Mes Jaytim Challenge

Day 08

"Mulan"

El mensajero del emperador entro por la pequeña villa retirada, pasando casa por casa para entregar el mensaje de su señor, un mensaje de reclutamiento para que solo los hombres fuesen a defender a China, ya que; al parecer los Hunos habían cruzado la muralla hacia dos noches, declarando la guerra al emperador.

Era cuestión de honor entre cada familia aceptar el llamado, sin embargo no todos apoyaban esa idea y esa persona era un joven de nombre Tim, de la familia Yā, estaba en contra de que su padre fuese a la guerra. Su padre un hombre anciano, enfermo y con una vieja herida en su rodilla que obligo a usar bastón, secuela de la guerra que participo en su juventud, no iba a durar en em campo de guerra menos en el de entrenamiento, por lo que Tim tomo una decisión aunque esta le costase la vida, debido a que faltaban dos años para considerarse competente a tomar el puesto de su padre en la guerra.

Todo paso en una noche, tomo el papel de reclutamiento, el traje de guerra de su padre y su espada, sin hacer ruido camino al establo de su hogar y tomo el corcel más fuerte y veloz que tenían. Por un instante dudo si debía irse, si debía abandonar su hogar pero recordar la imagen de su padre herido tratando caminar le dieron la razón suficiente para no retractarse, por lo que guió al equino fuera de su pueblo, dejando atrás su ultima elección de volver.

Su cruzada llevo una semana, sin casi ningún descanso, cuando logro llegar a la ubicación del campamento se lleno de valor para adentrarse, viendo las multiples carpas puestas y como los soldados pasaban a sus costados, soldados que le ganaban en altura, peso y musculatura, el era un alfeñique al lado de alguno de esos hombres, pero no se amedrento porque el se mentalizo de tener más valor que todos estos de desafiar las leyes de su emperador e ir a esta zona, con la posibilidad de deshonrar a su familia si fallaba.

Mientras se acercaba a la carpa donde debía presentarse formalmente como enviado de la familia Yā, antes de lograr entrar escucho una conversación no muy lejos de su carpa, viendo a un par de soldados que por sus armaduras y la pluma en sus cascos sabia que eran generales, y quizás uno de estos seria su superior en el escuadrón que le toque.

—Dick, ¿Estás seguro de tu decisión?Podemos esperar un poco más y tendremos el doble de pelotón para defender ese lado, es un suicidio si vas solo con tus hombres y confiando en los soldados dirigidos por Padre —Regaño el que parecía más alto y fornido del par de generales, haciendo que Tim no se mueva de su sitio para espiar la conversación por pura curiosidad.

—No hay elección Jason, si no voy, ese pueblo sera arrasado por la llegada de los Hunos —Explico el otro hombre que se acerco a donde estaba un corcel, con montura todo listo para partir.

La pelea siguió no obstante Tim, no logro seguir escuchando de esta debido a que el un soldado había salido de la carpa a la que iba a entrar y por accidente choca con Tim, el cual a pura suerte solo se tambaleo más no se cayo. Aquel soldado, miro desconcertado al joven adolescente de 14 años, antes de que cuestionase el porque estaba allí Tim le explicó su razón y entre dudoso el soldado dejo pasar al extraño recluta dudando si su edad era la mínima para estar en el campamento.

Después de aquel encuentro, entendió que se quedaría entrenando para guerra en aquel campamento y que su líder era aquel joven fornido al que había escuchado pelear con un tal "Dick". Su nuevo general era estricto hasta gruñón, y no lo decía por decir sino que él mismo muchacho de quizás 27 años lo demostraba cada vez que entrenaban y fallaban, desde saber usar el arco y flecha a pelear con un Bo. Tim, no se salvaba de esos errores siendo quizás el más débil debido a su vida anterior de muchacho de la nobleza, posición que lo obligaba más a prepararse de forma mental que propiamente a hacer alguien para la guerra, siendo la vergüenza de su pelotón que no pararon de hacerle bromas o meterlo en líos con su general, que para esas altura conocía solo por su apellido Wang, el apellido que el joven noble conocía al estar afiliado perfectamente con el esposo de la actual y única princesa e hija del emperador de China, dándole temor al mismo muchacho cuando su superior se enfadaba con él por algún error tanto suyo como no suyo.