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—Yo lo agarro y tu lo golpeas.

—¡No vamos a golpear a nuestro novio! —siseo Renjun, acercándose a la habitación vacía que mucho tiempo le perteneció a Chenle.— Solo vamos a atraparlo para lanzarlo en nuestra cama, amarrarlo es tentativo.

—Uh, eso sí me gusta. —Jeno elevó sus cejas coqueto, ganándose otro golpe de parte del mayor.— ¡Dices que estás en contra de la violencia y te la pasas pegándome!

Renjun soltó una risa, colocó su mano en el pecho de Jeno, haciendo que se detuviera a unos pasos de estar cerca e la puerta y atacó sus labios sin aviso, Jeno se metió en ello de inmediato, sus manos subieron a su cabello y bajaron a sus caderas, cargaron el delgado cuerpo del mayor y lo apoyó contra la pared para tenerlo más cerca. Se extrañaba, jodidos turnos largos.

—¡Estoy triste y ustedes se besan sin mi! —la voz de Jaemin los hizo separarse con una risa, Jeno dio unos pequeños besos más en sus labios antes de bajar su cuerpo al suelo.

—¡Tu ni siquiera duermes con nosotros! —recriminó Jeno, entrando por completo en la habitación.— En vez de estar llorando por Lele, Jisung y Xuxi deberías ir a verlos.

Jaemin gimió bajo, tirado en la cama boca abajo, con su brazo cayendo por la orilla.— ¡Trabajo! ¡Y cómo te atreves a venir ante mi con tu rostro de recien besado!

—Jisung se quedó por el turno de Chenle, acaban de venir a traerlo, no puedes parecer de luto cada vez que se van. —Jeno se lanzó sobre él, estrellando a Jaemin en la cama.— Y ni siquiera me viste, no sabes que estoy recién besado.

—Sí puedo y sí lo sé, perra infiel.

—Amor, vamos a la cama. —Renjun se paró frente a él, tocando su cabello color rosa que tanto ama.— Te extrañamos y Jeno anda de un humor culo cuando no estás.

—¡Por qué yo siempre soy el problema! —exclamó Jeno, sentándose de golpe en la cama.— Haber, dile que quieres un trío, no me eches solo a mi la culpa.

Jaemin abrió los ojos, giró su rostro para verlo y de paso, sacarle el dedo medio.— Siempre somos un trío, baboso.

—¡Nadie me respeta!

Renjun se colocó de rodillas delante de Jaemin, su novio estaba triste... apenas unas semanas lejos de la ahora familia Huang y se le seguía viendo desanimado. Siempre venía a esa habitación, cuando se sentía triste. Tomó su rostro entre sus manos y se acercó a los labios del menor para besarlos lentamente, sus dientes mordiendo y chupando.

—Vamos a la cama, bebé, por favor. —pidió el mayor y los ojitos de Jaemin brillaron.

—Estás usando tu papel del doctor sexy para lograr lo que quieres. —refunfuño, viendo que Renjun ni siquiera se había quitado el uniforme.— Estoy muerto cargame. —pidió y Renjun se quedó pensativo un momento.

—Jeno, está muerto, cargalo. —pidió y el nombrado se levanto para tomar a Jaemin en sus brazos.

—Soy como el esclavo. —murmuró y Jaemin mordió su cuello con diversión.— Un esclavo y un hueso de perro.

Al fin entraron en su habitación, Renjun corrió al baño, para al fin quitarse el uniforme que tenía desde hace treinta y seis horas y color una pijama, lavó su rostro cansado y cepillo sus dientes. Se vio en el espejo soltado una risa, sí, se veía hecho un desastre, estaba ojeroso, cansado, sus músculos se sentían tensos pero al fin estaba en casa, lista para dormir con sus amores.

Bueno, tal vez no, sus amores no parecían querer dormir.

Jaemin estaba acostado en la cama, sus piernas abiertas dejando un espacio perfecto para que Jeno cupiera en medio de ellas, el mayor besaba sus labios y su cuello, mientras las manos del mas joven se perdían en su cabello y sus piernas se cerraban en su cadera. Las manos curiosas de Jaemin bajaron por la espalda y levantaron la playera de Jeno para sacarla sobre su cabeza, dejando su torso desnudo.

—Ven a la cama. —pidió Jeno, con voz ronca y la mirada nublada.— Injunnie... ven amor.

—Hoy no quiero hacer nada. —murmuró el menor, viendo coquetamente a Renjun que daba unos pasos lentos a la cama.— Soy todo tuyo.

Bien, él tampoco quería dormir ahora.

La ropa se perdió rápidamente, sus labios se peleaban entre ellos y alternaban buscando tener más de Jeno y Jaemin. Los labios calientes de Jeno trazaron un camino por su espalda mientras él rozaba la piel del menor y lo preparaba para él que lo recibió calidamente, sus nervios explotaron cuando Jaemin movió sus caderas y apretó sus glúteos, Jeno los observaba a ambos, como si fueran los más hermoso del mundo y sin previo aviso, Renjun curvo su espalda sintiendo los dedos del contrario dentro suyo.

—Mierda, t-tu rostro. —gimió Jaemin, colocando las manos en sus mejillas.— El placer te hace ver ta-tan bien... —balbuceo, sintiendo las embestidas seguras de Renjun dentro de él.

—¡Jeno! —siseo el mayor, sintiendo el aliento caliente del menor contra su oreja y como sus caderas se movían contra su trasero, entrando y saliendo de él de manera tortuosa.

Jeno marcó el ritmo, penetrando a Renjun con fuerza, haciendo pausas que enloquecían al mayor y llegaban a Jaemin que se encontraba debajo de ambos. Los roces eran certeros, sus respiraciones calientes mientras las manos del menor se apretaban a los hombros de Jeno, sintiendo como Renjun besaba su pecho.

Una larga noche con sus personas favoritas, eso es lo único que Jaemin necesitaría para sentirse mejor, tener a Renjun besándolo despacio y tomándolo duro, con Jeno siendo tierno y agresivo como siempre. Eso era todo lo que necesitaba.

—Jeno, mi amor, señor y patrón... están tocando. —murmuró Renjun, besando el lóbulo de su oreja en la mañana siguiente.— Ve a abrir.

—¿Por qué no van ustedes? —balbuceo, cubriéndose con la delgada manta.— Es mas no vayamos, quién toca un sábado a las ocho de la mañana.

—A ti no te duele levantarte, no seas malito. —susurró Jaemin haciéndolo gruñir.— Por fi bebé.

Jeno asintió, saliendo de la cama y tanteando el suelo en búsqueda del pantalón de pijama que se había quitado y cogió una playera cualquiera del suelo. Solo cuando estaba cerca de la puerta, suficientemente despierto para saber que seguían tocando el timbre se dio cuenta de que la playera que había cogido no era suya y le quedaba demasiado ajustada.

—Mierda. —siseo, tratando de jalar la tela pero la puerta era tan insistente que no quedo de otra más que abrir la puerta.

—¡Jeno! —gritó Chenle con emoción, terminando de despertarlo.— ¡Buenos días! Oh... wow... ¿es un top? —preguntó con burla, entrando a la casa mientras veía las mejillas sonrojadas del mayor.

—Lele, no le hagas bullying a Jeno cuando está tan perdido como para defenderse. —exclamó Yukhei, con una pañalera sobre su hombro y bolsas de comida en la otra mano.— ¡Trajimos el desayuno!

—¡Chenle! —los pasos apresurados se escucharon por el corredor, Jaemin llegó con el cabello alborotado y colocándose una playera demasiado grande sobre sks boxers.— ¡Los extrañé tanto!

—¡Nana!

Y los habían perdido, Jeno, Renjun y Yukhei habían empezado a servir el desayuno mientras Lele y Jaemin se quedaban en la sala con Jisung, conversando de todo.

—Y pensar que hasta se molieron a golpes.

—Chenle no le pegó a nadie. —repuso Renjun y Yukhei asintió.— Pero entiendo tu punto, quién diría que le haría falta estar juntos...

—Lo sé, Chenle apenas puede esperar para venir a verlos... a veces se pone triste en las noches. —murmuró Xuxi, colocando unos platos.— La casa se siente algo sola.

—Ya nos acostumbraremos o encontraremos una solución. —Jeno dijo y Renjun confiaba plenamente en él como para saber que él en serio iba a buscar una solución.— Por ahora ¡es hora de comer, familia! —dijo y todos caminaron hasta el comedor.

—Hoy vamos a ir a visitar a la mamá de Xuxi ¿Vienen? —preguntó Lele, dando la papilla en la boca de Jisung.

—¡Claro que sí! BoAh dijo que me compró unas camisas que amó para mi. —Jaemin respondió automáticamente con una sonrisa.— De paso podemos almorzar con ella.

Todos asintieron de acuerdo y el corazón de Renjun se sintió lleno, feliz... pleno. Esto era lo que le faltaba, lo que necesitaba, sentirse parte de una familia.
Sentir el amor de una familia.

THREE? | NoRenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora