Capítulo 7

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Entonces... Logan Parker, te parece. ¿Cómo fue la palabra?-. Ironiza Corina, fingiendo no saber lo que había dicho. Se me lo recordara toda la noche.

-Ah sí encantador-. Ríe risueña.

-¿Cuánto tiempo vas a torturarme?-. Respondo rondando mis ojos.

-¡Tortura!-. Su expresión es de asombro y al mismo tiempo de burla total. -Mujer ¿Cómo vas a decir que Logan Parker es una tortura?-.

-Porque que lo es. Ya admití que es encantador, ¿Qué más quieres de mí?-.

-Admitiste se era encantador, porque claramente no sabías que era Logan-.

-Eso quiere decir que no perdí la apuesta-. Respondo cruzándome de manos.

-No te pases de lista. Perdiste la apuestas, aunque pensaras que se llamaba Alex, igual admitiste que era un hombre encantador, inteligente y sobre todo guapo-. Dice risueña. -No vas a escaparte de mí tan fácil-.

-En que me has metido-.

-No... En que te ha metido el capitán de Los Violest-. Su carcajada es contagiosa, inevitable no acompañar su risa.

-Bien tramposa, abre de una vez la puerta-. Señalo la puerta de nuestra habitación. -Creo que deje mis llaves dentro-. Por más que he buscado entre mis libros y todo lo que hay en mi bolso, las llaves no aparecen.

-Toma abre tu misma-. Tira las llaves en mi dirección, tomándolas en el aire.

-Ahora soy tu esclava, ¿me dirás que hacer?-. Pregunto mirándola fijamente.

-Si esclava... Abre la puerta para que pueda pasar a mis aposentos-.

No podemos estar serias por más tiempo, ambas estallamos en carcajadas, me es inevitable no reír con sus ocurrencias. Rápidamente abro la puerta y busco el interruptor en la pared para iluminar nuestra habitación. Cuando por fin la luz me permite ver dentro, me quedo helada y siento mi corazón bombear con mucha fuerza, no sé si las lágrimas que nublan mis ojos son de felicidad u otro sentimiento más grande.

Paradas frente de mí están Ashley y Emma con unas enormes sonrisas y unas chaquetas de la NYU —quien se las abra prestado, solo son para estudiantes—.

Sus cristos inundan la habitación haciendo que Corina tome mi brazo fuertemente. Corren en nuestra dirección y se abalanzan sobre mí, haciendo que las cuatros caigamos al suelo. Entre risas y abrazos nos colocamos de pie.

-Por Dios... Cuanto extrañe verlas-. Digo abrazándolas nuevamente.

-Exagerada, solo han pasado dos días-. Ashley siempre asesinando los momentos de felicidad. -También te extrañamos mucho, estábamos loca por llegar.

-¿Pero que hace aquí?-. Todavía no me creo que estén en no habitación. -Tú deberías de estar en California-. Señalo a Ashley. -Y tú en Los Ángeles-. Me dirijo ahora a Emma.

-¿Pensabas que íbamos a dejarte sola?-. No comprendo. -Claramente todo fue una mentira, bueno yo si iba a ir a Los Ángeles, pero al saber la idea de tus padres de mandarte para Nueva York, le comente a mis padres el deseo de venir para acá y estudiar leyes-. Se encoje de hombros. -Así que aquí me tienes-.

-¿Y tú?-. Me dirijo a Ashley. -¿También dejaste de ir a California?

-No... Yo me quedaría en el pueblo ayudando a mamá por un tiempo. Pero luego Emma me dijo su plan y pues obviamente yo también tenía que venir-.
-No puedo creer que Grace dejara ir tan lejos a su Pollita, sin su supervisión-. Grace es la madre de Ashley y es de esas mamás sobreprotectoras que están pendientes las 24 horas de su hija. Pero Ashley era de esas hijas que sabía escaparse las 24 horas de su madre. Un tornado que arrasaba con todo.

No todo está perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora