Capítulo 3

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Cuando llegamos al edificio donde se encontraba mi nuevo departamento, ambos me ayudaron a bajar mis dos maletas, nos despedimos y fui al ascensor. Las puertas del ascensor se abrieron, arrastré mis maletas y abrí la puerta.

Lo primero que veo es la pequeña sala, amueblada con muebles en color blanco, una mesa transparente frente a estos con una alfombra de pelaje blanco y un televisor cuelga en la pared color gris. Hay unas puertas corredizas de cristal adornadas con unas cortinas color plata, supongo que ahí está el balcón. En mi lado izquierdo está la cocina y una mesa grande para cuatro personas. En el lado derecho hay una pasillo, por el cual camino y abro la primera puerta, encontrandome con una pequeña habitación para huéspedes que sólo tiene una pequeña cama con una mesita de noche a cada lado, un pequeño armario y un sencillo baño en color blanco también.

Salgo de ahí y camino a la puerta que se encuentra al final del pasillo. La abro y coloco mis maletas. Es una habitación amplia, con una cama bastante grande decorada en sabanas blancas y grises, una mesa de noche a cada lado de la cama, ambas con unas pequeñas lamparas. Hay un pequeño escritorio donde por lo que veo, pondré mi computadora. Un armario grande para guardar toda mi ropa y el baño es grande, tiene un lavamos blanco y un espejo grande arriba de este, rodeado de unas luces perfecta para maquillarme.

Luego de unas cuatro horas donde saqué todo de mi maleta y lo acomodé, me bañé y revisé mi celular, ya me encontraba en mi cama tratando de dormir.

No sabía que me esperaría desde mañana en adelante, a pesar de haber hecho cosas parecidas a estas tantas veces, luego de lo que pasó en mi última misión el temor a fracasar se encontraba presente en mí. Las pastillas para dormir eran una buena opción en estos momentos porque a pesar de todo el cansancio que tengo, mi mente no se quiere callar así que me levante de mi gran cama y camine hacia mi pequeña cocina. Tomé un vaso de agua junto con mi pastilla recetada para dormir y regresé a la cama.

Cuando me desperté a las 11 de la mañana y gracias al despertador, mi cuerpo se encontraba con bastante energía. Así que me levante y me cepille mis dientes para luego colocarme ropa para ir a ejercitarme. El complejo de apartamentos donde estaré viviendo, cuenta con un gimnasio. Es obvio que debo mantener mi cuerpo en forma siempre: mi trabajo me lo exige y a mí me gusta bastante porque me ayuda a despejarme.

Luego de conocer las facilidades, hacer cardio media hora y pasar otra hora y media ejercitando mis piernas que era lo que me tocaba hacer el día de hoy, regresé al apartamento. Me bañé, me arregle el cabello, me maquille y me vestí lo suficientemente sexy y atrevida para la entrevista. Sabía lo que estaban buscando. Una mesera lo bastante sexy para impresionarlos y que al final terminarían llevando a la cama alguno de los jefes para luego despedirla.

Me di un último vistazo frente al espejo antes de salir porque mi uber ya estaba cerca. Necesitaba comprar un auto con urgencia. Luego de un rato, llegué al club exclusivo exclusivo. No había nadie porque el club sólo abría luego de las 8 de la noche a los clientes pero mi entrevista era a las 3 y es por esto que me encontraba aquí a esta hora. Se veía que era un lugar bastante elegante, contaba con tres amplios pisos y por lo que sé, el primero era para clientes "normales", el segundo para clientes exclusivos y en el tercero se encontraban las oficinas de trabajo, reuniones y todo lo que tuviese que ver con trabajo pues era un área de empleados solamente.

Un guardia me recibió y me pidió identificación antes de revisar que no tuviese nada y me dejase pasar. Esto me recordaba que tenía que buscar mis armas en las oficinas de la agencia aquí.

Cuando entré al lugar quedé encantada. A pesar de todo, se veía demasiado lindo, limpio e impecable. Había una barra llena de diferentes botellas, vasos entre otras cosas para preparar tragos. Había una pequeña cabina de lo que parecía ser del DJ y esparcidos por el lugar habían varias mesas VIP que se encontraban adornadas con unos muebles color rojo, la pared en esas áreas eran blancas con detalles en plata y rojo. Me encantaba.

-Vaya, veo que te gustó mucho- una mujer que reconocí de inmediato me recibió. Su cabello pelirrojo se encontraba amarrado en una coleta alta, unos grandes aretes resaltaban, su labial rojo fuego combinaba con su corto vestido blanco y tacones altísimos rojos. Vaya, se nota que ella fue la que decoró este lugar.

