La noche parecía transcurrir muy lenta y aburrida. De pie, al otro extremo del salón, Naruto observaba a su futura pareja de baile recorrer la pista con otros caballeros. Veía como ellos estaban fascinados por su absoluta belleza, y quien no lo estaría. Ella tenía una fachada da muy refinada y elegante, digna de una dama de sociedad. Pero él sabía muy bien que detrás de todo aquello se escondía una mujer salvaje, se lo había demostrado al responder de aquella forma tan directa. No se había echado a ofender o intimidar por su comentario, que aunque fue algo brusco, lo hizo con toda la intención de amedrentarla.
–No has dejado de mirarla en todo este rato.
La voz de su mejor amigo y socio lo sacó de sus pensamientos.
–No se de que estás hablando.
–Habló de la señorita Hyuga. No le has quitado la mirada de encima. Pensé que no te gustaban las damas casaderas. ¿Has cambiado de opinión?
Naruto apretó su copa al punto de casi romperla. Sabía que su amigo Sasuke lo hacía para molestarlo.
–No, no he cambiado de opinión.
–¿Entonces? ¿Que te parece tan interesante que no has dejado de mirarla?Es muy bonita, pero no creo que sea para tanto.
Naruto trató de mantear su rostro sereno, lo menso que quería era que su amigo se diera cuenta de su aparente irritación. Observó como Lord Otsutsuki escoltaba a lady Hyuga hasta donde se encontraba su acompañante,que por su apariencia parecía ser su madre.
Había llegado la hora.
–Si me disculpas, tengo un baile que cumplir.
–¿Baile?– Pregunto sorprendido Sasuke.– Tu no bailas Naruto.
Naruto le dedicó una sonrisa sardonica.
–Está noche si.
Diciendo esto, dejó a su amigo con la
Palabra en la boca y se encaminó hasta el otro extremo del salón.–Mi lady– saludo cuando hubo alcanzado cierra distancia.
–Excelencia, pensé que ya no quería bailar.
–Es todo lo contrario– le respondió con una sonrisa.
–Madre deseo presentarte al Duque de Namikaze.
–Excelencia– saludo Hanna con algo de indiferencia. La realidad era que no le agradaba en lo absoluto aquel hombre.
Naruto se dio cuenta pero como solía hacer, lo ignoró.
Extendió el brazo hasta Hinata.
–Bailemos.
Hinata le sonrió y tomó su brazo.
Ambos caminaron hasta el centro de la pista y en ese momento comenzó un vals.Naruto comenzó a dirigirla a través del salón y Hinata se sintió levemente maderada. Jamás imagino que aquel hombre pudiera bailar tan bien.
–Hábleme de usted señorita Hyuga, ¿de
Donde viene?Hinata pensó unos segundos en su pregunta, no tenía sentido inventarse una absurda historia como solía hacerlo su Madre, decidió hablar sinceramente.
–Vengo de un pequeño pueblo a las afueras de Londres.
–Interesante.
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Inocente Amor
FanfictionHinata a crecido toda su vida en el campo, rodeada del amor de sus tíos y la constante corrección de su madre. Tras enterarse de una terrible verdad del pasado se ve obligada a recurrir a la suplica. Naruto era conocido por ser el duque diablo. Jama...