Capítulo 1 | ¡Malas noticias!

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Ese lunes lo había iniciado con el pie izquierdo. Todo lo que podía ir mal, fue mal... Lizzie y Dickie se habían contagiado de un resfriado y estaban en la peor fase: vomito e irritabilidad; Kathleen azotaba todas las puertas con rabia, ya que no había obtenido el permiso para ir a dormir a la casa de su amiga Miley. Y Maureen estaba suspendida una semana por pelear con un chico de su salón.

Ser un padre soltero usualmente no era tan malo, pero había días en que quería echarse a llorar como los gemelos.

—¡Kathleen baja ahora!— Gritó Elliot, viendo su reloj.

—Papá tengo hambre...—Lizzie estiraba el pantalón de su padre, para llamar su atención—¡Quiero panqueques con salsa de chocolate!

—No puedes comer eso cariño, será mejor algo ligero hasta que mejores— Suspiró.

Tomó a la niña en brazos y la subió a la barra en la cocina, para que bebiera jugo mientras él terminaba de preparar el desayuno de los gemelos.

—Papá vomite de nuevo— Susurró Dickie, que se limpiaba la boca con la manga de su suéter.

—Hijo, no... vas a ensuciarte de nuevo— Lo sentó junto a su hermana y le dio un vaso con jugo de manzana y servilletas para que limpiara su cara— bebe esto, en un momento te sirvo tu desayuno.

Un grito ensordecedor hizo a los tres voltear a la emisora del chillido, Dickie mando a volar su vaso con el susto y Lizzie se había volcado el suyo en el vestido. Kathleen gritaba y movía las manos señalando algo en la mesa de la sala.

—¿Quieres tranquilizarte?— Dijo Stabler a punto de perder la paciencia, limpiando el desastre que se había hecho con el jugo— ¿Que sucede?

—Alguien.. ¡Alguien vomitó sobre mi proyecto de ciencias!— vociferó la adolescente.

Dickie oculto la cara entre sus manos y dio un chillido de miedo. Elliot solo soltó un largo suspiro.

—Te dije que alejaras esa maqueta de los niños.

—Aghhhh!.

En ese momento llamaron a la puerta. Kathleen dejó la discusión de lado y se fue a atender la puerta.

—Tia Livvie— Gimoteó Kath— ¡el desastre! ¡Estoy acabada! La tonta de Carly Mae me quitará mi primer lugar en la exposición de ciencias...

—Tranquila cariño— Liv abrazó a la chica y limpió sus lágrimas— Muéstrame, todo puede arreglarse.

La segunda en la línea de las Stabler la guió hasta la sala, donde su maqueta sobre el ciclo del agua estaba arruinada, cubierta en una sustancia viscosa. Era una lástima ver tanto trabajo reducido al desastre.

—Ok, no todo puede arreglarse— Murmuró la mayor con una mueca de lástima. 

Kathleen rompió en llanto y se lanzó al sofá, cubriendo su cara con uno de los cojines.

—llamaré a su maestra para decirle lo qué pasó, todo estará bien— Dijo Elliot, que se acercó a las dos mujeres en la sala. Saludó a su compañera y le entregó una taza de café— solo no lo tires, parece que el día de hoy será un desastre en todas las formas posibles.

—No podemos arreglarlo, pero si iniciar uno de cero—Dijo Liv, que maquinaba algo dirigiéndose al refrigerador.

Kath asomó parte de su cara a través del cojín, pensando qué tal vez no estaba tan acabada. Se reincorporó y siguió los pasos de Olivia, seguida por su papá que no entendía nada.

La vieron sacar un montón de limones, la caja de herramientas de Elliot, una caja para almacenar archivos que estaba vacía y unos marcadores que había encontrado en el cajón donde guardaban los libros y crayones de los niños.

Elliot intentó acercarse para ayudar, pero Olivia lo envío a supervisar a los dos menores del clan Stabler, para contener nuevos desastres. Treinta minutos después un renovado y mejor proyecto aguardaba sobre la mesa del comedor. La castaña, con ayuda de Kath había elaborado una batería biodegradable con limones y la chica había decorado y redactado la explicación y funcionamiento, para exhibirlo detrás del proyecto.

—Solo conectas tu teléfono a la serie de limones con el cable usb y comenzara a pasar la energía al móvil— Explicó Olivia.

—¡Gracias, tía!— Kathleen abrazó a Olivia y corrió a organizar las cosas que llevaría a la escuela.

Maureen se acercó al grupo, que habían regresado a la cocina para continuar con el desayuno. Saludó a Liv con un abrazo, tomó una manzana del frutero y se sentó en uno de los bancos.

—Pensé que estarías en clase, cariño— Dijo Liv, hacia la mayor de las hijas de su compañero.

—Estoy suspendida, Daniel Jones me provoca y yo soy la castigada.

—Le dejó un ojo morado a su compañero de clase y gritó algunas de las palabras prohibidas en medio del salón.

—Maureen es una chica prudente, algo debió hacerle su compañero— pasó una mano por el cabello de la aludida y sonrió con cierta pena a la menor.

—Para papá no cuenta nuestro lado de la historia... Gracias Tía Liv, por creer en mi— Dijo en voz baja y se acercó a sus hermanos menores, que habían terminado su fruta y jugo— Vamos enanos, es hora del baño de burbujas.

—Siii!— gritaron al unísono y corrieron a las escaleras, seguidos de su hermana mayor.

Olivia se giró a ver a Elliot con el ceño fruncido. El tosió para aclararse la garganta.

—¿Qué?— Preguntó Stabler.

—¿Enserio Elliot?— La Detective resopló — Se que son tus hijos, pero deberías escuchar sus problemas un poco más, antes de juzgarlos...— tomo las tazas y platos sucios, llevándolos al lava vajillas— Yo se que eres un buen padre, pero las presiones y el trabajo suelen sacar al gruñón dentro de ti— alisó las solapas del traje de su compañero y le enderezó la corbata.

Elliot más tranquilo, repasó los acontecimientos recientes con sus hijas mayores y una punzada de culpa lo atravesó. Dejaron a Kathleen de camino al precinto y el resto del viaje lo pasaron atrapados en el tráfico.

—Quita esa mala cara, Stabler— rió Liv al ver el gesto de seriedad en la cara de su acompañante— tengo noticias...

El regresó la mirada hacia ella, intrigado por lo que venía. Ella levantó su mano izquierda, mostrándole un anillo brillante en el dedo anular. Elliot sintió la sangre bajarle hasta los pies.

—¡Voy a casarme!— Exclamó Olivia con emoción. 

Ese día, todo lo que podía ir mal, fue mal...

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DUN DUN!

⚠ Decidí arreglar esta pequeña historia bonita... es mi favorita de todas y creo que era justa y necesaria una manita de gato con algunos errores que se me pasaron antes y algunos otros detallitos que encontré después de volver a leerla. 

Si eres nuevo, bienvenido...  ¡Espero que sea de tu agrado!

Vienen cosas interesantes ¡y muchas complicaciones! 🤭

Hasta la próxima.

Frida Reed.

La boda de mi mejor amiga  |  BENSLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora