Tercera Generación: el libro

Diane Krum

Después de casi una hora de descanso y comida, fue Sirius Black, ya sin esposas gracias a Dumbledore, quien se paró a por el libro.

—Diane Krum.

Los gemelos Weasley y Harry voltearon a ver a Ron. Él sólo hizo una mueca. Hermione, en cambio, le sonrió a su amigo. Viktor estaba en una especie de shock, pero luego sonrió.

Sólo hago ésto por Cali.

No es que odie a los Potter, nada de eso. Sólo estoy un poco resentida con los Weasley.

—Normal —se metió Draco, ignorando a la multitud que lo miraba mal, incomodándolo—. Luego de cómo trataron a su hermana…

Ahora los incómodos eran otros.

Viktor frunció el ceño y se dirigió a Hermione.

—¿Tú sabes a qué se rrefierren?

La Gryffindor hizo una mueca.

—Luego te explico.

Pero claro, Calipso tenía que ser amiga de Albus, ¿no?

—Albus es su hijo, ¿no? —se interrumpió Sirius mirando a su ahijado y a su futura esposa, recibiendo un asentimiento de la pelirroja.

Será mejor que empiece. Me llamo Diane Abdai Krum y tengo doce años. No voy en Hogwarts, sino en Galkin, de Durmstrang. Es algo así como la mezcla de Slytherin y Ravenclaw.

Ambas casas se mostraron un poco confusas, pero decidieron no aplaudir. Podía ser su equivalente, pero no era lo mismo.

Krum sonrió orgulloso de su hija dado que en aquella escuela no era tan marcada la rivalidad entre casas.

Di, creo que te olvidas de algo importante.

¡Cierto! Mi padre es Viktor Krum y mi madre Abdai Premie.

Viktor se encogió de hombros al sentir la mirada de su amiga. Aún no conocía a Abdai Premie.

A algunos les dió gracia que se olvidara de ese detalle. Ron, en cambio, se sintió aliviado de que no hubiera terminado con su castaña amiga.

Aunque no tengo ni la más remota idea de dónde se conocieron, sí sé que se aman.

El búlgaro se sintió un tanto decepcionado, pero feliz.

Soy su hija menor y, por lo tanto, la consentida.

Realmente creo que no hay mucho que decir ya que mi vida no les ha de llamar la atención y no conocen ni siquiera a los padres de mis amigos.

Unos se sonrojaron y otros asintieron. Su padre hizo una mueca.

Por eso mismo me he quemado los sesos intentando encontrar algún recuerdo interesante.

* * *

—¡Por favor! —suplicó su hermana una vez más.

Diane admiraba la insistencia de Calipso, ella se habría desistido de ese método de convencimiento. Pero Cali era insistente. Quizá tenía que ver con el posible enamoramiento que tenía por su compañero de Hogwarts.

Viktor frunció el entrecejo. No le agradaba mucho ese “posible enamoramiento”. Su niña era muy pequeña para eso. Aún no sabía su edad, pero era muy pequeña.

—Parece que esa Krum sí viene a Hogwarts —mencionó un Ravenclaw.

Viktor soltó un largo suspiro de cansancio. Su esposa miraba la batalla padre-hija con una sonrisa pintada en sus labios.