Verde Menta

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Todos los días eran lo mismo para mí.
Bajaba de mi casa siempre cinco minutos antes de que empezaran las clases, realmente no lo tenía planeado, tan sólo era coincidencia que siempre fuera así.

En el trayecto de mi casa hasta el instituto transcurrían seis minutos y en cuanto cruzaba la línea que marcaba la diferencia de mi aula con el pasillo, me quitaba los airpods, deteniendo la melodía que inundaba mis oídos, lo único capaz de brindarme felicidad, para dar paso a la irritante voz de mi profesora.

-Jimin, llegas tarde.

Era tanta la costumbre de oír lo mismo nada más entrar que ya ni me dignaba a responder con un "lo siento" o "no volverá a pasar". Quizá porque soy una persona muy sincera y no lo siento y sí que va a volver a pasar.

Mientras me encaminaba hasta mi sitio, siempre recibía radiografías completas por parte de mis compañeros, estuve hasta por agradecerles el casi tener que ahorrarme consultas en el médico.

Nunca entendí qué era lo interesante que veían en mi uniforme, que era exactamente igual al suyo: camisas blancas de manga corta con el escudo del colegio estampado, y ya dependiendo de tu sexo, falda negra o pantalones negros junto con una corbata negra.
Bien es cierto que yo no tenía una personalidad común, y mucho menos como la suya, tan falsamente inocente.
Hoy en concreto, no me sentía especialmente de buen humor, y mucho menos como para lidiar con miradas y cuchicheos molestos.
Así que, fiel a mi rutina diaria, puse la mochila sobre la mesa y me recosté en la silla, dispuesto a viajar con mi mente a los mundos de yupi mientras la profesora explicaba los distintos tipos de microprocesadores.

Paseé mi vista por el aula de informática, estaba limpia, impoluta, era una de las pocas cosas buenas de este centro, por lo menos el servicio de limpieza era eficiente, a diferencia del de los profesores.

-Jinsoul, comienza a leer en la página 97 por favor.

La señorita Jiwoo, mi profesora de TIC (Tecnologías De La Información Y De La Comunicación), y también de Matemáticas, se quitó las gafas de la nariz y las dejó reposar sobre su cuello, sujetas con un cordón que iba de un extremo de la patilla a la otra.
¿Por qué la gente mayor necesita usar unas gafas con un cordón colgando? Qué mal gusto, debe de ser de los creadores de las fundas con tapa para móviles.

Se sentó en su silla negra la cual todo el mundo deseaba, pues estaba acolchada y aquí estábamos nosotros, sentados seis horas en unas sillas de madera, y carraspeó.

-Un microprocesador es un circuito integrado central... -comenzó a leer Jinsoul.

La puerta se abrió inesperadamente y cortó el hilo de las palabras de la chica.

Toda la clase condujo sus ojos hacia la valiente persona que haya osado interrumpir la clase de la estricta señorita Jiwoo.

Y nos quedamos petrificados al verificar que encima había sido un estudiante que pertenecía a esta clase.

Aquel chico era conocido por todos, no es que fuera nadie especial ni nadie famoso, simplemente todos sabíamos quién era, cómo se llamaba y, sobre todo, el instituto entero tenía conocimiento de un sinfín de rumores sobre él y su vida.

Quién sino podría haber interrumpido a la señorita Jiwoo con semejante seguridad.

-Señor Min, ¿puede explicarme que hace a estas horas interrumpiendo mi clase? Tenía que estar usted aquí sentado desde hace media hora.

El tono de voz de la profesora se alzó y pronunciaba las palabras con dureza y las manos en los costados.
Todos los alumnos estábamos en completo silencio, hasta pestañeábamos con cuidado, temerosos de que su ira explotara con nosotros.

Sweet Chaos - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora