Capitulo 4

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Abrimos las tiendas al anochecer haciéndome suspirar de alivio, no sabía que iba hacer si seguíamos caminando. No pude tomar un baño o tomar agua como realmente quería, me encuentro muy sedienta y aún no me atrevía a pedir un poco de agua. A diferencia de mi las chicas están reunidas alrededor de otra fogata. Estaba muy agotada y enojada con Dinah por no haberme advertido desde antes que básicamente saldríamos del país caminando. Además quería mi baño y agua, no soportaba la sequía.

Se me hizo raro escuchar ruido atrás de la tienda en la que me encuentro. Se escuchaba perfectamente como las ramas crujían al ser pizadas. Me senté intentando agudizar más mis oídos. Ni en broma saldría, debía ser una de las chicas que a lo mejor quiere ir al baño. Los pasos se fueron alejando, no le tomé importancia y me tumbé suspirando pesadamente.

Mis piernas dolían demasiado, levanté la derecha y comencé a masajearla para aliviar el dolor. No solo mis piernas dolían, también mi espalda me estaba matando por llevar la mochila por tantas horas. A la próxima que no cuenten conmigo para otra cosa como ésta.

Luego de masajear mi pie derecho tomé una lata y un cuchillo de mi mochila y después de abrirla comí con un poco de desagrado. No podía se exigente en este momento a la hora de comer o de comodidad como siempre decía Dinah. Si le contaba esto a mi madre saldría con el sermón de los niños de África.

"¿Por que no estás con nosotras?" Dejé la lata a un lado. Le sostuve la mirada por un momento

"Cállate." Aparté la mirada tomando mi otro pie. Continúe con mi trabajo de aliviar el dolor. "Me duelen los pies y la espalda y mi cantimplora está totalmente vacía." Me quejé frunciendo el ceño a causa del dolor.

Se tomó su tiempo analizandome para luego buscar en su mochila y acercárse con su cantimplora. Lo pensé por un momento pero la sequía no me permitió rechazarla por orgullo.

"Toma lo que quieras pero no la acabes." Entrecerró un poco los ojos.

"¿Por que me ayudas a pesar de como te trato?" Pregunté luego de tomar varios tragos. Mordió su labio inferior con la vista algo perdida.

"Quizás es por qué tengo un instinto protector." Buscó algo más en su mochila y me sorprendió que fueran espejuelos.

Sus ojitos no se veían como antes, me sostuvo la mirada por unos momentos. Esto comenzaba a cansarme, no es agradable el estar mirandose de un rato a otro.

"Te vez rara con esos lentes." La verdad es que se ve sexy. Mordí mi labio apartando esos pensamientos extraños.

"Lo dicen mucho." Me guiñó un ojo antes de irse.

Me dejó algo confundida entonces abrí mi boca al pensar en si lo dije en voz alta.

"¡Lauren!" Llamé para intentar aclarar lo dicho pero no volvió. "¡Carajo!" Me quejé en voz alta.

No hice el intento de levantarme sabía que ella volvería a dormir y intentaría aclarar lo que dije. Mierda. Solo fué un pensamiento fugaz y tuve que abrir mi boca. Tomé mi lata y procedí a comer negando con la cabeza, no sabía que podía ser tan estúpida.

[...]

Abrí mis ojos poco a poco para adaptar mi vista a la luz del sol; me quedé dormida esperando a la estúpida esa. Me giré y me la encontré frente a mí dormida, su rostro con rasgos finos tan tranquilo, me dió un poco de envidia lo bella que se veía aún dormida. Yo que me levanto con mi rostro hinchado y los ojos rojos.

Salí a hacer mis necesidades, tuve la tentación de cambiarme de ropa pero aún no me bañaba y es asqueroso. Me di cuenta que era la primera en levantarme y es obvio, al parecer fui la primera en dormir. Volví a la tienda y tomé otra lata para desayunar, no tomé más agua porque no quería abusar de la amabilidad de la ojiverde.

Hell Forest || (CamrenShipper) / [Edit]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora