La brisa hizo que mi cuerpo entero se relajara, decidido caminé hasta el final del grande balcón y me apoyé en la barandilla, admirando el paisaje de luces que me ofrecía Seoul.
-¿Por qué me has traído aquí? -dije, aún mirando las vistas y sintiendo su presencia detrás de mí.
-Así es como me divierto yo. Siéntate.
Se sentó en el suelo con cansancio, apoyando los codos en las rodillas. Llevaba unos vaqueros rotos, así que se podía ver su piel nívea con ciertos raspones de vete a saber qué.
Me senté en frente suyo, con las piernas cruzadas, y me apoyé en los barrotes al igual que él.Me permití cerrar los ojos unos segundos en los que él se encendía un cigarrillo, y disfrutar del lento aire.
-¿Quién eres? -preguntó, era un tanto raro que preguntara eso, teniendo en cuenta que compartimos clases y hemos hablado varias veces antes.
-Jimin -me encogí de hombros.
Él medio sonrió por la simpleza de la repuesta.
-Me refiero a que quién mierda eres en realidad, porque veo demasiadas facetas tuyas, y me gustaría saber cuál es la de verdad.
Bajé la mirada al suelo, creía que en esos instantes no iba a ser capaz de sostener su mirada.
-¿Eres el Jimin tímido, incapaz de mirarme a los ojos y que no soporta que la profesora le eche de clase? ¿O eres el que avanza como si se fuera a comer el mundo, que baila sobre la tarima y lleva una camisa con la que le puedo ver hasta el ombligo?
Me tapé el pecho con las manos en un acto reflejo e intenté tirar de la tela para que cubriera un poco más. Sus palabras me calaban hondo, y eso me jodía.
-No te incumbe, apenas te conozco, y no sé por qué te empeñas tanto en saber de mí.
Algo molesto, me levanté.
-Vuelvo abajo.
Pero para mi sorpresa una mano en mi tobillo me detuvo. Le miré y Yoongi se levantó del suelo para ponerse a mi altura.
-¿Te acuerdas de aquello que me dijiste cuando te pregunté que por qué me mirabas tanto?
Tragué saliva, el tenerle tan cerca sólo me incitaba a retroceder.
-Sí.
-¿Y qué dijiste?
Giré bruscamente la cabeza hacia un lado, no podía seguir mirándole a los ojos.
El peliverde chasqueó la lengua en desaprobación.-"Me das curiosidad" -imitó mi aguda y dulce voz.
-Yo no hablo así -fruncí el ceño.
-Oh, claro que sí -rió bajito.
Respiré hondo, en el balcón se estaba bien, el aire puro no sentaba nada mal después de haber estado respirando el sudor de otros.
La música desde aquí se escuchaba amortiguada, pero todavía se oía con claridad. La potente canción electrónica que sonaba, cambió a una lenta, y la ovación de la gente se oyó.
"Everything I Wanted" de "Billie Eilish" comenzó.-¿Me concedes esta pieza? -habló Yoongi, con su sonrisa de vacilón.
-¿Qué dices?
Cogió mis manos y las colocó sobre sus hombros, me asombré por la diferencia de tamaño entre mis manos y las suyas, pero le dejé hacer. Tenía curiosidad. Después, depositó sus manos sobre mi cintura con cuidado, casi sin tocarme. No sabía que pudiese tener algo de delicadeza en su ser.
-¿Sabes bailar, no?
-Este tipo de baile... no.
Rió.
-Ya, por lo que he visto a ti te van otro tipo de bailes.
Le pegué con el puño en el hombro, no sabía lo que quería decir, pero nada bueno.
Él me guió, dando pasos como si fuera un baile de salón, y yo lo intenté dando pasos torpes, pero me fui acostumbrando.
En un rato me atreví a subir la mirada y mirarle a los ojos, pero se me escapó una carcajada cuando lo hice.-Esto es tan ridículo -dije entre risas- oye, por cierto, ¿por qué estoy yo haciendo de chica?
-¿Y por qué iba a hacerlo yo?
-No sé.
-Pues eso.
-Pero yo no quiero hacer de chica.
Yoongi bufó, frustrado.
-Bueno, pues no hagas de chica.
Cambió sus manos a mis hombros, y yo mis manos a su cintura.
-Para. Seguirás siendo tú la chica, no me gusta que me toquen ahí.
-¿Ah, no?
Apreté mis manos en sus costados.
-Para, idiota.
Sonreí con maldad y me atreví a mover mis dedos y hacerle cosquillas.
-¡Joder, para!
Se retorció entre mis manos y morí de risa al ver que aquel rudo peliverde con chaqueta de cuero tenía cosquillas.
Nuestras risas se mezclaron y ahora sus manos empujaban mi cara hacia atrás y las mías recorrían su torso provocándole más cosquillas.
Hubo un momento en el que retrocedió hacia atrás, yo hacia delante, luego él hacia a mí para detenerme y yo hacia atrás para que no me detuviera. El resultado fue que nuestros pies trastabillaron y caímos al suelo en un enredo de piernas y risas.Su cuerpo se hallaba a mi izquierda, observé que su pecho subía y bajaba con alivio por haberse librado de mis cosquillas.
Sin saber por qué, no nos molestamos en levantarnos y nos quedamos mirando el cielo, concretamente el manto de estrellas sobre nosotros.-Veo, veo.
-¿Qué ves? -le seguí el juego.
-A alguien que se ríe más conmigo que con su amigo el pastillitas.
Ignoré su comentario, y puse los ojos en blanco al oír cómo había llamado a Himchan.
-No se juega así.
-De acuerdo, juguemos bien. Veo, veo.
-¿Qué ves?
-Empieza por la i- y acaba en -diota.
Reí tontamente. Él se puso de pie y no se molestó en ayudarme.
Me levanté solo y ambos nos apoyamos sobre la barandilla mirando hacia el interior de la gran casa.
Un chico cuyos rizos morenos reconocí, se aproximó a la entrada del balcón. Nos miró y estalló en risas, tenía una litrona en la mano.-Yoongi, joder -dio un trago a la botella- abajo en la barra hay una pelirroja que bffff.
-Hoseok, estás idiota, vete a dormir la mona, anda.
-Lo mejor de todo es que tiene una amiga... rubia, como a ti te gustan.
Yoongi me miró de reojo y caminó hacia su amigo, ayudándole a mantenerse en pie.
-Cállate ¿quieres?
-También hay tíos, en las fiestas todo vale...
-¿Me ves con cara de que me gusten los tíos? Tira -le dio una palmada en la espalda y empezó a caminar con él al interior del lugar.
-Hasta otra, Jimin.
Yo sólo pude sonreír un poquito en forma de afirmación. Ellos se alejaron, pero todavía podía oír la voz de Yoongi diciéndole que iba a sustituir la bola de discoteca por su cabeza como no dejara de beber.
Yo sonreí inconscientemente.
"Ese jodido chico tan extraño..."
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Sweet Chaos - Yoonmin
FanficJimin es un chico de instituto normal y corriente. Hasta ahí no hay ningún problema, ¿no? Bueno, quizás el mayor problema sea que es demasiado corriente. La llegada de una persona a su vida y una simple mirada de ojos felinos bastará para cambiar su...