Blossom.

Orchis.

Dos días después los quintillizos estaban reunidos en una cafetería que habían alquilado. No querían que nadie los interrumpiera o filtrara algo luego de la serie de twitts que anteriormente había salido.

— Entonces, que se supone que debemos hacer.

Murmuró Evan, mientras el resto bebían de sus respectivos mocca.

Imagina él shock de todos al notar ese detalle, Woodz casi se ríe, si no se sintiera como la mierda.

— Deben hablar con ellos, es una mierda lo sé, pero están sufriendo, todos, ustedes y ellos.

El resto rodó los ojos, él era el único que no había tenido problemas con su pareja ya que ambos estaban en la oscuridad respecto a tema. Mientras el resto, tuvo que soportar Miles de llamadas perdidas, Mensajes y culpa.

— No nos restriegues tu felicidad, bro.

Respondieron al mismo tiempo y rieron al mismo tiempo, era escalofriante e incómodo.

— Saben que estoy en lo correcto, saquen la cabeza de sus culos y hablen con ellos. Son buenos chicos, lo digo de verdad, no pierdan esto por una mierda. Miren el lado bueno, si no fuera por todo esto, no estaríamos aquí.

Todos asintieron mirando a su bebida, pensando, analizando.

Estuvieron minutos de esa manera hasta que simplemente comenzaron a hablar. De su niñez, su trabajo, su vida, de todo y nada, recuperando 24 años perdidos.

Al final de la noche, con unas copas en su sistema y un ambiente fraterno.

5 mensajes fueron enviados.
De 5 personas distintas.
A 5 destinatarios.
5 letras.

Te amo.

Porque al final, el destino mueve sus hilos a su antojo, pero al final, lo que tiene que ser, será.