CAPÍTULO OCHO

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  A primera hora de la tarde el menor recibió un mensaje de Toru quien le pedía que saliera a cenar con él. Movió los dedos por encima del teclado de su móvil sin llegar a escribir nada, pensando en que contestarle.

  Resoplò, confundido. Taka pasó por el salón sin hacer caso de su hermano que le miró de soslayo.

  Habían pasado unos días desde el episodio en casa de Toru y desde entonces su relación decayó notablemente. El mayor se limitaba a asentir o negar en gestos ante las preguntas de su hermano quien al poco tiempo se cansó de intentar hablar con él. El ambiente en el piso era frío y tenso. Hiro quería volver a tener esa buena relación con su hermano por lo que usó el tema del mensaje para iniciar una conversación.
 
  - ¿Puedo pedirte consejo? - Preguntó a la espalda del contrario.

   - Tú mismo - Respondió con pocas ganas.
 
  - Toru me ha invitado a cenar esta noche, pero no sé que decirle. Seguro que va a pedirme que salga con él y todavía tengo dudas.

   - ¿Dudas?

    - Si - Vio que su hermano empezaba a mostrar interés en el tema - ¿Puedes darme tu opinión?

   Taka se dio la vuelta con una expresión seria.

    - ¿Por qué dudas? ¿Por mí?

    El menor abrió los ojos como platos, sorprendido.

    - ¿Por ti?

    - Por estar enamorado de mí. No te ves capaz de salir con alguien.

   - Odio el día en que te enteraste de eso.

   - Es tu culpa ir por ahí contando tus vergüenzas.

   - ¿Estar enamorado es para ti una vergüenza?

   - No el estarlo, sino de quien estarlo.

  Hiro abrió la boca para responder, pero la ira se lo impidió. El mayor, sin embargo, dibujó una pequeña sonrisa en su cara como si aquel fuera el resultado que esperaba.
 
  - Es vergonzoso enamorarse de un idiota como tú, lo sé.

  Taka borró la sonrisa y se cruzó de brazos, empezaba a molestarse.
 
  - Soy tu hermano. Eso es lo que no entiendo ¿qué persona normal se enamora de su hermano?

   - Quería un consejo y lo he conseguido. Está bien, le diré que si a la cena - Hizo un gesto de impotencia tratando de controlar la cascada de sentimientos encontrados que tenía - ¡Ya lo creo que sí! ¡Si me pide que salga con él lo haré, te olvidaré! ¡Dejaré esa vergüenza atrás! ¡Te olvidaré gracias a Toru porque él es un buen chico! ¡Quiero deshacerme de este estúpido sentimiento!

  Dijo mientras agarraba la parte izquierda de su camiseta, la que quedaba encima de su pecho. Le dolía que su hermano pensara así sobre él. Era doble dolor si se añadía que la persona que quieres te desprecia.

- ¿De verdad me olvidarás? - Comentó en un tono frío y despreocupado.

   - Te prometo que saldrás de mi cabeza. Me olvidaré de este amor insano. Y lo mejor es que me olvidaré de ti.

   Hiro se giró sobre si mismo para volver a su habitación cuando la voz de su hermano le llegó como un cuchillo afilado.

- Suerte.

El menor se detuvo y apretó los puños contra sus muslos.

  - Te tragarás tus palabras.

                             _____________
  El restaurante era uno familiar. Hiro jamás había estado allí pero escuchó varias críticas favorables. Toru quiso pasar a recogerle pero el menor necesitaba andar para sacarse ese mal humor que la conversación con su hermano le había dejado.
 
   Tuvo que esperar unos minutos, pero la espera valió la pena. Toru estaba muy guapo. Vestía unos pantalones negros que se ajustaban a sus piernas, una camisa blanca y una chaqueta de traje marrón. Hiro sonrió, quizá no era tan mala idea darle una oportunidad.

   - Siento el retraso. El coche no arrancaba.

   - Apenas he tenido que esperar.

   - Admito que estoy muy nervioso. Creí que me dirías que no.
 
    La tierna sonrisa de Toru despertó la sonrisa del menor.

    - Estoy encantado con la invitación, gracias.

   En la mesa las palabras no salían. Se miraban con timidez y de inmediato apartaban la vista el uno del otro con una sonrisa. Durante el postre Toru reunió todo su valor para poner su mano sobre la de Hiro quien no hizo por apartarla. Poco a poco entrelazaron los dedos en una unión cálida y cómoda.

  A la salida sus manos se encontraron de nuevo. Caminaban lentamente disfrutando de la buena noche que dio de tregua el comienzo del invierno.

   - Hiro - Murmuró tímidamente.

   - ¿Si?
 
  - Llevo días dándole vueltas a algo que no sé bien como decir. Verás para mí... Yo... Tú para mí...

   El menor sonrió fascinado con la dulzura del contrario. Toru al verle sonreír perdió un poco la timidez que le invadía.
 
  - ¿Qué ocurre?

   - Estás tan guapo sonrojado - Dijo el menor intentando hacerlo más fácil.

   - ¿En serio? - Se tocó la mejilla, apenado - Lo siento.
 
  - No te disculpes. Eso significa que te importo. No sabes lo que eso significa para mí.
 
  Toru se detuvo, al no soltar sus manos Hiro se frenó cuando dio unos pasos más. Le miró extrañado. Durante unos segundos los ojos de los dos estaban puestos en los del otro. Toru colocó la palma de su mano en la mejilla de Hiro y con lentitud se acercó hasta su boca. Sus labios se posaron con suavidad y ternura en los suyos. Y sucedió como debía ser. Lento, suave, perfecto. Toru acompasaba sus labios a los del menor lo que suponía un efecto adictivo en el beso.

   Cuando ambos se separaron el contrario acarició su mejilla con cariño haciendo que el menor aún no pudiera abrir los ojos. Toru se aproximó de nuevo poniendo su nariz en la de Hiro.

   - ¿Saldrías conmigo?
 
   El menor asintió sin dudas con los ojos cerrados guardando el idílico momento en su mente.

N/A: Me gustaría saber vuestra opinión sobre esta historia porque como no es muy seguida he pensado en cancelarla aunque tengo algunos capítulos más.

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