No todo está perdido

Capítulo 15

Una de las columnas que sujeta el firmamento que es mi vida acaba de derrumbarse. Una parte de mi ha muerto con la mejor mujer del mundo, no sé porque, ni el cómo, pero la vida está pasando factura de los pecados que pudiera cometer vidas anteriores, porque en esta cualquiera puede afirmar que he dado cada segundo para ser la mejor hija, la mejor estudiante, la mejor deportista, pero todo eso junto ha sido tan mínimo, poco palpable para quien es el responsable de manejar la vida y la muerte de las personas de esta etapa terrenal.

***

Ha pasado un mes desde que la mejor mujer del mundo partió, dejando muchos corazones rotos, y no solo a familiares sino también a los amigos que sabían que para mi madre el valor más importante era el dar amor sin importar recibir un poco de vuelta.

Esa noche que Benjamín me dio esa triste noticia, Logan tuvo que llevarme rápidamente al hospital más cercano y llamar a mis amigas. Según los doctores pase un día inconsciente —por la noticia recibida— pero al despertar y percatarme que todo era tan real como la misma agonía que sentía por dentro llore hasta que mis ojos ardieron y se inflamaron lo suficiente para dificultarme la vista.

Benjamín tomo el primer avión disponible y estaba presente el día que desperté. Por lo que me contó —una vez que estaba más calmada— él había tenido que hacer un viaje de una semana a un retiro ecológico con su instituto, al llegar a casa encontró a nuestro padre destrozado, no habla y tampoco soltaba la botella de licor, nuestro vecino fue quien le conto todo acerca de la terrible partida de nuestra madre, según el señor Gonzalo, el cáncer estaba más avanzado de lo que creíamos y fue decisión de ella no someterse de nuevo a la misma tortura del tratamiento.

La muerte toco rápido su puerta, y papá —por petición de ella— no notifico nada a ninguno de los dos. Mi madre había dejado una carta explicando los motivos de esa decisión.

Esta era la quinta vez que la leía.

Para: Mi querida niña

Megan, sé que en el momento en que leas esta carta yo ya he de estar en un mejor lugar. No me molestare si en tu corazón pueda estar existiendo rencor o hasta odio por la decisión que tome.

Solo te pido que comprendas dos cosas.

La primera: No he querido someterme al tratamiento, si el mismo con el cual batalle y di lo mejor de mi hace algunos años. No quería volver a ver el sufrimiento de tu padre, la angustia de ustedes, créeme hubiera muerto más rápido. La mejor decisión que tome fue esta, pasar mis últimos días disfrutando y recordando los mejora momentos a su lado, los viajes a la playa, las excursiones a la montaña, las fiestas de cumpleaños... Simplemente deseaba morir con una sonrisa en mis labios y no con miles de máquinas conectadas en mi cuerpo.

Y la segunda: Fue decisión de ambos que tu no estuvieras presente en mi funeral. Llámame egoísta o mala madre, pero me es difícil imaginar esos hermosos ojos grises derramar tantas lágrimas sobre una caja de madera. Tampoco quiero interferir con tus estudios y tu nuevo empleo.

Así que espero que continúes con tu vida hija mía, que me dediques cada victoria, cada logro, pues yo estaré desde otro plano gritando, aplaudiendo y alardeando de la maravillosa hija que el destino quiso poner en mi camino cuando más la necesitaba.

Limpio las lágrimas que he derramado —no sé cómo todavía me quedan tantas—

-Hubiera dado mi vida por tener a una madre como la tuya Megan-. Logan está a mi lado, no me ha desamparado desde el momento en que caí inconsciente en sus brazos.

Gracias a él me atendieron deprisa, y gracias también a él mi hermano llegó directo del aeropuerto al hospital. Si Logan prestó su amado Cadillac a Marcus quien con Emma lo recogieron y lo llevaron a mi lado.