Frederick Weasley II

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Frederick Weasley.

—Es tuyo —soltó el tocayo del chico a su gemelo, quien sólo asintió.

Qué curioso…

—¿Qué es curioso? —preguntaron los gemelos

Me toca justo después de la Nott mayor.

—¿Pero porqué es curioso? —preguntó Hermione—. ¿Se llevan mal?

¿Curioso? Creí que se lo habías pedido expresamente a Scorp…

El foco de Theo se prendió y estrelló su cabeza en la mesa.

Malfoy, hazme un favor y controla a tu perra.

—Que agradable es este sujeto —soltó George con ironía.

¿A quien llamas perra, desgracia humana?

¿Desgracia humana? ¿Yo? Ja. Sí, claro, hermano.

—Creo que son James y Albus —asumió Fred, causando que su hermana se lamentara de su futuro. Específicamente, de sus futuros hijos.

Al menos yo fui planeado…

—¡Uh! ¡Pobre Jamie! —exclamaron los gemelos siendo secundados por una carcajada de Sirius.

Uh… te la metió, Jamie. Ja.

Cállate, Fred.

Bueno, permíteme empezar de una vez.

Me llamo Frederick Weasley II. Hijo de George y Angelina Weasley. De soltera, Jhonson.

Ninguno de los dos se atrevió a mirarse. Y Fred, para que su hermano no pasara más vergüenza de la necesaria, se puso a saltar por el nombre del chico. Finalmente su madre siguió leyendo para que se callara.

Tengo dieciocho, así que ya me gradué y estoy trabajando en la mejor tienda de bromas de todo el mundo mágico. Sortilegios Weasley.

—¡Ah, claro! —exclamó Sirius—. ¡Es el chico al que le gusta lo ilegal!

—Y el que quería asesinar al novio de mi hija —agregó Ginny con simpleza.

Fui Gryffindor y jugué Quidditch como golpeador al igual que mi padre.

Los gemelos chocaron los puños.

Sí, ese soy yo. Un triunfador como siempre.

—Claramente —soltó Fred con presunción—. Con tremendo nombre y semejante padre… ah, y tú también colaboraste Angie, creo.

La morena le arrojó una semilla de algo. Aunque, si es sincera, también estaba dudando acerca de su colaboración con el chico.

Triunfador porque tu padre no te reclama las calificaciones y ya tenías empleo asegurado. Tus calificaciones eran para llorar.

—De acuerdo, ahora yo empiezo a dudar de tu sitio en esa familia —le dijo Katie a su amiga.

—Yo también —suspiró Angelina.

Tercera Generación: el libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora