pasar ningún niño, pero te prometo que estarás salvo aquí, no permitiré que nadie te haga daño — decía tratando de calmarlo. No quería verlo así, quería hacer algo por él.

—G-gracias— aquel susurro apenas pudo escucharlo; era suave y ronco, como si sus cuerdas vocales hubieran sido desgarradas. Hannibal se acomodó un poco entre los brazos de Will, quien al parecer no escondía una doble intención y se convenció que era así al menos por ese momento.

Continuara.

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Little loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora