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Disfrutaba de la brisa fresca de Long Beach, con los ojos cerrados, el sol brillaba a lo alto del cielo pero solo irradiaba el calor suficiente para llegar a los 20 grados centígrados.
Los niños jugaban en la playa, haciendo castillos de arena, riendo felices al ver cómo se derrumban con las olas del mar; como anhelaba esa inocencia... el tener un lienzo en blanco para dar las primeras pinceladas de vida, sin errores, sin dolor.
—Hoy es la cena de ensayo de Olivia, ¿Porqué no has tomado camino de regreso a Nueva York?— su madre interrumpió sus cavilaciones.
—Porque no iré— murmuró.
—Hijo...
—Madre.
—¿Qué pasó para que tú y Olivia estén distanciados?
—No vine aquí para hablar, sólo quería despejarme— dijo duramente— Perdón mamá, no quería ser grosero... pero de verdad no es el momento.
—Esta bien, no diré más... pero toma este consejo de alguien que esperó demasiado para comenzar a vivir: ve por ella— Bernie palmeó la espalda de su hijo menor y regresó al interior de la casa.
—Papá ¿Podemos invitar a tía Liv?— preguntó Lizzie— ¡Para prender una fogata y asar bombones!
—No será posible cariño, ella está ocupada hoy.
—¿Y mañana?— preguntó Dickie— Tía Liv siempre tiene tiempo para venir a jugar...
—¿Qué les parece si vamos con la abuela para preparar la cena?— Intentó cambiar de tema, pero los gemelos eran muy persistentes.
—¿Pero podremos llamar para preguntar a la tía Liv si puede venir mañana?— Cuestionó Lizzie.
—Lo intentaremos por la noche, antes de ir a dormir ¿De acuerdo?— Se rindió. Más tarde idearía algo que no pudieran refutar.
Los gemelos recogieron sus juguetes de playa y corrieron hasta llegar al jardín trasero de la casa, donde Maureen escuchaba música recostada en una banca mecedora.
—Prepararemos la cena, ¿vienes?— Preguntó a su hija mayor
—¿Podríamos hablar un rato, papá?— Preguntó Maureen y se reincorporó guardando su celular y audífonos en su bolsillo.
Elliot abrió la puerta para dejar entrar a los niños y después regresó para tomar asiento a un lado de su hija.
—No me gusta verte así, como un zombie— Sentenció Maureen— toda la semana has estado perdido en no sé dónde, cuándo podrías estar haciendo algo para evitar que Olivia haga una locura— Le regañó— No me veas así, ya que tú no quieres ser el adulto, lo seré yo... ella te quiere, tú la quieres ¿Por qué son tan tontos? ¿Es requisito para ser considerado adulto?
—Cuando seas mayor y te vea en una disyuntiva amorosa, te recordaré estas palabras, Mo.
—¿Enserio harás que tome las llaves del coche y te obligue a ir a Nueva York de nuevo? Porque no se manejar, pero estoy dispuesta a hacerlo— La chica rodó los ojos y cruzó los brazos sobre su pecho.
Elliot abrazó a Maureen y besó su coronilla.
—Ve, yo cuidaré de los enanos... evitaré que vuelvan loca a la abuela— rió y dejó un sonoro beso en la mejilla de su padre. Antes de desaparecer por la puerta de asomó para gritarle— ¡Hazme sentir orgullosa, Stabler!
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Las siguientes dos horas las pasó en medio del tráfico, tratando de organizar sus ideas para armar un discurso convincente. ¿Por qué era tan difícil transformar sus sentimientos en palabras?. Bufó. De igual forma no llegaría a una hora decente para llegar a casa a darse una ducha e interceptar a Olivia en la cena. Sonó el claxon por milésima vez, como si la contaminación auditiva ayudara a que el flujo de autos aumentara.
I could turn back the clock
I'd make sure the light defeated the dark
I'd spend every hour, of every day
Keeping you safeAnd I'd climb every mountain
And swim every ocean
Just to be with you
And fix what I've broken
Oh, 'cause I need you to see
That you are the reason...Encendió la radio para intentar distraerse y reducir sus nervios, pero las canciones románticas solo lo hicieron sentir más incómodo, por lo que cambió de estación hasta que se dió por vencido y volvió a apagarla.
~
Recargado sobre la puerta de su coche, veía fijamente una de las ventanas en el quinto piso del edificio cruzando la acera. Eran solo unos metros, los más largos de su vida.
Al llegar a la puerta del 6B su nudillo se congeló sobre la puerta antes de tocar. ¿Qué le diría? Durante el trayecto a Manhattan, lleno de nervios, no puso sus ideas en claro. Suspiró y por fin llamó a la puerta, improvisaría.
—¡un momento!— Una voz respondió desde dentro. Escuchó cómo abría los múltiples cerrojos y unos segundos después, veía la sonrisa de Olivia Benson desvanecerse luego de darse cuenta quien estaba esperando en el pasillo.
—Liv— Dijo con un asentimiento, sin saber cómo continuar, o si lo dejaría hacerlo.
—Elliot.
La vió detenidamente. Estaba preciosa... nunca había visto su cabello recogido de esa forma y el vestido blanco hasta la rodilla que usaba, le hacía verse como un ángel; aunque a ella le iba todo, no importaba lo que usara.
—¿Podemos hablar?
—Si, pasa— Dijo moviéndose un poco para dejarlo pasar hasta la sala, siguiéndolo detrás.
—Quiero... quiero saber que qué sucedió, para que me cortaras así de tu vida— Comenzó— Si fue por el beso, no tenía porque ser así. No tenía porque cambiar las cosas entre nosotros...
—Olvídalo, eso nunca debió pasar— Contestó Liv y mordió su labio inferior. Intentando mantener las lágrimas dentro de ella.
—No pienso olvidarlo, porque pasé los últimos 5 años soñando con el día en que por fin pudiera besarte— Declaró— Y no sabía cuánto lo quería, hasta qué pasó. No pienso echarme para atrás.
Olivia lo vió con sorpresa, nunca espero que él dijera algo así, porque nunca había demostrado sentir más que amistad y compañerismo por ella.
—Y jamás me perdonaré si no te digo todo lo que siento por ti, porque te amo Olivia... tanto que me quema y no puedo respirar, sabiendo que alguien más pueda dormir a tu lado y ser el primero que te vea despertar por la mañana. No quisiera ser egoísta, porque se que no tengo ningún derecho de pedirte nada...
Olivia lo calló con un beso. No podía permitirle decir más porque ella sentía lo mismo o más que el. Y sabía que estaba haciendo mal al terminar de romper sus corazones con esa despedida. Pero no pensó y solo se dejó llevar por el amor que sentía por Elliot, al día siguiente enfrentaría las consecuencias.
Ella fue la primera en terminar con la distancia, en probar sus labios y comenzar a deshacerse de la camisa de Elliot para maravillarse con sus pectorales y cada espacio de su piel. Fue la primera en decirle te amo al oído cuando se fundieron en uno mismo; incluso fue la primera en darse cuenta de que moriría lentamente al no volver a ver a Elliot ni poder tener acceso a su boca.
Esa noche durmió abrazada a él entre sus sábanas. Odiaba tener que dejarlo ir la mañana siguiente, pero por suerte aún quedaban algunas horas en las que podían ser solo Olivia y Elliot, el par de tontos que se amaba en silencio...
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😔
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La boda de mi mejor amiga | BENSLER
Romance❋❋❋𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔❋❋❋ Ser Elliot Stabler era muy complicado: teniendo cuatro hijos, casos pendientes y una castaña que le proporcionaba dolores de cabeza...