Estaba a punto de dormirme cuando tocan la puerta nuevamente.
- Demonios...– Me levanté irritada. Abrí la puerta y me encontré con una sorpresa.
- Jennie...¿Estabas durmiendo?.– Preguntó, mientras entraba.
- No, no...– Dije, luego de cerrar la puerta con pestillo nuevamente.– ¿Qué haces aquí a ésta hora?...
- He venido a estar contigo. ¿Está mal eso?.– Me sonrió coquetamente, mientras tomaba asiento en mi cama.
- Para nada.– Le sonreí.
- Ven aquí...– Dió palmaditas a su lado, invitándome a acercarme. Me senté a su lado, y ella me acarició la mejilla.– ¿Sabes?, a pesar de haberte tratado como lo hice, siempre fuiste muy atractiva para mí. Hay algo en tí que hace que quiera estar contigo. Eres una mujer muy hermosa, y no solo físicamente.– Confirmó lo que me había dicho Jisoo.
- Gracias.– Dije avergonzada. Ella sonrió, y se acercó para besarme la mejilla. Luego no se alejó, y se quedó ahí, mirándome fijamente, desviando levemente su mirada a mis labios.
Al ver que no se animaba, me acerqué a besarla.
Sus labios son suaves, y saben dulce. Pasé mi lengua por su labio inferior, y ella no dudó en darme paso. Puso su mano en mi nuca, intentando juntarnos aún más. Me estaba volviendo loca con solo un beso...
- Jennie...– Se separó para mirarme. Sus ojos estaban oscuros de lujuria, y creo que los míos están iguales.– Eres tan linda.– Dijo, volviendo a besarme con efusión.
- Lisa...– Solté un jadeo, al sentir sus labios pasar por mi cuello. Sin pensarlo, comencé a recostarme sobre la cama, y ella se ganaba sobre mí.
- ¿Cómo puedes ser tan sexy?.– Gruñó, acariciándome.
Cuando presionó su entrepierna en la mía, me volví loca. Su miembro estaba duro, y yo estaba tan mojada.
Ella comenzó a quitarse la chaqueta, y luego la polera, quedando solo en brasier.
Todo está llendo tan rápido, que no puedo pensar claramente.
¿Siempre tuvo el abdomen marcado?. Esa "V" marcada en la parte baja de su abdomen, la hacía ver tan sensual.
Desabrochó su pantalón, y se acercó a besarme nuevamente.
Solté un pequeño gemido al sentir sus manos por debajo de mi pijama, aventurándose hasta mis senos.
- Lisa, yo...– Me frenó, besándome.
- No pienses en nada por ahora, Jennie.– Volvió a besarme.
- Soy virgen.– Solté, antes de que me interrumpiera de nuevo. Ella se separó para mirarme, y sonrió.
- Bueno, al menos eso no me hace ver como mojigata.
- No entiendo lo que quieres decir.
- Que yo también soy virgen.– Soltó una risita, antes de seguir besándome.
Me sentí segura luego de eso.
Sus besos eran pedazos de cielo. Y sus manos tan suaves como la seda.
Se separó para ayudarme a sacarme la polera del pijama, y luego ella se sacó el pantalón, quedándose en ropa interior.
Su bóxer era lindo, pero ahora que veía bien, no parece de su talla; su miembro casi se salía de éste.
Me saqué el short del pijama, igualando su estado. Espero que mi humedad no se note tanto...
Demonios, debí apagar la luz. Menos mal que siempre me he depilado para usar bikini.
- Espera un momento...– Se separó, recogiendo su pantalón, sacando una bolsita de éste.– No quiero tener bichuelos aún.– Rió, haciéndome sonreír.
- Tampoco yo.