-Sí, es bastante lindo- le respondí, sonriendo-

-Soy Allison Carter- se presentó y me tendió la mano la cual tomé durante un segundo y luego solté

-Soy Natasha, estoy aquí por la entrevista para el puesto de mesera.

-Oh, Natasha, lo siento pero hace minutos se fue la chica que escogimos.-me dijo, con una falsa lastima que se notaba a kilómetros. Una mujer tan linda pero tan falsa, como yo- Pero estamos buscando una bailarina de pole dance, no sé si tengas experiencia en eso

Mierda, mierda y mas mierda. Amaba el pool dance y de hecho ya lo había practicado anteriormente pero siempre era en privado para alguna que otra pareja sexual que tuve. Nunca tuve que hacerlo parte de una misión pero con tal de entrar aquí, tenía que hacerlo.

-Nunca lo he hecho en público, pero sí tomé varios cursos- le respondí. Ella siguió sonriendo y me hizo una seña para que la siguiera.

-Cuéntame sobre ti- me dijo mientras subíamos las escaleras hacia lo que supongo es el tercer piso

-Bueno, me llamo Natasha Gonzalez, tengo 24 años, vivía en Miami pero tuve que regresar a Los Ángeles por asuntos familiares y ahora estoy buscando un trabajo para poder solventar mis gastos. Ya sabes, es una ciudad un tanto cara- le fui hablando durante el camino hasta que llegamos a un largo pasillo y entramos a una amplia oficina decorada por imágenes de pole dance y con un tubo en una esquina. En el escritorio se encontraba una mujer sentada quien rápidamente se levanto cuando entramos.

-Mira, ella es Rose, la encargada de todo lo que respecta al pole dance. Ella y yo queremos ver tu desempeño en el tubo para saber si te contrataremos o no- la mujer llamada Rose me extendió su mano la cual tomé en un saludo firme y la solté. Era una mujer de unos treinta años, con una figura bastante esbelta y cabello corto negro.

-Un gusto, soy Natasha- me presenté ante ella y ambas sonreímos.

-Bien, muestranos lo que tienes. -me dijo mientras volvía a sentarse y Allison se paraba al lado de ella.

Solté mi bolso y en ese instante agradecí llevar una ropa bastante cómoda que me permitió deslizarme por el tubo con facilidad mientras la música que Rose puso sonaba y me ayudaba a bailar con la sensualidad que necesitaba.

Cuando terminé, ambas mujeres me miraban sonriendo y un poco sorprendidas.

-Felicidades, definitivamente tienes el trabajo- Allison dijo y se acercó a mi para darme un corto abrazo. Su caro pero delicioso perfume entro a mis fosas nasales antes de separarse.

-Muchísimas gracias. ¿Cuando empiezo? -les pregunté. Ambas se miraron durante un instante y Rose fue quien respondió.

-El viernes tenemos una importante reunión y necesitamos un show privado. No es mucho tiempo, tampoco estarás en contacto con nadie. Vas a sentir que estas sola pero no es así. Nuestros socios-hizo una pausa, suspiro y prosiguió- prefieren el anonimato.

-Así es. Se te pagara muy bien ese día, tu turno es de 12:00am a 1:00am. Todo el vestuario se te dará cuando llegues, pero puedes venir peinada y maquillada si lo prefieres.- Allison habló y camino hacia mí- Es importante que firmes un contrato de confidencialidad. Sorda, ciega y muda. No queremos que tengas problemas. ¿Estas de acuerdo?

-De acuerdo. -le respondí, actuando confundida aunque sabía exactamente a lo que se refería.

-Bien, entonces vamos a enseñarte las facilidades.

Luego de un largo recorrido, enseñandome dónde podía entrar, dónde no, dónde sería mi área de trabajo el viernes y luego mi área de trabajo los días normales que trabajaría junto con mis horarios, salí exhausta de ahí. Allison hablaba muchísimo, y pude notar que era una chica bastante buena aunque al principio me haya parecido falsa.  Pero sé que las apariencias engañan, recuerdo de quién es esposa y el encanto que puede llegar a tener se va.

Cuando salgo de ahí a las 5 de la tarde y con un hambre voraz, decido caminar hacia un restaurante de comida rápida y luego pedir un uber hacia mi apartamento. Cuando llego, envío algunos emails sobre el estatus de la misión y luego de algunas felicitaciones por parte del equipo por como voy avanzando, me acuesto a descansar y ver una película. En dos días, comenzaría el verdadero trabajo para mí. Solo rogaba internamente que todo saliera bien.

Embarazada De Un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora