POV ANASTASIAChristian siempre estaba despierto horas antes que yo. Estaba envuelta en sus cálidas sábanas cuando se levantó y se fue al gimnasio por dos horas. Estaba tan cómoda que cuando regresó y se metió a la ducha, todavía seguí sin abrir un ojo.
La única razón por la que finalmente salí de la cama esa mañana era porque me atacaron las náuseas. Llegaban con menos frecuencia, pero todavía las tenía, al menos una vez a la semana. Mientras dejaba la cama y caminé hacia el baño, levanté mi cabello en un moño automáticamente, ya que había hecho este procedimiento tantas veces. Alcancé el inodoro y dejé todo antes de tirar la cadena.
Christian salió de la ducha con una toalla envuelta alrededor de su cintura.
—Bebé, ¿estás bien?
—Sí. Esto es una parte normal de mi vida ahora. —Fui hasta la pileta, lavé mi cara y enjuagué mi boca—. Pero me resiento contigo, porque es completamente tu culpa.
—Mi culpa ¿eh? —Se paró detrás de mí y me miró en el espejo—. Supongo que puedo tomar la responsabilidad, especialmente cuando no lamento lo que hice. —Tiró de la manga de mi camisa para exponer mi hombro. Puso un suave beso allí, mientras los bigotes de su barba ásperos descansó contra mi cuerpo.
Lo miré irse en el reflejo y terminar de prepararse.
Me cepillé los dientes en la pileta y dejé mi cabello suelto. Ahora que no tenía trabajo, no tenía nada que hacer con mi tiempo además de pensar en dar a luz a Mía. El parto era una de las cosas más dolorosas que un ser humano podía experimentar, y no lo esperaba con ansias. Prefería que Jack me disparara en el hombro de nuevo.
Regresé al dormitorio y lo miré mientras se ponía el traje.
—¿Algún plan excitante para el trabajo?
—Voy a salir esta noche con unos clientes.
—¿A una cena?
—No. A un bar.
—¿Vas a un bar por trabajo? —dije levantando una ceja.
—Muchos de mis socios criminales prefieren evitar la oficina. Demasiado público, especialmente cuando el sol está arriba. No es inusual.
Cada vez que veía a Christian en un bar, las mujeres tiraban sus traseros en su cara. Metían sus lenguas en su garganta y se sentaban en su regazo. La idea de Christian regresando a esa atmósfera me hacía sentir náuseas de nuevo.
—¿Elliot estará allí?
—Sí.
Eso lo hacía peor.
Se sentó en una silla terminando de atar sus zapatos.
—¿Qué pasa, bebé?
—No estoy emocionada porque hagas negocios en un bar.
Se ató el otro zapato y entonces se levantó en toda su altura.
—¿Por qué?
—Uh, porque vi a Muchas mujeres joder contigo en el medio de la habitación.
—¿Y? —preguntó—. Yo las jodí también.
Mis ojos se llenaron de rabia.
—Eso no está ayudando.
—No sé qué esperas que diga. Voy a reunirme con mis clientes por unos tragos y no hay nada que pueda hacer para cambiar eso. Sí, habrá mujeres allí. Y sí, ellas probablemente tratarán de sentarse en mi regazo. Podría ir a un salón de bolos, y eso seguiría pasando. —Caminó hasta el tocador, tomo su reloj y billetera—. Voy a volver tarde, por lo que probablemente duerma en mi casa en Florencia.
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El dictador #2 (ella es una traidora y yo asesino a los traidores)
FanficAhora estoy prisionera en el fuerte de Christian. Está furioso conmigo, lívido cada vez que me mira. Se rehúsa a dormir conmigo porque ahora soy el enemigo Solo me acosté con Christian para salvar a mi padre, pero ahora él significa algo para...