Tanto la ahora mencionada Olivia como yo quedamos frías y con nuestros ojos a punto de salirse. ¿La entrenadora hablaba en serio? Claramente estaba al tanto de tener un excelente tiempo, pero no me imaginaba que al obtener la beca y el cupo en el equipo me convertiría en la líder.
Olivia no pudo contener su enojo y con puños apretados salió en dirección a los vestidores.
Dejándonos a todos sorprendidos por su actitud. Igual no le tomaba importancia, si la entrenadora decía que era la nueva líder quien era yo para poder reprocharle.
-Bien equipo, ya con nuestros nuevos peces y nuestra nueva Sirena-. Señalándome. -El día de hoy a concluido. Mañana comenzaremos las prácticas, les informo que tendremos la visita de mi amado esposo con sus hijos.
No sabía que la entrenadora estuviera casada. Pobre de su esposo e hijos, tener que soportar sus gritos, no debía de ser cosa fácil.
-Así que quiero que me dejen lo bastante orgullosas, para permitirles un día de descanso de la siguiente semana-.
Todos se entusiasmaron bastante. Puede ser el hecho de que la entrenadora sean tan cruel en sus entrenamientos que necesitaremos más días para poder descansar. Pero tener alguno seria la gloria para nosotros.
-¡Y tú!-. Continúa hablándome. -Espero que duermas y te alimentes bien. Aunque al ver el cuerpo que te gastas, sé que no tendré problemas con una mala alimentación de tu parte. Necesito que este año el equipo triunfe en los torneos, y espero que tú ayudes a lograr ese cometido.
Que Dios nos ampare... Dejaría mi piel para poder lograr cada reto que está loca mujer me impusiese.
Y si ese reto, consistía de traer medallas y trofeos para el bonito estante del director estaba más que dispuesta a realizarlos con todo el gusto posible.
Tanto la entrenadora como los miembros del equipo se fueron a los vestidores, yo preferí quedarme un rato más y nadar un poco antes de ir a buscar a Cori. El agua estaba deliciosa, gracias a Dios era climatizada, sino estuviera experimentando la sensación de nadar en el mismísimo Polo Norte.
Luego de una hora dentro de la piscina me propongo a salir de ella y puedo fijarme una persona desde las gradas con una sonrisa familiar. No sé cuánto tiempo llevaba hay, pero Corina se veía estupenda con su corto y exhibidor uniforme de animadora. Una camisa blanca de licra que se ajustaba muy bien a sus pecho, donde resaltaba una V en color violeta, acompañada de una falda de pliegues —si se le puede llamar falda a ese pedacito de tela— en color violeta.
-Sabía que eras tú-. Menciona acercándose a mí. -Le pregunte a la entrenadora por ti, y cuando mencione tu apellido solo me dijo Mi nueva sirena está en el mar, claro su voz fue algo aterradora. Así que supuse que te habías quedo aquí y vine por ti.
-Quería nadar un poco-. Me encono de hombros, quito el gorro y mi cabello castaño cae por mi espalda. -Dime que no me perdí tu entrenamiento.
-Relájate, queda media hora todavía-.
-Perfecto tomo una ducha y nos vamos-. Le digo tomando mi toalla y dirigiéndome hasta los vestidores.
-Te esperare aquí. Pero no te tardes-.
Cuando llegamos al entrenamiento de Cori, ella fue con su entrenadora, yo me ubique en las gradas, opte por colocarme un pantalón deportivo color celeste y una franelilla blanca, obviamente como nos encontrábamos en la pista de hockey el frío estaba haciéndose presente y gracias a Dios había llevado mi chaqueta que hacia juego con el pantalón deportivo.
Unos cuantos chicos se posicionaron en la pista, con unos pantalones deportivos y una sudadera que marcaba los músculos a la perfección, supuse que eran los integrantes del equipo de Hockey.
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No todo está perdido
Teen FictionEn nuestra vida siempre se presentan situaciones que nos hacen pensar si vale la pena seguir adelante o renunciar a todo por lo que hemos luchado. Megan, es una muchacha de un pueblo al oeste de los Estados Unidos, conocida por su cordialidad y por...