Just give me a reason

CAPÍTULO QUINCE

Tres meses habían pasado desde esa tarde en el coche. El menor recogió sus cosas ese mismo día y dejó su casa. Desde entonces vivía en un pequeño piso apto para una única persona, lo que podía permitirse con su sueldo.

Nadie, excepto Musume y Toru, sabían la dirección del nuevo domicilio. No perdió totalmente el contacto con el mayor, se hablaban por teléfono y a través de mensajes. En ese tiempo no le hizo referencia a sus sentimientos e Hiro pensó que "su amor" por él había acabado.

Por otro lado se encontraba Taka quien no podía creerse que el menor se hubiera alejado de esa manera. Intentó en varias ocasiones sacarle la información a Musume pero era tan terca y leal a su hermano que resultó imposible. Así que pasó a su siguiente opción. Toru era el novio de su hermano pero también era uno de sus mejores amigos y sabía que no le daría la espalda.

Llegó a las oficinas donde trabajaba su amigo. Era coordinador comercial en una modesta empresa. Conocía bien el camino a su despacho. Dos plantas más arriba y veintiuna puertas después habría llegado. Por suerte no tenía una secretaria ni nadie que le avisara de sus visitas. Golpeó un par de veces la puerta esperando el permiso para abrir.

- Adelante - Se oyó con tono autoritario.

Cuando el mayor cruzó la puerta una sonrisa asomó en los labios de su amigo.

- Menuda sorpresa, bienvenido. ¿Qué te trae por aquí?

- Gracias. Verás, necesito la dirección de Hiro.

La sonrisa se esfumó de inmediato mientras se ponía tenso.

- La verdad es que él no quiere que lo sepas.

- Soy consciente de eso, pero no la quiero para mí sino para mis padres.

- Le diré que se lo diga a ellos.

Taka resoplò empezando a perder la paciencia.

- Toru, la necesito. No iré a su casa ni siquiera sabrá que lo he sabido por ti. Es urgente que hable con él. Eres mi amigo deberías ayudarme.

- Pero él es mi novio.

- No pensaba que nuestra amistad valía tan poco para ti.

- Entiéndeme.

- ¿Y quién me entiende a mí? Desde que Hiro se fue de mi casa parezco el marginado del grupo. Sólo Su ha demostrado ser mi verdadera amiga.

- Tal vez pueda ayudarte un poco - Hizo una pausa mientras se frotaba la frente con la palma de la mano - Su trabajo está cerca de esa tienda de música que tanto te gusta. Entre la cafetería y la tienda para ser más exactos. Pero si le dices que yo te lo he dicho te las verás conmigo.

- Hecho. Fingiré pasar por la tienda. Gracias te debo una.

Salió casi corriendo del edificio directo hacia esa calle. Primero pasó a la cafetería para comprar un café para llevar. Cuando fue hacia la tienda miró el escaparate donde se suponía que trabajaba Hiro. Una agencia de viajes. Desde la tienda contemplaba la calle para ver si el menor aparecía. Tras casi una hora empezó a sentirse decepcionado. Pero la suerte le sonrió cuando su hermano abandonó la tienda en dirección a la cafetería.

Taka se despidió apresuradamente yendo con rapidez tras él, distraído mirando por encima de su hombro no se percató de que el menor se había detenido chocando contra su espalda.

Hiro se dio la vuelta medio molesto. Al ver los preciosos ojos de Taka frente a él de nuevo su estómago se inundó de mariposas. Tanto tiempo sin verlos en vivo y en directo no hizo el efecto calmate que pensó sentiría cuando volviera a verlos. Su boca se abrió como para decir algo, pero no salió nada. Taka le observaba sonriente.